Fidel Castro y 638 intentos de asesinarlo: de cianuro en un licuado a explosivos en cigarros.
Los servicios secretos cubanos aseguran que hasta 2006 esas fueron las veces que la vida del líder de la revolución estuvo en peligro.
Fidel Castro falleció este viernes a los 90 años por causas naturales, después de haber sobrevivido a cientos de planes e intentos concretos para asesinarlo según aseguran los servicios de inteligencia cubanos, lo que durante muchos años alimentó la versión de que, para evitar riesgos, cada noche dormía en un sitio diferente.
Sólo hasta 2006, las agencias llevaban registrados 638 planes para asesinar a Castro en distintas etapas de desarrollo.
Así se afirma en "638 Ways to Kill Castro" ("638 maneras de asesinar a Castro"), un documental dirigido por el cineasta Dollan Cannell y estrenado en noviembre de ese año en la televisión británica.
Según detalla la película, 634 de esos planes respondieron a la inspiración de ocho gobiernos de Estados Unidos, casi siempre dirigidos por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, en inglés).
De acuerdo con los datos del film, y por orden cronológico, Estados Unidos planeó matar a Castro 38 veces durante la presidencia de Dwight Eisenhower (1953-61), 42 bajo el mandato de John Kennedy (1961-63), 72 con Lyndon Johnson (1963-69), 184 con Richard Nixon (1969-74), 64 con James Carter (1977-81), 197 con Ronald Reagan (1981-89), 16 con George Bush padre (1989-93) y 21 con Bill Clinton (1993-2001).
El único presidente de ese largo período que parece quedar al margen de los intentos de asesinato de
Castro es el republicano Gerald Ford, quien entre agosto de 1974 y enero de 1977 completó el segundo mandato de Nixon tras la renuncia por el escándalo Watergate.
Si son ciertos algunos testimonios, alguna vez a un camarero al servicio de la mafia cubana le faltó coraje en el último momento para disolver una pastilla de cianuro en el licuado de chocolate que Castro solía tomar en el hotel Habana Libre.
Por el mismo motivo falló la alemana Marita Lorenz, quien había sido amante del líder cubano y luego fue reclutada por la CIA, que la envió a La Habana con cápsulas de veneno. La leyenda sostiene que al verla, Castro le preguntó: "¿Has venido a matarme?" Y, ante la respuesta afirmativa, le extendió su pistola, que la joven no se atrevió a disparar, de acuerdo a la agencia Télam.
Del reclutamiento de Lorenz se jactó también el célebre capo mafioso Sam Giancana, "el sucesor de Al Capone", lo que no debe extrañar porque más de una vez la CIA recurrió a los servicios de las organizaciones criminales para encubrir la responsabilidad del gobierno.
Lorenz, quien más tarde trabajaría también para el FBI, fue luego amante del dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez, con quien tuvo una hija (Mónica Mercedes), y se vio involucrada en el asesinato de Kennedy, motivo por el cual debió prestar declaración ante la justicia.
Legendarios son los intentos por infiltrar veneno o explosivos en los cigarros a los que Castro era célebre aficionado hasta que dejó el tabaco a mediados de los 80 (aunque luego posó más de una vez con un puro apagado, para promover uno de los principales productos cubanos).
También las ideas de envenenar su traje de buceo, rellenar moluscos con explosivos, balearlo con una falsa cámara fotográfica, atacarlo con un bolígrafo convertido en cerbatana o, incluso, dispararle con una bazuca mientras hablaba en público.
Fuente: lanacion.com.ar/sinbarreras
miércoles, 30 de noviembre de 2016
Consejos imprescindibles para prevenir la osteoporosis
Por Dr. Alejandro Druetto, especialista en Ortopedia y Traumatología.
Los reumatólogos cuentan con variadas herramientas para un diagnóstico temprano y así adaptar el tratamiento.
La osteoporosis es una enfermedad esquelética en la que se produce una disminución de la densidad de masa ósea. Se denomina “epidemia silenciosa” porque no manifiesta síntomas hasta que la pérdida de hueso es tan importante como para que aparezcan fracturas. Por fortuna, actualmente los reumatólogos cuentan con un gran abanico de herramientas para su diagnóstico precoz y así adaptar el tratamiento, bien para prevenir la pérdida de masa ósea o para combatir la osteoporosis.
Una adecuada ingesta de calcio, ejercicio físico, alimentación y evitar fumar, lograrán una prevención y mejor calidad de vida en el paciente.
Con la idea de intentar aplicar tratamientos selectivos y ver cuán de comprometidos están los huesos de cada persona, disponemos de la densitometría dexa, que permite medir con precisión los niveles de densidad de masa ósea.
Por la osteoporosis, los huesos se vuelven más porosos, aumenta el número y el tamaño de las cavidades o celdillas que existen en su interior, son más frágiles, resisten peor los golpes y se rompen con mayor facilidad. Las roturas más frecuentes son las vertebrales, las de cadera y las de la muñeca. La fractura de cadera tiene especial importancia, de hecho, se considera un acontecimiento grave debido a que requiere intervención quirúrgica, ingreso hospitalario y supone para el paciente una pérdida de calidad de vida aunque sea por un periodo corto de tiempo.
La densidad de la masa ósea alcanza su nivel máximo sobre los 30 años. A partir de entonces, de forma fisiológica, se va perdiendo densidad ósea acelerándose en el caso de las mujeres a partir de la menopausia, aunque también puede hacerlo antes o afectar a hombres, adolescentes e incluso niños.
Aproximadamente 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 5 hombres mayores de 50 años sufrirá una fractura osteoporótica en su vida. En personas de edad avanzada, suponen una patología grave condicionando incluso la calidad de vida del paciente.
Los reumatólogos cuentan con variadas herramientas para un diagnóstico temprano y así adaptar el tratamiento.
La osteoporosis es una enfermedad esquelética en la que se produce una disminución de la densidad de masa ósea. Se denomina “epidemia silenciosa” porque no manifiesta síntomas hasta que la pérdida de hueso es tan importante como para que aparezcan fracturas. Por fortuna, actualmente los reumatólogos cuentan con un gran abanico de herramientas para su diagnóstico precoz y así adaptar el tratamiento, bien para prevenir la pérdida de masa ósea o para combatir la osteoporosis.
Una adecuada ingesta de calcio, ejercicio físico, alimentación y evitar fumar, lograrán una prevención y mejor calidad de vida en el paciente.
Con la idea de intentar aplicar tratamientos selectivos y ver cuán de comprometidos están los huesos de cada persona, disponemos de la densitometría dexa, que permite medir con precisión los niveles de densidad de masa ósea.
Por la osteoporosis, los huesos se vuelven más porosos, aumenta el número y el tamaño de las cavidades o celdillas que existen en su interior, son más frágiles, resisten peor los golpes y se rompen con mayor facilidad. Las roturas más frecuentes son las vertebrales, las de cadera y las de la muñeca. La fractura de cadera tiene especial importancia, de hecho, se considera un acontecimiento grave debido a que requiere intervención quirúrgica, ingreso hospitalario y supone para el paciente una pérdida de calidad de vida aunque sea por un periodo corto de tiempo.
La densidad de la masa ósea alcanza su nivel máximo sobre los 30 años. A partir de entonces, de forma fisiológica, se va perdiendo densidad ósea acelerándose en el caso de las mujeres a partir de la menopausia, aunque también puede hacerlo antes o afectar a hombres, adolescentes e incluso niños.
Aproximadamente 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 5 hombres mayores de 50 años sufrirá una fractura osteoporótica en su vida. En personas de edad avanzada, suponen una patología grave condicionando incluso la calidad de vida del paciente.
Etiquetas:
El consultorio virtual del Doctor Fugazzetta
domingo, 27 de noviembre de 2016
Poemas de amor de Miguel Hernández
El amor ascendía entre nosotros
como la luna entre las dos palmeras
que nunca se abrazaron.
El íntimo rumor de los dos cuerpos
hacia el arrullo un oleaje trajo,
pero la ronca voz fue atenazada,
fueron pétreos los labios.
El ansia de ceñir movió la carne,
esclareció los huesos inflamados,
pero los brazos al querer tenderse murieron en los brazos.
Pasó el amor, la luna, entre nosotros
y devoró los cuerpos solitarios.
Y somos dos fantasmas que se buscan
y se encuentran lejanos.
Miguel Hernández
https://youtu.be/MpK9FADP8Dg
como la luna entre las dos palmeras
que nunca se abrazaron.
El íntimo rumor de los dos cuerpos
hacia el arrullo un oleaje trajo,
pero la ronca voz fue atenazada,
fueron pétreos los labios.
El ansia de ceñir movió la carne,
esclareció los huesos inflamados,
pero los brazos al querer tenderse murieron en los brazos.
Pasó el amor, la luna, entre nosotros
y devoró los cuerpos solitarios.
Y somos dos fantasmas que se buscan
y se encuentran lejanos.
Miguel Hernández
https://youtu.be/MpK9FADP8Dg
Receta: Paella Valenciana
(para 4 personas)
Pollo (700 grs. Unos 8 o 10 trozos medianos)
Conejo (300 grs. Unos 4 o 6 trozos medianos.)
Una cucharada sopera( no muy colmada) de pimentón rojo dulce molido .
Hebras de azafrán al gusto o en su lugar una cucharadita de café de colorante alimentario
12 cucharadas soperas de tomate natural rallado
Ferraura, rotjet o judía verde ancha (400 grs.).
Garrofón (100 grs.)
3 o 4 alcachofas
Judía blanca o tabella (100 grs.).
Agua
Aceite de oliva virgen (15 cl. o 150 grs.)
Arroz (320 grs.)
Sal
ELABORACION
Vertemos el aceite en el centro de la paella, la nivelamos, encendemos el fuego y calentamos el aceite.
Comenzando a sofreir la paella el pollo y el conejo dorándose
Cuando el aceite comienza a humear, incorporamos el pollo y el conejo troceados y ligeramente salados, dorándolos cuidadosamente a fuego medio. Si el fuego es excesivo, podemos espolvorear un poco de sal en el borde de la paella, en aquellas zonas en las que no hay aceite, para evitar que se queme.
Paella bien doradita
Es muy importante que toda la carne esté muy dorada, el éxito de la paella depende mucho de esta etapa de la elaboración
Añadimos la verdura troceada y la rehogamos unos minutos
Realizando el sofrito de la paella
Hacemos un hueco en el centro de la paella apartando la carne y la verdura, en este hueco incorporamos el tomate, lo sofreímos unos minutos y añadimos el pimentón. Dejamos rehogar un minuto más. Es importante que el fuego sea suave en el momento de poner el pimentón, ya que corremos el riesgo de que se queme y la paella resulte amarga.
Vertiendo el agua en la paella
Es el momento de verter agua hasta casi el borde. Añadimos algo de sal y la dejamos cocer unos 20 minutos, añadiendo más agua si fuera necesario.
Transcurridos los 20 minutos, hemos de procurar que el caldo de la paella llegue justo hasta la mitad de los remaches de las asas.
Seguidamente probamos de sal, el caldo deberá estar muy sabroso, ligeramente salado, ya que el arroz, durante la cocción, absorberá parte de la sal.
Es una buena idea dar a probar el caldo a alguno de los invitados, si finalmente la paella sale sosa o salada podremos culpar al incauto que la cató.
Como añadir el arroz a la paella
Este es el momento de incorporar el arroz. Si hemos tomado correctamente la referencia de los remaches de las asas, simplemente haciendo un surco con el arroz que sobresalga un par de centímetros sobre el caldo, habremos conseguido la relación perfecta de arroz y caldo para el recipiente en el que estamos cocinando, esa es la medida exacta del arroz que necesita la paella, si deseamos añadir más arroz, deberemos subir el nivel del caldo agregando agua. Pero ya estaremos forzando la relación líquido-arroz para esa paella, lo ideal sería utilizar una paella de mayor diámetro.
Todas estas referencias son aproximadas, la potencia del fuego, la variedad de arroz e incluso la altitud modifican en mayor o menor medida las proporciones líquido-arroz que debemos utilizar para cada recipiente. No obstante, espero que sirva esta pequeña explicación como ayuda para las personas más inexpertas.
Agregamos el azafrán o el colorante sobre el arroz, para evitar la aparición de los grumos de colorante que se forman cuando este producto es de baja calidad. Con el azafrán no existe este problema y podemos incorporarlo a la paella como consideremos oportuno (en hebras, tostado, molido, diluido…). Mezclamos uniformemente el arroz en el recipiente y procuramos que no queden granos de arroz sobre la carne o la verdura sin estar sumergidos en el caldo.
Cocemos a fuego muy fuerte durante 8 minutos aproximadamente, o hasta que el arroz medio cocido comience a asomar.
En este momento debemos bajar el fuego casi al mínimo y dejar cocer otros 6 o 7 minutos mas, evitando así que el almidón que ha ido soltando el arroz durante la cocción y que ha ido espesando el caldo, se queme y se agarre al fondo de la paella. También es el momento de colocar por encima un par de ramitas de romero (fresco a ser posible), aunque también es algo opcional y al gusto de cada uno.
Transcurridos los 6 o 7 minutos, si la paella no tiene nada o casi nada de caldo, dejamos que cueza los últimos 3 o 4 minutos masa fuego muy muy suave, si la paella tuviera aun mucho caldo, estos 3 o 4 minutos finales la cocinaríamos con un fuego medio. No obstante más vale una paella algo caldosa o melosa, pero rica de sabor que una bien seca, pero dura o quemada.
Resumiendo, coceremos la paella en total entre 14 y 18 minutos, 6 u 8 min. al máximo, 6 o 7 a fuego suave y los últimos 3 o 4 a fuego muy suave o fuego medio, en función del caldo que nos quede en el recipiente.
Es importante saber que 5 minutos de reposo una vez retirada del fuego, es algo que suele sentar muy bien a las paellas, sobre todo si han quedado un poquito duras.
Y aquí está el resultado...
La paella valenciana
Pollo (700 grs. Unos 8 o 10 trozos medianos)
Conejo (300 grs. Unos 4 o 6 trozos medianos.)
Una cucharada sopera( no muy colmada) de pimentón rojo dulce molido .
Hebras de azafrán al gusto o en su lugar una cucharadita de café de colorante alimentario
12 cucharadas soperas de tomate natural rallado
Ferraura, rotjet o judía verde ancha (400 grs.).
Garrofón (100 grs.)
3 o 4 alcachofas
Judía blanca o tabella (100 grs.).
Agua
Aceite de oliva virgen (15 cl. o 150 grs.)
Arroz (320 grs.)
Sal
ELABORACION
Vertemos el aceite en el centro de la paella, la nivelamos, encendemos el fuego y calentamos el aceite.
Comenzando a sofreir la paella el pollo y el conejo dorándose
Cuando el aceite comienza a humear, incorporamos el pollo y el conejo troceados y ligeramente salados, dorándolos cuidadosamente a fuego medio. Si el fuego es excesivo, podemos espolvorear un poco de sal en el borde de la paella, en aquellas zonas en las que no hay aceite, para evitar que se queme.
Paella bien doradita
Es muy importante que toda la carne esté muy dorada, el éxito de la paella depende mucho de esta etapa de la elaboración
Añadimos la verdura troceada y la rehogamos unos minutos
Realizando el sofrito de la paella
Hacemos un hueco en el centro de la paella apartando la carne y la verdura, en este hueco incorporamos el tomate, lo sofreímos unos minutos y añadimos el pimentón. Dejamos rehogar un minuto más. Es importante que el fuego sea suave en el momento de poner el pimentón, ya que corremos el riesgo de que se queme y la paella resulte amarga.
Vertiendo el agua en la paella
Es el momento de verter agua hasta casi el borde. Añadimos algo de sal y la dejamos cocer unos 20 minutos, añadiendo más agua si fuera necesario.
Transcurridos los 20 minutos, hemos de procurar que el caldo de la paella llegue justo hasta la mitad de los remaches de las asas.
Seguidamente probamos de sal, el caldo deberá estar muy sabroso, ligeramente salado, ya que el arroz, durante la cocción, absorberá parte de la sal.
Es una buena idea dar a probar el caldo a alguno de los invitados, si finalmente la paella sale sosa o salada podremos culpar al incauto que la cató.
Como añadir el arroz a la paella
Este es el momento de incorporar el arroz. Si hemos tomado correctamente la referencia de los remaches de las asas, simplemente haciendo un surco con el arroz que sobresalga un par de centímetros sobre el caldo, habremos conseguido la relación perfecta de arroz y caldo para el recipiente en el que estamos cocinando, esa es la medida exacta del arroz que necesita la paella, si deseamos añadir más arroz, deberemos subir el nivel del caldo agregando agua. Pero ya estaremos forzando la relación líquido-arroz para esa paella, lo ideal sería utilizar una paella de mayor diámetro.
Todas estas referencias son aproximadas, la potencia del fuego, la variedad de arroz e incluso la altitud modifican en mayor o menor medida las proporciones líquido-arroz que debemos utilizar para cada recipiente. No obstante, espero que sirva esta pequeña explicación como ayuda para las personas más inexpertas.
Agregamos el azafrán o el colorante sobre el arroz, para evitar la aparición de los grumos de colorante que se forman cuando este producto es de baja calidad. Con el azafrán no existe este problema y podemos incorporarlo a la paella como consideremos oportuno (en hebras, tostado, molido, diluido…). Mezclamos uniformemente el arroz en el recipiente y procuramos que no queden granos de arroz sobre la carne o la verdura sin estar sumergidos en el caldo.
Cocemos a fuego muy fuerte durante 8 minutos aproximadamente, o hasta que el arroz medio cocido comience a asomar.
En este momento debemos bajar el fuego casi al mínimo y dejar cocer otros 6 o 7 minutos mas, evitando así que el almidón que ha ido soltando el arroz durante la cocción y que ha ido espesando el caldo, se queme y se agarre al fondo de la paella. También es el momento de colocar por encima un par de ramitas de romero (fresco a ser posible), aunque también es algo opcional y al gusto de cada uno.
Transcurridos los 6 o 7 minutos, si la paella no tiene nada o casi nada de caldo, dejamos que cueza los últimos 3 o 4 minutos masa fuego muy muy suave, si la paella tuviera aun mucho caldo, estos 3 o 4 minutos finales la cocinaríamos con un fuego medio. No obstante más vale una paella algo caldosa o melosa, pero rica de sabor que una bien seca, pero dura o quemada.
Resumiendo, coceremos la paella en total entre 14 y 18 minutos, 6 u 8 min. al máximo, 6 o 7 a fuego suave y los últimos 3 o 4 a fuego muy suave o fuego medio, en función del caldo que nos quede en el recipiente.
Es importante saber que 5 minutos de reposo una vez retirada del fuego, es algo que suele sentar muy bien a las paellas, sobre todo si han quedado un poquito duras.
Y aquí está el resultado...
La paella valenciana
martes, 22 de noviembre de 2016
¿Qué nos pasa cuando sentimos todo el tiempo acidez?
Casi todos nosotros hemos sentido acidez alguna vez. Ese ardor o quemazón en el pecho, que algunas veces se hace sentir hasta la garganta, o que arde y
algunas veces hasta duele en la boca del estómago. Es un síntoma tan frecuente que muchas personas se acostumbran y lo integran como un fenómeno normal..
Bueno, tengo algo para decirles, no es "normal". Es justamente un síntoma que expresa una enfermedad. Recordemos aquello que siempre decimos,un síntoma
no es solamente un síntoma, también es información que el cuerpo nos envía para que digamos que algo malo sucede.
Las causas de la acidez
Falla del esfínter esofágico inferior: resulta que el esófago es una suerte de tubo o cañería que conecta la garganta con el estómago. Justo en ese punto,
donde el esófago se conecta con el estómago hay una suerte de válvula, llamada esfínter esofágico inferior, cuya función como válvula es impedir que el
contenido del estómago regrese al esófago. Es decir que el alimento que masticamos pasa por el esófago y llega al estómago, pero una vez ahí en pleno proceso
digestivo no debe regresar al esófago. Si por algún motivo esa válvula o esfinges esofágica inferior falla, el contenido alimenticio del estómago más el
ácido clorhídrico que contiene irritará y literalmente "quemará" la mucosa del esófago que no está naturalmente preparada para resistir el contenido ácido
del estómago. Entonces usted sentirá una suerte de acidez en el pecho que puede subir hasta la garganta como consecuencia de la irritación, quemadura o
lesión que el ácido gástrico ejerce en el esófago.
Hernia hiatal: es la segunda causa de acidez que quiero comentarles. El esófago pasa por el tórax, detrás de los pulmones hasta que llega a un orificio
o "hiato" en el musculo diafragma, que es una suerte de músculo en forma de cúpula que separa el tórax del abdomen. Vale decir que en condiciones normales
el estómago se encuentra en el abdomen por debajo del músculo diafragma. Sucede que algunas veces ese hiato u orificio por donde pasa el esófago para conectarse
con el estómago se "agranda" permitiendo que la parte superior del estómago se deslice a través de ese orificio ingresando así a la cavidad torácica. Esto
es lo que se denomina hernia de hiato. Cuando se da esta circunstancia también pasará parte del contenido ácido del estómago al esófago provocando esa
desagradable y molesta acidez.
Hipersecreción de ácido. Una tercera causa que es conveniente mencionar como causa de acidez es la hipersecreción de ácido por parte del estómago aumentando
la acidez de su contenido provocando la lesión de la mucosa gástrica que irritada e inflamada se convertirá en "gastritis". No pocas veces esta gastritis
puede ser también condicionada y favorecida por la presencia de una bacteria que algunas veces puede encontrarse en el estómago, el helicobacter pylori.
Estas circunstancias patológicas también pueden provocar otras lesiones, además de la gastritis, tales como las úlceras de estómago o de duodeno.
El duodeno es la primera porción del intestino y sigue al estómago. En este momento es bueno señalar que las tensiones, los cuadros de nervios y de estrés
aumentan la secreción ácida gástrica facilitando la aparición de cuadros de acidez. No es raro que se asocien cuadros clínicos de estrés o cuadros de ansiedad
con síntomas digestivos ya que el sistema nervioso y el sistema digestivo se encuentran fuertemente relacionados. Podríamos decir que lo que nos pasa en
la cabeza nos pasa también en el sistema digestivo. Es más, el sistema digestivo es la parte del cuerpo donde hay más neuronas después del sistema nervioso
central.
Así hemos tratado de explicar el por qué y las causas de acidez gástrica, pero nos quedan varias cosas por comentar tales como qué alimentos la condicionan,
algunos mitos de la medicina y las recomendaciones generales para su tratamiento. Por lo pronto esto es un buen comienzo, comenzamos por saber de qué se trata, en una próxima columna, entonces sí, hablaremos sobre el cuidado y el tratamiento adecuado.
No sea cosa que tomemos antiácidos continuamente y un día se nos complique el cuadro clínico de acidez gástrica con una úlcera gastroduodenal o algo peor.
Recuerde que tener acidez gástrica no es normal, es un síntoma y un síntoma, disculpe que insista, un síntoma es "información" que nos indica que algo anormal sucede en nuestro cuerpo o en nuestra mente.
Por Dr. Daniel López Rosetti. LA NACION.
algunas veces hasta duele en la boca del estómago. Es un síntoma tan frecuente que muchas personas se acostumbran y lo integran como un fenómeno normal..
Bueno, tengo algo para decirles, no es "normal". Es justamente un síntoma que expresa una enfermedad. Recordemos aquello que siempre decimos,un síntoma
no es solamente un síntoma, también es información que el cuerpo nos envía para que digamos que algo malo sucede.
Las causas de la acidez
Falla del esfínter esofágico inferior: resulta que el esófago es una suerte de tubo o cañería que conecta la garganta con el estómago. Justo en ese punto,
donde el esófago se conecta con el estómago hay una suerte de válvula, llamada esfínter esofágico inferior, cuya función como válvula es impedir que el
contenido del estómago regrese al esófago. Es decir que el alimento que masticamos pasa por el esófago y llega al estómago, pero una vez ahí en pleno proceso
digestivo no debe regresar al esófago. Si por algún motivo esa válvula o esfinges esofágica inferior falla, el contenido alimenticio del estómago más el
ácido clorhídrico que contiene irritará y literalmente "quemará" la mucosa del esófago que no está naturalmente preparada para resistir el contenido ácido
del estómago. Entonces usted sentirá una suerte de acidez en el pecho que puede subir hasta la garganta como consecuencia de la irritación, quemadura o
lesión que el ácido gástrico ejerce en el esófago.
Hernia hiatal: es la segunda causa de acidez que quiero comentarles. El esófago pasa por el tórax, detrás de los pulmones hasta que llega a un orificio
o "hiato" en el musculo diafragma, que es una suerte de músculo en forma de cúpula que separa el tórax del abdomen. Vale decir que en condiciones normales
el estómago se encuentra en el abdomen por debajo del músculo diafragma. Sucede que algunas veces ese hiato u orificio por donde pasa el esófago para conectarse
con el estómago se "agranda" permitiendo que la parte superior del estómago se deslice a través de ese orificio ingresando así a la cavidad torácica. Esto
es lo que se denomina hernia de hiato. Cuando se da esta circunstancia también pasará parte del contenido ácido del estómago al esófago provocando esa
desagradable y molesta acidez.
Hipersecreción de ácido. Una tercera causa que es conveniente mencionar como causa de acidez es la hipersecreción de ácido por parte del estómago aumentando
la acidez de su contenido provocando la lesión de la mucosa gástrica que irritada e inflamada se convertirá en "gastritis". No pocas veces esta gastritis
puede ser también condicionada y favorecida por la presencia de una bacteria que algunas veces puede encontrarse en el estómago, el helicobacter pylori.
Estas circunstancias patológicas también pueden provocar otras lesiones, además de la gastritis, tales como las úlceras de estómago o de duodeno.
El duodeno es la primera porción del intestino y sigue al estómago. En este momento es bueno señalar que las tensiones, los cuadros de nervios y de estrés
aumentan la secreción ácida gástrica facilitando la aparición de cuadros de acidez. No es raro que se asocien cuadros clínicos de estrés o cuadros de ansiedad
con síntomas digestivos ya que el sistema nervioso y el sistema digestivo se encuentran fuertemente relacionados. Podríamos decir que lo que nos pasa en
la cabeza nos pasa también en el sistema digestivo. Es más, el sistema digestivo es la parte del cuerpo donde hay más neuronas después del sistema nervioso
central.
Así hemos tratado de explicar el por qué y las causas de acidez gástrica, pero nos quedan varias cosas por comentar tales como qué alimentos la condicionan,
algunos mitos de la medicina y las recomendaciones generales para su tratamiento. Por lo pronto esto es un buen comienzo, comenzamos por saber de qué se trata, en una próxima columna, entonces sí, hablaremos sobre el cuidado y el tratamiento adecuado.
No sea cosa que tomemos antiácidos continuamente y un día se nos complique el cuadro clínico de acidez gástrica con una úlcera gastroduodenal o algo peor.
Recuerde que tener acidez gástrica no es normal, es un síntoma y un síntoma, disculpe que insista, un síntoma es "información" que nos indica que algo anormal sucede en nuestro cuerpo o en nuestra mente.
Por Dr. Daniel López Rosetti. LA NACION.
¿PARA QUIEN SON LAS UVAS?
En una aldea remota de la India donde casi no se conocen las frutas, un niño le hizo cierto trabajo a una señora y ésta, en retribución, le obsequió un hermoso racimo de uvas. El chico acarició entre sus manos el racimo. En esa tarde calurosa ¡cuán bien le venían esas uvas!Pero el niño pensó: "Mi padre está trabajando en el campo y estará cansado y sediento. Le voy a llevar las uvas a él".
El padre las recibió con mucha alegría, pero pensó: "Las guardaré para mi hija, para cuando me traiga la merienda. Ella está un poco inapetente y quizás las coma con agrado"...
Cuando la chica recibió el racimo de manos de su padre, dio un grito de felicidad. Pero de regreso a su casa, durante el trayecto se dijo para sí: "Guardaré estas uvas para mi madre, porque la pobre está tan cansada, y tan pocas veces podemos comer fruta...".
Aquella noche, cuando la humilde familia terminó de cenar, la madre anunció: "¡Tengo una sorpresa de postre!" Y al instante colocó sobre la mesa aquel hermoso racimo de uvas que ninguno había comido durante el día.
¿Qué fue lo que indujo a cada miembro de esa familia a no comer el codiciado racimo, sino el amor del uno para con el otro?
¿En qué otro sitio mejor que en el hogar podría y debería expresarse el amor?
En el mundo exterior podrá haber violencia, egoísmo y frialdad, pero en el refugio cálido del hogar no podría faltar el afecto leal y profundo.
Sin embargo, lamentablemente, cuán a menudo los hogares carecen del ingrediente primordial del amor. Y las consecuencias no se hacen esperar. Mientras el amor construye el hogar y la vida de sus moradores, el desamor divide y desintegra a la familia.
Todos estamos de acuerdo en que hace falta más amor en la tierra. Pero ¿recordamos acaso que sólo cuando tengamos más amor en nuestros hogares, lo tendremos también en el mundo?
El padre las recibió con mucha alegría, pero pensó: "Las guardaré para mi hija, para cuando me traiga la merienda. Ella está un poco inapetente y quizás las coma con agrado"...
Cuando la chica recibió el racimo de manos de su padre, dio un grito de felicidad. Pero de regreso a su casa, durante el trayecto se dijo para sí: "Guardaré estas uvas para mi madre, porque la pobre está tan cansada, y tan pocas veces podemos comer fruta...".
Aquella noche, cuando la humilde familia terminó de cenar, la madre anunció: "¡Tengo una sorpresa de postre!" Y al instante colocó sobre la mesa aquel hermoso racimo de uvas que ninguno había comido durante el día.
¿Qué fue lo que indujo a cada miembro de esa familia a no comer el codiciado racimo, sino el amor del uno para con el otro?
¿En qué otro sitio mejor que en el hogar podría y debería expresarse el amor?
En el mundo exterior podrá haber violencia, egoísmo y frialdad, pero en el refugio cálido del hogar no podría faltar el afecto leal y profundo.
Sin embargo, lamentablemente, cuán a menudo los hogares carecen del ingrediente primordial del amor. Y las consecuencias no se hacen esperar. Mientras el amor construye el hogar y la vida de sus moradores, el desamor divide y desintegra a la familia.
Todos estamos de acuerdo en que hace falta más amor en la tierra. Pero ¿recordamos acaso que sólo cuando tengamos más amor en nuestros hogares, lo tendremos también en el mundo?
lunes, 14 de noviembre de 2016
14 de noviembre, DÍA MUNDIAL de la DIABETES
Fue instaurado en 1991 por la Federación Internacional de Diabetes (FID) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) como respuesta a la alza de diagnósticos de esta enfermedad. y su objetivo es educar acerca de la prevención de la diabetes y el buen manejo de la misma, así como las enfermedades relacionadas a ella y la calidad de vida que se puede lograr con su buen manejo.
Se eligió esta fecha por ser el natalicio de Frederick Grant Banting, quien junto a Charles Best descubrió la insulina, cuyo descubrimiento permitió que la diabetes pasara de ser una enfermedad mortal a una enfermedad controlable.
Se celebra con diferentes actividades, como caminatas, pláticas y ruedas de prensa entre muchas otras, siguiendo una temática anual del 2004 al 2006. Sin embargo a partir del 2007 se decidió extender el tiempo de cada temática para lograr una mejor difusión del mismo.
A partir del 2006 la Organización de las Naciones Unidas lo declaró como un día oficial de la salud para hacer notar que esta enfermedad es una prioridad en los temas relacionados a la salud y comienza a celebrarlo en el 2007. Este mismo año se establece un logotipo oficial, un círculo azul del tono de la bandera de la Organización de las Naciones Unidas, cuya forma en muchas culturas representa vida y salud.
La importancia de este evento radica en que se calcula que en la actualidad hay aproximadamente 350 millones de personas con esta enfermedad y se calcula que cada año más de 3 millones de personas que viven con diabetes, fallecen a causa de enfermedades relacionadas; de ahí su enfoque en la educación acerca del diagnóstico a tiempo y el buen manejo de la diabetes.
Conmemoración:
El 20 de diciembre de 2006 la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 61/225 decidió designar el 14 de noviembre Día Mundial de la Diabetes.
El Día Mundial de la Diabetes sirve para generar en todo el mundo mayor conciencia del problema que supone la diabetes, del vertiginoso aumento por doquier de las tasas de morbilidad y de la forma de evitar la enfermedad en la mayoría de los casos.
Nota: Lo que mata es la ignorancia
Cuando un diabético tipo 2 estima que al salir del gimnasio podrá comer un alfajor sin dañar su salud, cuando un pibe tipo 1 se aplica insulina, o un novio evalúa con cuánto champagne puede brindar en su casamiento sin terminar con un bajón de glucosa, incluso cuando una embarazada con diabetes gestacional mide su azúcar con ese aparatito especial que le dio el médico, o una joven con MODY guarda un jugo azucarado en su mochila, lo que están haciendo es reemplazar las funciones que su páncreas ya no puede cumplir. Todos padecen alguna forma de diabetes mellitus.
Y lo que tienen en común es que la clase de azúcar que actúa como principal fuente de energía del organismo, la glucosa, no logra entrar en forma efectiva en las células. Entonces allí se queda, aferrada a los glóbulos rojos, y el cuerpo comienza a clamar por alimento, a padecer su ausencia y el exceso de azúcar en la sangre. Esta dificultad de la glucosa para incorporarse a los tejidos se debe a la falta total o parcial de insulina, una hormona que genera el páncreas y que se encarga de facilitar esa incorporación.
Así es como el señor, el pibe, el novio, la embarazada y la chica deben controlar sus niveles de glucemia (cantidad de azúcar en la sangre) inyectarse insulina, tomar medicación, o ambas, aprender cómo esa glucemia se ve afectada por la actividad física, por el descanso, por resfríos, por diversos tipos de comidas, en definitiva por todas las cuestiones cotidianas. Y de acuerdo a estos parámetros llevan adelante su tratamiento, que los diabetólogos suelen tildar de “artesanal”, ya que cada persona requiere de indicaciones particulares de acuerdo a sus rutinas y a la propia reacción del cuerpo. Pero tienen un objetivo común, mantener los niveles de glucemia estables y dentro de ciertos parámetros para vivir sanos. Porque es posible vivir sano a pesar de la diabetes y pisar el freno de las complicaciones.
AZUCAR QUE ME HICISTE MAL, Y SIN EMBARGO...
En la década del ’90 se confirmó con un estudio amplio lo que se sospechaba desde hacía décadas, el mantener los niveles de glucosa en la sangre dentro de un rango normal disminuye las posibilidades de padecer complicaciones de la diabetes mellitus. Se trató de la Prueba de Control y Complicaciones de la Diabetes (DCCT, sus siglas en inglés, del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y de Riñón de EE.UU.). Luego, se continuó con otro, denominado EDIC, para determinar factores para predecir aparición de enfermedades cardíacas y complicaciones por diabetes en ojos, riñones y nervios.
También, evaluó los beneficios del control intensivo, además del costo-beneficio de esta práctica.
El control intensivo implica no menos de cuatro mediciones de glucemia y como mínimo tres aplicaciones de insulina por día o utilizar una bomba infusora (que se “conecta” al cuerpo por medio de una aguja subcutánea y provee de insulina las 24 horas del día), entre otras cuestiones.
Estos ensayos mostraron que mantener los niveles de glucosa en la sangre lo más cerca posible de lo normal evita o retrasa la aparición de las complicaciones de la diabetes mellitus, e incluso puede llegar a frenar su avance en los casos que ya se declararon.
A pesar de que estos estudios se realizaron en personas con diabetes tipo 1, los investigadores determinaron que sus conclusiones también se aplican a personas con diabetes tipo 2 (que representa aproximadamente el 90 por ciento de los casos, un 7 por ciento para tipo 1 y el 3 por ciento restante las otras formas).
FACTORES EN JUEGO
Algunos estudios más actuales, como el Accord (Acción para Controlar el Riesgo Cardiovascular en Diabetes, según sus siglas en inglés, también del Instituto de Diabetes de EE.UU.), indican que en tipo 2 el ajuste de glucemia adecuado debe establecerse para cada paciente, de lo contrario podría ser negativo (y el uso del condicional “podría” está vinculado con que el estudio continúa con nuevas pautas). Es más, los diabetólogos, para cualquier tipo de diabetes, indican a cada persona un propio objetivo ideal de glucemias, relacionado con diversos factores, como la edad por ejemplo. Además, existen hormonas que intervienen subiendo (como adrenalina o cortisol) o bajando los niveles de azúcar en la sangre, de las que queda mucho por descubrir.
Aparte, todos –usen o no insulina– deben evitar o “atajar” a tiempo las hipoglucemias y las hiperglucemias, es decir, niveles de azúcar en sangre debajo de lo normal en el primer caso y por arriba en el segundo. La hipoglucemia mal tratada puede llevar a coma e incluso muerte. Pero el saber cómo actuar ante este bajón permite continuar con las actividades del día, casi como si no hubiera pasado nada. Por otro lado, la hiperglucemia prolongada puede llevar a cetoacidosis –una especie de “auto” intoxicación–, así como a deshidrataciones graves. Y entonces aquí aparece otro factor relacionado con los desafíos que debe afrontar un diabético. El signo pesos entra a la cancha.
La mayor parte de los insumos necesarios para el control de la diabetes son caros.
En Argentina existen leyes que reglamentan los derechos de los diabéticos y facilitan, hasta cierto punto, el acceso a un buen tratamiento; rigen para obras sociales, prepagas e incluso para el Estado en caso de que se carezca de cobertura médica. Pero a veces, lograr que estas leyes se cumplan es un factor más en juego del que debe ocuparse el paciente para lograr el ansiado buen control.
Un tratamiento ideal requiere de educación diabetológica, en lo posible brindada por un equipo interdisciplinario de profesionales que dé indicaciones y contenga ante las vicisitudes de una enfermedad crónica. Además, es importante acceder a todos los insumos, incluso al medidor portátil de glucemia. Y entonces, será más fácil lograr el equilibrio de un modo razonable, de un modo que permita moderar y hasta evitar las complicaciones de la diabetes.
LOS TRATAMIENTOS EFECTIVOS AVANZAN, LOS MITOS PERDURAN
La diabetes mellitus se conoce desde hace milenios, la velocidad de evolución de la enfermedad dependía del tipo de diabetes, pero siempre llegaban graves complicaciones y muerte. Pero hoy no debe ser así. Poco a poco, se fue conociendo su vínculo con los carbohidratos (harina, azúcar, almidón, que el cuerpo transforma en glucosa) y el papel del páncreas; hasta que en 1922 se aplicó por primera vez insulina a un niño con diabetes tipo 1 y poco más de un año después se utilizó en Argentina. En la década del ‘40 surgieron los primeros medicamentos orales.
La determinación de los niveles de azúcar en sangre en diferentes momentos del día es una herramienta fundamental, ya que permite al diabético actuar en relación a ese valor, ya sea para mantenerlo, subirlo o bajarlo. Durante muchos años, se utilizaron tiras reactivas que estimaban la cantidad de glucosa presente en la orina, que reflejaba la glucemia de horas anteriores. Ya en la década del ‘60 se crearon tiras reactivas que medían el nivel de azúcar en la sangre y, a pesar de funcionar con un gran margen de error, permitían realizar ajustes importantes en el tratamiento. Pero no era fácil obtener esa tecnología.
En adelante, se suscitaron grandes mejoras en los tipos de insulinas, en los tratamientos orales, en los medidores de glucemia, incluso las bombas infusoras de insulina se hicieron accesibles y se profundizaron los conocimientos sobre los diversos tipos de diabetes.
Hoy se puede realizar el diagnóstico temprano, prevenir las complicaciones, frenar las existentes, e incluso evitar su aparición en algunas personas propensas al tipo 2. Sin embargo, aún existen mitos y temores sobre la enfermedad que atentan contra la prevención y el buen control.
Una nueva encuesta de la Federación Argentina de Diabetes, obtuvo resultados similares a otra realizada hace tres años. Concluyó que un 61 por ciento de los encuestados consideraba que la insulina afecta la visión, los riñones y el corazón, lo que es falso; de hecho, un buen uso de esta hormona puede evitar esas afecciones. Además, un 53 por ciento creía que un diabético tiene prohibido comer pan, azúcares o pastas, lo que también es erróneo; un diabético puede consumir de todo, no necesita alimentos “especiales”, sólo debe saber cuándo, cómo y cuánto.
Otro resultado que contrasta con la realidad de la enfermedad hoy es que el 62 por ciento entendía que no importa qué se haga, la diabetes lleva a complicaciones en vista, piernas, corazón y riñones, lo cual es equivocado también.
Deberá haber algún punto de intersección entre el acceso a la información fidedigna, a la educación diabetológica y a los insumos necesarios, para que ese casi 50 por ciento de diabéticos argentinos que no sabe que padece la enfermedad, se entere antes de que lleguen las complicaciones y para que el 70 por ciento de los que lo saben y no se tratan, comiencen a hacerlo.
Fuente: Jordana Dorfman, para Página 12.
Se eligió esta fecha por ser el natalicio de Frederick Grant Banting, quien junto a Charles Best descubrió la insulina, cuyo descubrimiento permitió que la diabetes pasara de ser una enfermedad mortal a una enfermedad controlable.
Se celebra con diferentes actividades, como caminatas, pláticas y ruedas de prensa entre muchas otras, siguiendo una temática anual del 2004 al 2006. Sin embargo a partir del 2007 se decidió extender el tiempo de cada temática para lograr una mejor difusión del mismo.
A partir del 2006 la Organización de las Naciones Unidas lo declaró como un día oficial de la salud para hacer notar que esta enfermedad es una prioridad en los temas relacionados a la salud y comienza a celebrarlo en el 2007. Este mismo año se establece un logotipo oficial, un círculo azul del tono de la bandera de la Organización de las Naciones Unidas, cuya forma en muchas culturas representa vida y salud.
La importancia de este evento radica en que se calcula que en la actualidad hay aproximadamente 350 millones de personas con esta enfermedad y se calcula que cada año más de 3 millones de personas que viven con diabetes, fallecen a causa de enfermedades relacionadas; de ahí su enfoque en la educación acerca del diagnóstico a tiempo y el buen manejo de la diabetes.
Conmemoración:
El 20 de diciembre de 2006 la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 61/225 decidió designar el 14 de noviembre Día Mundial de la Diabetes.
El Día Mundial de la Diabetes sirve para generar en todo el mundo mayor conciencia del problema que supone la diabetes, del vertiginoso aumento por doquier de las tasas de morbilidad y de la forma de evitar la enfermedad en la mayoría de los casos.
Nota: Lo que mata es la ignorancia
Cuando un diabético tipo 2 estima que al salir del gimnasio podrá comer un alfajor sin dañar su salud, cuando un pibe tipo 1 se aplica insulina, o un novio evalúa con cuánto champagne puede brindar en su casamiento sin terminar con un bajón de glucosa, incluso cuando una embarazada con diabetes gestacional mide su azúcar con ese aparatito especial que le dio el médico, o una joven con MODY guarda un jugo azucarado en su mochila, lo que están haciendo es reemplazar las funciones que su páncreas ya no puede cumplir. Todos padecen alguna forma de diabetes mellitus.
Y lo que tienen en común es que la clase de azúcar que actúa como principal fuente de energía del organismo, la glucosa, no logra entrar en forma efectiva en las células. Entonces allí se queda, aferrada a los glóbulos rojos, y el cuerpo comienza a clamar por alimento, a padecer su ausencia y el exceso de azúcar en la sangre. Esta dificultad de la glucosa para incorporarse a los tejidos se debe a la falta total o parcial de insulina, una hormona que genera el páncreas y que se encarga de facilitar esa incorporación.
Así es como el señor, el pibe, el novio, la embarazada y la chica deben controlar sus niveles de glucemia (cantidad de azúcar en la sangre) inyectarse insulina, tomar medicación, o ambas, aprender cómo esa glucemia se ve afectada por la actividad física, por el descanso, por resfríos, por diversos tipos de comidas, en definitiva por todas las cuestiones cotidianas. Y de acuerdo a estos parámetros llevan adelante su tratamiento, que los diabetólogos suelen tildar de “artesanal”, ya que cada persona requiere de indicaciones particulares de acuerdo a sus rutinas y a la propia reacción del cuerpo. Pero tienen un objetivo común, mantener los niveles de glucemia estables y dentro de ciertos parámetros para vivir sanos. Porque es posible vivir sano a pesar de la diabetes y pisar el freno de las complicaciones.
AZUCAR QUE ME HICISTE MAL, Y SIN EMBARGO...
En la década del ’90 se confirmó con un estudio amplio lo que se sospechaba desde hacía décadas, el mantener los niveles de glucosa en la sangre dentro de un rango normal disminuye las posibilidades de padecer complicaciones de la diabetes mellitus. Se trató de la Prueba de Control y Complicaciones de la Diabetes (DCCT, sus siglas en inglés, del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y de Riñón de EE.UU.). Luego, se continuó con otro, denominado EDIC, para determinar factores para predecir aparición de enfermedades cardíacas y complicaciones por diabetes en ojos, riñones y nervios.
También, evaluó los beneficios del control intensivo, además del costo-beneficio de esta práctica.
El control intensivo implica no menos de cuatro mediciones de glucemia y como mínimo tres aplicaciones de insulina por día o utilizar una bomba infusora (que se “conecta” al cuerpo por medio de una aguja subcutánea y provee de insulina las 24 horas del día), entre otras cuestiones.
Estos ensayos mostraron que mantener los niveles de glucosa en la sangre lo más cerca posible de lo normal evita o retrasa la aparición de las complicaciones de la diabetes mellitus, e incluso puede llegar a frenar su avance en los casos que ya se declararon.
A pesar de que estos estudios se realizaron en personas con diabetes tipo 1, los investigadores determinaron que sus conclusiones también se aplican a personas con diabetes tipo 2 (que representa aproximadamente el 90 por ciento de los casos, un 7 por ciento para tipo 1 y el 3 por ciento restante las otras formas).
FACTORES EN JUEGO
Algunos estudios más actuales, como el Accord (Acción para Controlar el Riesgo Cardiovascular en Diabetes, según sus siglas en inglés, también del Instituto de Diabetes de EE.UU.), indican que en tipo 2 el ajuste de glucemia adecuado debe establecerse para cada paciente, de lo contrario podría ser negativo (y el uso del condicional “podría” está vinculado con que el estudio continúa con nuevas pautas). Es más, los diabetólogos, para cualquier tipo de diabetes, indican a cada persona un propio objetivo ideal de glucemias, relacionado con diversos factores, como la edad por ejemplo. Además, existen hormonas que intervienen subiendo (como adrenalina o cortisol) o bajando los niveles de azúcar en la sangre, de las que queda mucho por descubrir.
Aparte, todos –usen o no insulina– deben evitar o “atajar” a tiempo las hipoglucemias y las hiperglucemias, es decir, niveles de azúcar en sangre debajo de lo normal en el primer caso y por arriba en el segundo. La hipoglucemia mal tratada puede llevar a coma e incluso muerte. Pero el saber cómo actuar ante este bajón permite continuar con las actividades del día, casi como si no hubiera pasado nada. Por otro lado, la hiperglucemia prolongada puede llevar a cetoacidosis –una especie de “auto” intoxicación–, así como a deshidrataciones graves. Y entonces aquí aparece otro factor relacionado con los desafíos que debe afrontar un diabético. El signo pesos entra a la cancha.
La mayor parte de los insumos necesarios para el control de la diabetes son caros.
En Argentina existen leyes que reglamentan los derechos de los diabéticos y facilitan, hasta cierto punto, el acceso a un buen tratamiento; rigen para obras sociales, prepagas e incluso para el Estado en caso de que se carezca de cobertura médica. Pero a veces, lograr que estas leyes se cumplan es un factor más en juego del que debe ocuparse el paciente para lograr el ansiado buen control.
Un tratamiento ideal requiere de educación diabetológica, en lo posible brindada por un equipo interdisciplinario de profesionales que dé indicaciones y contenga ante las vicisitudes de una enfermedad crónica. Además, es importante acceder a todos los insumos, incluso al medidor portátil de glucemia. Y entonces, será más fácil lograr el equilibrio de un modo razonable, de un modo que permita moderar y hasta evitar las complicaciones de la diabetes.
LOS TRATAMIENTOS EFECTIVOS AVANZAN, LOS MITOS PERDURAN
La diabetes mellitus se conoce desde hace milenios, la velocidad de evolución de la enfermedad dependía del tipo de diabetes, pero siempre llegaban graves complicaciones y muerte. Pero hoy no debe ser así. Poco a poco, se fue conociendo su vínculo con los carbohidratos (harina, azúcar, almidón, que el cuerpo transforma en glucosa) y el papel del páncreas; hasta que en 1922 se aplicó por primera vez insulina a un niño con diabetes tipo 1 y poco más de un año después se utilizó en Argentina. En la década del ‘40 surgieron los primeros medicamentos orales.
La determinación de los niveles de azúcar en sangre en diferentes momentos del día es una herramienta fundamental, ya que permite al diabético actuar en relación a ese valor, ya sea para mantenerlo, subirlo o bajarlo. Durante muchos años, se utilizaron tiras reactivas que estimaban la cantidad de glucosa presente en la orina, que reflejaba la glucemia de horas anteriores. Ya en la década del ‘60 se crearon tiras reactivas que medían el nivel de azúcar en la sangre y, a pesar de funcionar con un gran margen de error, permitían realizar ajustes importantes en el tratamiento. Pero no era fácil obtener esa tecnología.
En adelante, se suscitaron grandes mejoras en los tipos de insulinas, en los tratamientos orales, en los medidores de glucemia, incluso las bombas infusoras de insulina se hicieron accesibles y se profundizaron los conocimientos sobre los diversos tipos de diabetes.
Hoy se puede realizar el diagnóstico temprano, prevenir las complicaciones, frenar las existentes, e incluso evitar su aparición en algunas personas propensas al tipo 2. Sin embargo, aún existen mitos y temores sobre la enfermedad que atentan contra la prevención y el buen control.
Una nueva encuesta de la Federación Argentina de Diabetes, obtuvo resultados similares a otra realizada hace tres años. Concluyó que un 61 por ciento de los encuestados consideraba que la insulina afecta la visión, los riñones y el corazón, lo que es falso; de hecho, un buen uso de esta hormona puede evitar esas afecciones. Además, un 53 por ciento creía que un diabético tiene prohibido comer pan, azúcares o pastas, lo que también es erróneo; un diabético puede consumir de todo, no necesita alimentos “especiales”, sólo debe saber cuándo, cómo y cuánto.
Otro resultado que contrasta con la realidad de la enfermedad hoy es que el 62 por ciento entendía que no importa qué se haga, la diabetes lleva a complicaciones en vista, piernas, corazón y riñones, lo cual es equivocado también.
Deberá haber algún punto de intersección entre el acceso a la información fidedigna, a la educación diabetológica y a los insumos necesarios, para que ese casi 50 por ciento de diabéticos argentinos que no sabe que padece la enfermedad, se entere antes de que lleguen las complicaciones y para que el 70 por ciento de los que lo saben y no se tratan, comiencen a hacerlo.
Fuente: Jordana Dorfman, para Página 12.
Etiquetas:
El consultorio virtual del Doctor Fugazzetta
Suscribirse a:
Entradas (Atom)