Manuel Belgrano
Fue un intelectual, militar, abogado, periodista y político sobresaliente. Participó en las luchas por la independencia y fue un férreo defensor de la educación libre, el sistema monárquico y un adelantado en la promoción de los derechos de la mujer y los indígenas, hasta tal punto de haber propuesto la creación de una Monarquía Inca para proteger a los americanos.
Nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770, estudió en el Colegio de San Carlos y luego en las universidades de Salamanca y Valladolid, en España. En 1793, se recibió de abogado y en 1794, ya en Buenos Aires, fue nombrado primer secretario del Consulado, con 23 años. Desde allí, fomentó la educación a través de la enseñanza de oficios. Además, fundó escuelas de dibujo, matemática y náutica. Durante las invasiones inglesas de 1806, se sumó a las milicias criollas para defender la ciudad. Desde entonces, compartió su pasión por la política y la economía con una carrera militar que lo llevó a participar de luchas liberadoras en toda América Latina. En la Revolución de Mayo, Belgrano desempeñó un rol protagónico y fue nombrado vocal de la Junta Revolucionaria y enviado de expedición al Paraguay. En su transcurso creó, el 27 de febrero de 1812, la bandera nacional.
Entre 1812 y 1813, en el norte del país, encabezó el heroico éxodo del pueblo jujeño y logró las grandes victorias de Tucumán (septiembre de 1812) y Salta (febrero de 1813).
En 1816 participó activamente en el Congreso de Tucumán, que declaró finalmente la independencia de la Argentina.
El 20 de junio de 1820 muere Manuel Belgrano, en medio de una cruenta guerra civil, muy pobre y enfermo. El Creador de la Bandera Nacional, el día anterior había entregado a su médico su reloj de oro, que era todo el bien que le quedaba, de su entrega a la Patria y a su emancipación.
Máximas Y Pensamientos Del General Manuel Belgrano
Ni la virtud ni los talentos tienen precio, ni pueden compensarse con dinero sin degradarlos.
Que no se oiga ya que los ricos devoran a los pobres, y que la justicia es sólo para aquellos.
Mis intenciones no son otras que el evitar la efusión de sangre entre hermanos.
La vida es nada si la libertad se pierde.
En vano los hombres se empeñan en arrastrar a su opinión a los demás, cuando ella no está cimentada en la razón.
El modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente.
Quiero volar, pero mis alas son chicas para tanto peso.
Yo no sé más que hablar la verdad y expresarme con franqueza: esto me lo he propuesto desde el principio de la revolución y he seguido y seguiré así.
No busco glorias sino la unión de los americanos y la prosperidad de la patria.
Mis ideas no se apartan de la razón y justicia que concibo, ni jamás se han dirigido a formar partidos, ni seguirlos.
Lo que creyere justo lo he de hacer, sin consideraciones ni respetos a nadie.
Los gobiernos ilustrados, conociendo las ventajas que prometen el premio y el honor, han echado mano de estos principios motores del corazón humano para todas las empresas.
Deseo que todos sepan el bien para alegrarse, y el mal para remediarlo, si aman a su patria; así que nada oculto ni ocultaré jamás.
El miedo sólo sirve para perderlo todo.
¿Qué otra cosa son los individuos de un gobierno, que los agentes de negocios de la sociedad, para arreglarlos y dirigirlos del modo que conforme al interés público?
Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella.
No hallo medio entre salvar a la patria o morir con honor.
Esta paz tan estimable se compra al duro precio de la sangre y de la muerte.
Ninguna cosa tiene su valor real, ni efectivo en sí mismo,...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario