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domingo, 31 de diciembre de 2017

En las postrimerías del 2017...

Mi percepción a medida que envejezco es que no hay años malos. Hay años de fuertes aprendizajes y otros que son como un recreo, pero malos no son.
Creo firmemente que la forma en que se debería evaluar un año tendría más que ver con cuánto fuimos capaces de amar, de perdonar, de reír, de aprender cosas nuevas, de haber desafiado nuestros egos y nuestros apegos. Por eso, no debiéramos tenerle miedo al sufrimiento ni al tan temido fracaso, porque ambos son sólo instancias de aprendizaje.
Nos cuesta mucho entender que la vida y el cómo vivirla depende de nosotros, el cómo enganchamos con las cosas que no queremos, depende sólo del cultivo de la voluntad. Si no me gusta la vida que tengo, deberé desarrollar las estrategias para cambiarla, pero está en mi voluntad el poder hacerlo. “Ser feliz es una decisión”, no nos olvidemos de eso.

Entonces, con estos criterios me preguntaba qué tenía que hacer yo para poder construir un buen año porque todos estamos en el camino de aprender todos los días a ser mejores y de entender que a esta vida vinimos a tres cosas:
-a aprender a amar
-a dejar huella
-a ser felices
En esas tres cosas debiéramos trabajar todos los días, el tema es cómo y creo que hay tres factores que ayudan en estos puntos:
-Aprender a amar la responsabilidad como una instancia de crecimiento. El trabajo sea remunerado o no, dignifica el alma y el espíritu y nos hace bien en nuestra salud mental. Ahora el significado del cansancio es visto como algo negativo de lo cual debemos deshacernos y no cómo el privilegio de estar cansados porque eso significa que estamos entregando lo mejor de nosotros. A esta tierra vinimos a cansarnos,....... para dormir tenemos siglos después.

 -Valorar la libertad como una forma de vencerme a mi mismo y entender que ser libre no es hacer lo que yo quiero. Quizás deberíamos ejercer nuestra libertad haciendo lo que debemos con placer y decir que estamos felizmente agotados y así poder amar más y mejor.

-El tercer y último punto a cultivar es el desarrollo de la fuerza de voluntad, ese maravilloso talento de poder esperar, de postergar gratificaciones inmediatas en pos de cosas mejores. Hacernos cariño y tratarnos bien como país y como familia, saludarnos en los ascensores, saludar a los guardias, a los choferes de los micros, sonreír por lo menos una o varias veces al día. Querernos.
Crear calidez dentro de nuestras casas, hogares, y para eso tiene que haber olor a comida, cojines aplastados y hasta manchados, cierto desorden que acuse que ahí hay vida. Nuestras casas independientes de los recursos se están volviendo demasiado perfectas que parece que nadie puede vivir adentro. Tratemos de crecer en lo espiritual, cualquiera sea la visión de ello.
La trascendencia y el darle sentido a lo que hacemos tiene que ver con la inteligencia espiritual.
Tratemos de dosificar la tecnología y demos paso a la conversación, a los juegos “antiguos”, a los encuentros familiares, a los encuentros con amigos, dentro de casa. Valoremos la intimidad, el calor y el amor dentro de nuestras familias.
Si logramos trabajar en estos puntos y yo me comprometo a intentarlo, habremos decretado ser felices, lo cual no nos exime de los problemas, pero nos hace entender que la única diferencia entre alguien feliz o no, no tiene que ver con los problemas que tengamos sino que con la ACTITUD con la cual enfrentemos lo que nos toca.
Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se agrandan.
Y que en cambio, con las penas pasa al revés. Se achican.
Tal vez lo que sucede, es que al compartir, lo que se dilata es el corazón.
Y un corazón dilatado esta mejor capacitado para gozar de las alegrías y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro.

MAMERTO MENAPACE
monje benedictino y escritor

La cuadrilla de mantenimiento....

Estaba una cuadrilla de mantenimiento de rutas de la Provincia de Buenos Aires en plena tarea: limpiando, tapando algún bache, señalizando, etc. -
Al frente  de la misma, se encontraba el célebre De La Ostia y completaban el grupo, Polito; César de Campana; el Perro Heredia y el Facha.
Al llegar la hora del almuerzo, De La Ostia manda tender el mantel en medio de la ruta y preparar todo para sentarse a almorzar.
- ¿En medio de la ruta? -pregunta César de Campana. ¿Y si viene un vehículo? Mejor, pongamos el mantel debajo de aquel árbol, a la sombra.
- No señor -replica De La Ostia. Extiendan el mantel en medio de la ruta...
- Contrariados, tienden el mantel en la ruta.
Ya iban a empezar a comer, cuando ven un auto que viene a alta velocidad. El automovilista divisa a los hombres e intenta frenar pero no lo consigue, así que se desvía y se revienta contra el árbol.
De La Ostia, sereno, tomando de a sorbos una fría limonada, mira al grupo y les dice:
- ¡Incrédulos! Ya ven lo que hubiera pasado si tendíamos el mantel a la sombra debajo de ese árbol?

La Rutina Mata - Rubén Rada & Julia Zenko

https://youtu.be/e7V3COsF480

La chica del Crucero......

Una chica muy atractiva hace un viaje en barco y para que no se le olvidaran las cosas que iba viendo y haciendo, registraba todo en un diario personal.
PRIMER DIA: El capitán del barco me invitó a cenar...
SEGUNDO DIA: Estuve bailando toda la noche con el capitán del barco.
TERCER DIA: Al día siguiente de bailar con el capitán, se me insinuó claramente y le dije definitivamente que no.
CUARTO DIA: el capitán me amenazó que como no me acostara con él, hundía el barco y morirían los más de 500 pasajeros que viajaban en el crucero.
QUINTO DIA: Acabo de salvar a más de 500 personas de morir ahogadas...

Suprema de pollo a la naranja

Plato agridulce muy rico ¡a probarlo!

Ingredientes (1 ración)
1 pechuga de pollo
aceite de oliva
vino blanco
sal y pimienta
fécula de maíz
jugo y ralladura de dos naranjas .

Pasos (30 minutos)
1). Sellar la suprema en un sartén con aceite de oliva, salpimentar;

2). Desglasar con vino blanco para levantar el fondo de cocción, agregar el jugo de naranjas y la ralladura;

3). Cocinar durante 20 minutos, hasta que se reduzca el líquido y la pechuga esté cocida;

4).  Retirar la pechuga, y en el caso que la salsa esté líquida espesar con fécula diluida en un poquito de jugo de naranja frío;

5). Servir la salsa sobre la pechuga;

6). Se puede acompañar con papas Noicet.

Quinteto Pirincho - Milonga del tiempo heroico

http://www.youtube.com/watch?v=AKOR7_hJ6I4

Canto a mí mismo - de Walt Whitman

Me celebro y me canto.
Me entrego al ocio y agasajo a mi alma,
me tiendo a mis anchas a observar
un tallo de hierba veraniega.

Clara y pura es mi alma,
y claro y puro es todo aquello que no es mi alma.
Estoy satisfecho: veo, bailo, me río, canto.
Poseo lo bueno de la tierra y del cielo,
el aire que respiro ha sido destinado a mí
desde la eternidad.

El vaho de mi aliento
mi espiración e inspiración,
los latidos de mi corazón,
el fluir de la sangre y del aire
a través de mis pulmones,
el olor de las hojas verdes y de las hojas secas
de la ribera y de las rocas marinas
de oscuro color,
del heno del granero, el sonido de las palabras,
algunos besos leves, abrazos,
el juego de la luz y de la sombra entre los árboles
cuando se mueven las ramas dóciles,
el gozo de hallarme solo
o en el tumulto de las calles,
o en los campos y en los ribazos de las colinas,
la sensación de la salud perfecta,
el trinar de la luna llena,
mi canto al salir del lecho y saludar al sol.

Nunca ha habido más energía original que ahora,
y jamás habrá más perfección que ahora...
Bienvenidos sean todos mis órganos
y todos mis atributos,
ni una pulgada, ni una partícula de una partícula
de una pulgada es vil,
y ninguna debe ser menos conocida que las otras.

Sé que soy sano y vigoroso
que todos los objetos del universo convergen
y manan hacia mí perennemente,
que todos me traen un mensaje
que debo descifrar.
Sé que soy inmortal,
me río de lo que llamáis muerte.
Existo como soy y eso basta.

Estoy enamorado de mí mismo,
hay tantas cosas en mí tan deliciosas.
Todos los instantes, todos los sucesos
me penetran de alegría.
Creo que una hoja de hierba no es menos
que el trabajo realizado por las estrellas,
que la hormiga es igualmente perfecta,
y que la articulación más insignificante,
y ninguno es más ni menos que yo,
y lo bueno y lo malo que de mí digo,
lo digo de ellos.
Sé que todos los hombres son mis hermanos,
que el amor es el sostén de la creación...

Quien degrada a otro me degrada a mí,
y todo lo que se dice o se hace vuelve al fin a mí.
Encarno a todos los marginados
y a todos los que sufren,
brotan de mí muchas voces largo tiempo mudas:
voces de interminables generaciones
de prisioneros y esclavos
voces de los enfermos y los desesperados,
voces de los seres despreciados.

Me veo en la cárcel con las facciones
de otro hombre,
y experimento su dolor sordo y constante;
no pregunto al enfermo como se siente;
me convierto en él.
Soy el esclavo perseguido, el niño silencioso
de rostro envejecido, el enfermo
que exhala su último suspiro.

Hombre y mujer, quisiera decirte
cuanto te amo pero no puedo,
y quisiera decirte lo que hay en mí
y lo que hay en ti,
pero no puedo, y quisiera decirte
cómo late mi corazón día y noche,
y cuanto sufro, pero no puedo.

Shamhain, el origen de la celebración de Halloween

Halloween: Noche de brujas
Según nuestro calendario del Hemisferio Sur, estamos celebrando el verano, un regreso a la naturaleza, a la luz, a la fertilidad y al renacimiento. Pero, ¿cómo? ¿No es noche de brujas? Como toda celebración transplantada, tiene su significado dado vuelta: mientras ellos se encaminan al invierno, a la oscuridad, a los días más cortos, nosotros, lo contrario. Y entonces, ¿festejamos el regreso a la vida (verano) o el encuentro con la muerte (invierno)?

Significado de Halloween
Es el festival de los ancestros y es también “el Año Nuevo de las Brujas”, el momento en el que la puerta hacia el otro mundo está abierta y los espíritus de los muertos la traspasan para volver a caminar por la tierra. A diferencia de otras, las festividades paganas están en plena consonancia con la naturaleza. Y es que esta celebración del calendario celta se encuentra en un tiempo intermedio entre el Equinoccio de Otoño y el Solsticio de Invierno, el tiempo en que la naturaleza comienza a decaer.

¿Cómo se celebra en el Hemisferio Norte?
Con el encendido de hogueras, como ecos de la pira del sacrificio del rey anual. Estamos ante los portales del invierno, que es el tiempo de hibernación en el cual la vida quedará suspendida por el toque de la Cailleach. Ella es la vieja bruja del invierno, que era conocida en Escocia como Carline, Mag-Moulleach o Bevan y que vivía en la cima de la montaña de Ben Nevis. Fue Kaledonia la tierra dada por Kale, Kali o Cale, llamada también Ker-Cailleach. Su totém era el jabalí. El famoso jabalí de Caledonia no es otra que nuestra vieja bruja, guardiana del portal hacia la oscuridad.
El lugar sagrado para conectarse con las energías de esta época del año es la caverna. Lo ideal sería visitar tumbas prehistóricas, pero igual puede servirnos hacer una recorrida por algunos cementerios, ya que “the tomb is the womb”, como dice Kathy Jones: "La tumba es el vientre del cual volveremos a nacer". El vientre es también el caldero de la madre muerte. Es en esta época del año, en la cual Keridwenn o Cerridwen, la Gran Madre Cerda Blanca está embarazada de las almas de los muertos, que serán paridos en Inbolc (otra de las festividades paganas celebradas por las brujas).
La vieja bruja está presente en muchas leyendas del folklore europeo: Merlín es llevado hacia la muerte por Nimue, la hag; la “Bella Durmiente” se pinchó el dedo en la Rueda del Destino y Blancanieves mordió la manzana de la transformación. Simboliza el viaje de la niñez hacia la madurez sexual.

La bruja, el caldero, los ancestros
Como corresponde a una buena vieja bruja, su animal es el gato negro y sus talismanes el cuchillo en forma de hoz y el caldero. El caldero es también el Cáliz (Cáliz = Kali) y es un símbolo del hexagrama 60 del I Ching, “Ting”, el caldero: La caldera es un recipiente de metal en el que se calienta, se cocina o se cuece –dice Judica Cordiglia en su libro del I Ching-, en una palabra, en la que se hace “hervir”, por lo cual se habla de ella en todos los textos antiguos de magia.
“La caldera de los sacrificios se convierte en emblema de la prosperidad, del buen augurio”. “Ting representa las infinitas posibilidades que la mutación ofrece a la vida activa, a la mente abierta a pensamientos vastos, a las decisiones y las situaciones cotidianas”, una de las cuales es el “rito”. El “ting” nos habla de Abundancia y generosidad ilimitada porque contenía alimento para muchos invitados y a la vez se refiere a una sabiduría sagrada del tiempo y de los hombres, dado que era un objeto ritual. El trípode daba firmeza, felicidad y grandeza.
El ritual que corresponde a esta noche oscura, el período en el que la luz del sol comienza a menguar y los días se hacen más cortos, es precisamente el de los ancestros. Es un buen tiempo para recordarlos, rendirles homenaje y decirles todo aquello que no hayamos podido, mientras estuvieron en la tierra. Es una buena tarea, también, celebrar ritos para enviar luz a las almas desencarnadas que están a mitad de camino y no pueden trascender hacia los planos superiores.
Y es también un buen tiempo para aprender a morir, dejando ir todo lo que ya no nos sirve, todo lo falso y lo ilusorio que no nos permite avanzar e interfiere en nuestra vida.

El Tiempo de los Muertos, en México
En México, la festividad del Día de Muertos coincide con la del calendario celta por una razón simple: ambas culturas, aunque lejanas en distancia, proceden del Hemisferio Norte y comparten en común la sabiduría del ciclo de las estaciones, honrados desde épocas matriarcales.
Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México son anteriores a la llegada de los españoles. Hay registro de celebraciones en las etnias mexica, maya, purépecha y totonaca. Los rituales que celebran la vida de los ancestros se realizan en estas civilizaciones por lo menos desde hace tres mil años. En la era prehispánica era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.
El festival que se convirtió en el Día de Muertos se conmemoraba el noveno mes del calendario solar mexica, cerca del inicio de agosto, y se celebraba durante un mes completo. Las festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la "Dama de la Muerte" (actualmente relacionada con la “Catrina”, personaje de José Guadalupe Posada) y esposa de Mictlantecuhtli, Señor de la tierra de los muertos. Las festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos.
La Tierra de los Muertos era conocida como el Mictlán y el camino para llegar allí era muy tortuoso y difícil, pues para llegar a él las almas debían transitar por distintos lugares durante cuatro años. Luego de este tiempo, las almas llegaban al Chicunamictlán, lugar donde descansaban o desaparecían las almas de los muertos. Para recorrer este camino, el difunto era enterrado con un perro llamado Xoloitzcuintle, el cual le ayudaría a cruzar un río y llegar ante Mictlantecuhtli, a quien debía entregar, como ofrenda, atados de teas y cañas de perfume, algodón (ixcátl), hilos colorados y mantas. Quienes iban al Mictlán recibían, como ofrenda, cuatro flechas y cuatro teas atadas con hilo de algodón, una para cada dirección.

Por Sandra Román, Sacerdotisa de Avalon