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viernes, 24 de junio de 2011

¿Qué es la Psico-neuro-endocr-inoinmunología?

Hay emociones que pueden matarte

Entrevista a: Stella Maris Maruso, terapeuta que aplica la psiconeuroendocrinoinmunología.

Tengo 55 años. Nací en Buenos Aires, donde vivo. Educo a personas que atraviesan crisis severas. Estoy casada y he criado cuatro hijos.
¿Política? Ayudar a los demás a vivir hasta el último instante.
¿Dios? No soy religiosa, soy espiritual: experimentar la trascendencia me sana
¿Cuántos pacientes? Casi 30.000 en los últimos 30 años, con enfermedades de todo tipo, cánceres...
¿Cómo los ayuda? No tratando de no morir, sino de vivir hasta morir. De morir bien.
¿Qué es morir bien? Vivir hasta el último instante con plenitud, intensamente. Vivir más no es más tiempo, sino sentirte alegre por estar aquí y ahora.
¿Acaso no vivían antes de enfermarse? ¡Muchos agradecen que su cáncer les haya enseñado a ser felices, a vivir! La enfermedad es una oportunidad de enriquecerse.
Mejor que no llegue.
¡Pero llega! El dolor entra en todas las casas. ¡Y esto hay que saberlo! Deberíamos aprender desde niños que morir es parte de la vida, y a fortalecernos en cada contrariedad.
No nos lo enseñan, es verdad. Al no aprender a dominar la mente, vivimos arrastrados por ella. Eso es malvivir. ¡La mente es demasiado loca para confiarle tu vida! Confíale tus negocios, ¡pero no tu vida!
¿Por qué no?
La mente va de excitación en excitación, te impide gozar la vida. Los médicos dicen que padecemos "síndrome de déficit de deleite": ¡no sabemos gozar de
lo que nos da la vida! Yo lo procuro.
Un 10% es lo que te pasa y un 90% es lo que haces con lo que te pasa.
Cuestión de actitud.
¿Cuál es la mejor?
Sentir pasión ante la incertidumbre de la vida, ante lo que sea que vaya a traerte.
¿Sea lo que sea?
Sí. Los psiquiatras detectan que hoy padecemos de neurosis noógena: falta de responsabilidad y sentido de la propia existencia.
Pues sí que andamos mal.
Sí, pero la ciencia vanguardista trae buenas noticias: acudiendo a tu interior puedes obtener todo lo que necesites, producir endógenamente todas las drogas analgésicas, euforizantes... ¡Puedes aprender a sanarte!
¿Y prescindir de la medicina?
Hablo de la tercera revolución de la medicina: después de la cirugía y los antibióticos, llega la psiconeuroendocrinoinmunología.
A ver si me cabe la palabra en una línea.
Es la disciplina que integra psiquismo y biología, tras treinta años de investigaciones de sabios como Carl Simonson, Robert Ader, Stanley Krippner...
¿Qué postulan?
La interconexión del sistema nervioso central, el nervioso periférico, el endocrino y el inmunológico. Te lo resumo: ¡las emociones modifican tu capacidad inmunológica!
¿O sea que una emoción puede enfermarme?
La angustia ante lo incierto, el miedo, la desesperanza, el remordimiento, la rabia... ¡Cada una tiene su bioquímica! Y es venenosa, es depresora del sistema
inmunológico.
¿De un día para otro?
La salud no es un estado: es un proceso, y muy dinámico. ¡Por tanto, siempre puedes reforzar tu salud si trabajas tus emociones!
¿Las trabaja usted con sus pacientes?
Sí. Hay pacientes ordinarios, sumisos a creencias establecidas, y pacientes extraordinarios, que generan creencias sanadoras.
Creer que puedes curarte... ¿puede curarte?
Hay un viejo experimento famoso: a cuarenta mujeres con cáncer de mama, el médico les contó que la quimioterapia las dejaría calvas. Luego, sólo suministró
quimioterapia a veinte mujeres y dejó que las otras veinte creyesen recibirla...
Y no me diga que...
Sí, sí: el 60% de las segundas quedaron tan calvas como las tratadas con quimioterapia. ¿Qué modificó la bioquímica interna de esas mujeres? ¡Sus propias
creencias! Inducidas por el médico.
Lo que demuestra el enorme poder del médico. ¡El médico puede estimular con su actitud la capacidad autocurativa del paciente! Un hijo mío es médico: a
él y a todos los médicos les ruego que jamás le digan a un paciente que su condición biológica es irreversible. Ese es el único pecado médico.
Pues hay diagnósticos que desahucian. Son condenas: matan más que el tumor. Acepta el diagnóstico que sea, ¡pero jamás aceptes un pronóstico! Jamás: si abandonas la esperanza de mejorar, de luchar por tu propia salud..., activas el suicidio endógeno.
Pero sembrar falsas esperanzas...
¿Falsas? A mi padre le pronosticó el médico tres meses de vida por un diagnóstico de cáncer de próstata diseminado al hígado. Trabajamos juntos con amor, relajación, meditación, nutrición... y al año no tenía células cancerosas. Vivió 18 años más.
¿Qué dijo su médico?
"Milagro", dijo. Remisión espontánea. Desde ese día cerré mi empresa y me volqué a ayudar a otros como a mi padre. Y yo hoy vivo en la frontera del milagro:
la remisión es un efecto colateral en enfermos que han abrazado las fuerzas de la salud, la vida.
¿Cómo han dado ese abrazo?
Sintiendo que la enfermedad enriquece su vida y que morir no es un castigo, ampliando el círculo de lo que les importa y poniéndose al servicio con amor
por la vida que nos traspasa, escapando de su cabeza y empezando a sentir: a reír, a llorar... Se han permitido asombrarse y han experimentado estados
de trascendencia.
¿Qué entiende por trascendencia?
Liberarte de tu historia pasada y del temor por la futura. La meditación ayuda mucho. Y eso cambia tu bioquímica: estás sano, ¡vives! Por el tiempo que
sea, estás vivo.

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El cáncer de su padre le enseñó cómo ayudar a miles de pacientes desde su Fundación Salud (www.fundacionsalud.org.ar)
en Argentina, avalada por científicos de primera fila que la invitan a la facultad de Medicina de la Universidad de Harvard a participar en seminarios
de curación espiritual (sic)
Por aquí aún no nos suena, pero ella me asegura que será el nuevo paradigma médico, en el que el paciente dejará de ser visto como una máquina estropeada que tenga que ser reparada o desahuciada. Esta señora entusiasta me enseña que todo lo que como, pienso y siento va tejiendo mi salud, y que puedo aprender a tejer...

lunes, 20 de junio de 2011

20 de junio - Día de la Bandera

Historia de la bandera Argentina

En [[1812]], las tropas a las órdenes de Manuel Belgrano comenzaron a utilizar una escarapela bicolor azul-celeste y blanco. El mismo Belgrano expresó en un informe oficial que no usaba el rojo "''para evitar confusiones''", ya que los ejércitos "realistas" (es decir, los españoles y sus adeptos) usaban ese color. El 13 de febrero de 1812 Belgrano propuso al gobierno la adopción de una escarapela nacional para los soldados y 10 días después la adoptó luego de que el 18 de febrero de 1812 la Junta declarara abolida la escarapela roja y reconoció la blanca y celeste.

Cita: “Este será el color de la nueva divisa con que marcharán al combate los defensores de la Patria”.
Manuel Belgrano, 13 de febrero de 1812}}

Sólo cinco años más tarde, el 20 de julio de 1816, el Congreso de Tucumán consagró definitivamente el pabellón celeste y blanco.

La bandera

El [[27 de febrero]] de [[1812]], Belgrano estableció dos baterías de artillería en ambas orillas del [[río Paraná]], próximas a la entonces pequeña población conocida como “Villa del Rosario” (la actual ciudad de Rosario, Prov. De Santa Fe)
En esa misma fecha, hacia las 18:30 horas, y en solemne ceremonia, Belgrano dispuso que fuera por primera vez enarbolada una bandera de su creación (se presume que de dos franjas horizontales, blanca la superior y celeste la inferior). La tradición señala que esa primera bandera izada por Belgrano fue confeccionada por una vecina de Rosario de nombre María Catalina Echevarría de Vidal. Quien tuvo el honor de izar la enseña fue un civil, Cosme Maciel, también vecino de Rosario. En esta ciudad se encuentra el [[Monumento Histórico Nacional a la Bandera]] asentado en el ''Parque Nacional a la Bandera''.

Cita: “¡Soldados de la Patria! En este punto hemos tenido la gloria de vestir la escarapela nacional que ha designado nuestro Excelentísimo Gobierno: en aquel, la batería de la Independencia, nuestras armas aumentarán las suyas; juremos vencer a nuestros enemigos interiores y exteriores, y la América del Sur será el templo de la Independencia y de la Libertad”.
“En fe de que así lo juráis, decid conmigo ¡Viva la Patria!"

El Gobierno Nacional, el 3 de marzo de 1812 prohibió al general Belgrano utilizarla, por razones de política internacional, ordenándole que la ocultara disimuladamente y que la reemplazase por la usada en la Fortaleza de Buenos Aires (la rojigualda). Como Belgrano partió hacia el norte para hacerse cargo del Ejército del Norte, no tomó conocimiento de la orden de desechar la bandera. Luego de avanzar a [[San Salvador de Jujuy]], el 25 de mayo de 1812 celebró el segundo aniversario de la Revolución de Mayo con un [[Te Deum]] en la iglesia matriz, durante el cual el canónigo [[Juan Ignacio Gorriti]] la bendijo. El 29 de mayo Belgrano informó al gobierno:

Cita: (...) “el pueblo se complacía de la señal que ya nos distingue de las demás naciones”......

El Triunvirato amonestó por ello a Belgrano el 27 de junio, quien contestó el 18 de julio diciendo:

Cita: “La guardaré silenciosamente para enarbolarla cuando se produzca un gran triunfo de nuestras armas”.

El 24 de julio la entregó al Cabildo de Jujuy. El triunfo lo obtuvo él mismo el 24 de septiembre de 1812 en la Batalla de Tucumán.
En enero de 1813 Belgrano volvió a confeccionar otra bandera, lo cual fue aceptado por la Asamblea del Año XIII al iniciar sus deliberaciones el 31 de enero de 1813, siempre y cuando fuera sólo usada como bandera del Ejército del Norte, y no del estado.
El 13 de febrero de 1813 después de cruzar el Río Pasaje, desde entonces llamado también Juramento, el Ejército del Norte juró obediencia a la Asamblea del Año XIII mientras el Barón de Holmberg sostenía una bandera celeste y blanca.
El 20 de febrero de 1813 se libró la Batalla de Salta, en la cual Belgrano logró un triunfo completo. Esta es la primera batalla que fue presidida por la bandera celeste y blanca, como bandera del Ejército del Norte. Fue usada durante la Segunda expedición auxiliadora al Alto Perú hasta la Batalla de Ayohuma el 13 de noviembre de 1813.

La bandera fue adoptada oficialmente como símbolo de las Provincias Unidas del Río de la Plata el 25 de julio de 1816 por el Congreso General Constituyente de San Miguel de Tucumán. Es el mismo Congreso que había proclamado el 9 de julio de 1816 la Independencia argentina. En dicho Congreso participaron diputados que representaron a Tarija y otras zonas al norte de Argentina, actual Bolivia. En esa sesión se confirmó el uso de la bandera creada por Manuel Belgrano como la única bandera de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Esta bandera es la que la República Argentina recibió en herencia.

La primera bandera argentina constaba de un cuadro celeste cosido a un cuadro blanco de igual tamaño (las medidas son imprecisas, pues estas banderas eran elaboradas por militares en servicio en circunstancias a veces adversas que no permitían tomar tanto tiempo en la elaboración de un distintivo)
Se cambió paulatinamente al diseño de fajas horizontales debido a que en ocasiones las banderas eran de tamaños desproporcionados y debían izarse de formas distintas. Posteriormente, en 1818 se define a la bandera durante el gobierno de Juan Martín de Pueyrredón, incluyéndole el sol incaico. Este sol aparece en el centro de la bandera. Es un sol figurado con rostro humano, de color oro amarillo con treinta y dos rayos: 16 flamígeros apuntando o "girando" en sentido horario, y 16 rectos colocados alternativamente, según diseño de la [[primera moneda argentina]]. Este diseño del sol se debe al orfebre peruano Juan de Dios Rivera (apodado "El Inca", ya que era descendiente de una ñusta) quien adoptó el símbolo del Sol inca como emblemático de la nación argentina.
Manuel Belgrano aceptó este añadido, llamado también Sol de Mayo, ya que en la nubosa y lluviosa jornada (en la ciudad de Buenos Aires) del 25 de mayo de 1810, asomó el sol en el cenit. Esta bandera tenía el color basado en un azul más oscuro.
Por su parte en 1817 José de San Martín, inspirado por Belgrano, hizo confeccionar para el Ejército de los Andes (Ejército de su campaña emancipadora) la llamada Bandera de Los Andes, cuyo diseño es el que adoptó la provincia de Mendoza para su bandera.

Simbolismo de los colores en la bandera

En cuanto a las dos franjas celestes, cabe aclarar que Manuel Belgrano las propuso, al igual que para la escarapela argentina (azul celeste), de un color azul próximo al turquesa. Pero como en la “Argentina” de entonces o “Provincias Unidas de Sud América”, o “Provincias Unidas del Río de la Plata” era bastante difícil encontrar paños de color azul celeste o turquesa, se optó por utilizar provisionalmente el color azul o el color celeste. Una teoría sostiene que Belgrano se inclinó por dichos tonos porque eran los colores de la Orden de Carlos III de la Casa de Borbón, la cual gobernaba España.
En las escuelas argentinas ha sido común el explicar que Belgrano se inspiró en los colores del cielo para los colores de la Bandera Argentina, sin embargo los colores coinciden con varias populares advocaciones de La Virgen, cuyos mantos tradicionalmente son o han sido albicelestes. En rigor ninguna de las teorías se contradice ya que los colores del cielo representan al manto de la Inmaculada Concepción de La Virgen, cuyos colores fueron elegidos por la dinastía borbónica para su presea más importante entonces otorgada: la citada Orden de Carlos III.
De esta presea o condecoración, surgió luego durante las Invasiones Inglesas la escarapela y penacho del Regimiento de Patricios.

En la década de 1930]], una ley estableció el color de las franjas celestes: "como el color del cielo cuando comienza a amanecer", pero, pese a la constitución federalista —predominando aún entonces en los gobiernos la facción "unitaria"— se interpretó que tal color era el celeste desvaído (usado por los "unitarios") que todavía en la actualidad aparece en algunas representaciones de la bandera de los argentinos, si bien ha tendido y tiende a imponerse el azul celeste original que indicó Manuel Belgrano.
Pese a la dispersión respecto de los colores de la bandera, un [[decreto]] del año [[1944]] estableció finalmente que el pabellón argentino tenía los colores "celeste y blanco".
En agosto de [[1985]], el parlamento argentino promulgó una ley en donde el [[Sol de Mayo]] (o llamado también "Sol de Guerra") debía figurar en todas las banderas argentinas. Esto quiere decir que la bandera con sol ya no es exclusiva de organismos oficiales, buques y edificios de las Fuerzas Armadas. Un particular puede acceder a una bandera con sol, así como empresas privadas (bancos, shoppings, hipódromos, etc.). Antes de esta ley, "la bandera con sol" sólo era utilizada en instituciones oficiales, de ahí que muchas personas sigan creyendo equivocadamente que existen dos tipos de banderas diferentes, una militar y otra civil. El uso de la bandera, sin sol, actualmente queda para adorno de fachadas de edificios, vehículos y comercios.

Ref: http://www.sde.gov.ar/educacion/ceremonial.php www.sde.gov.ar]

http://www.youtube.com/watch?v=lttFd0bc9rA

domingo, 12 de junio de 2011

Pan con manteca ¿y?... ¡¡DULCE DE LECHE!!

El origen de ésta exquisita creación Argentina...

El 24 de junio de 1829, el general Juan Lavalle y el general Juan Manuel de Rosas firmaron lo que se llamó “Tratado de Cañuelas”.
Ambos, enemigos políticos y militares, parecían haber comprendido que era necesario detener, tanta matanza entre hermanos.
El 17 de julio de ese año, Lavalle llegó una vez más a la estancia de Rosas en Cañuelas, para arreglar con su antiguo rival algunas cuestiones pendientes. Había cabalgado durante largo rato y estaba físicamente agotado.
Miró a su alrededor y se dejó caer en un catre de campaña, a unos pasos de unas ollas donde las mujeres del servicio solían preparar sus platos.
Una de las criadas de Rosas, que se encontraba hirviendo leche con azúcar (preparación conocida en esa época como lechada) para acompañar el mate de la tarde, se encontró con Lavalle durmiendo sobre el catre de su patrón. Ella lo consideró una insolencia y fue a dar aviso a los guardias.
Rosas vino hasta el lugar y al presenciar la escena se rió. Detuvo a su gente, les ordenó que lo dejaran dormir hasta que despertase solo y “guay” del que lo molestara. Todos se fueron callados incluyendo la mulata.
Mientras tanto, la “lechada” siguió en el fuego, sin que nadie se acordara de ella. Al despertar Lavalle le avisaron a Rosas, quien fue a recibirlo, y recién entonces advirtieron que la lechada seguía hirviendo.
Alguien se acercó y sacó las ollas del fuego.
Alguien olió un aroma delicioso.
Alguien no aguantó la tentación de probar esa cosa marrón y espesa.También Rosas y Lavalle saborearon un poco como si fuera un brindis, y les encantó.
Ese 17 de julio, había nacido el DULCE DE LECHE.

Pero más allá de este relato popular, lo cierto es que la fábrica “LA MARTONA”, de Vicente Casares, fue la primera industria del país que elaboró dulce de leche en forma masiva.
El Consejo deliberante de la ciudad de Cañuelas, decretó el 24 de junio DÍA DEL DULCE DE LECHE, apelando a fundamentos históricos, y allí anualmente se realiza una gran fiesta.
La Secretaría de Cultura de la Nación, solicitó que el dulce de leche, lleve el sello de: “PATRIMONIO CULTURAL, ALIMENTARIO Y GASTRONÓMICO ARGENTINO”

“ DULCE DE LECHE ” es la popular combinación de leche y azúcar con variaciones en su composición.
El dulce de leche tradicional Argentino, es elaborado con leche concentrada – pura de vaca, a través del ordeño manual o mecanizado.
Se prepara en recipientes enlozados o de aluminio, calentando hasta quitar la mayor parte de la humedad, se le agrega bicarbonato de sodio, chaucha de vainilla hasta que tome su particular textura cremosa y su color marrón brilloso.

Extraído de: taringa.net
Origen - dulce de leche - tradicional - Argentina
Categoría: Info