Aquí comparto un texto, acerca de uno de los sentimientos que el hombre debería aprender a dejar aflorar con mayor asiduidad a lo largo de su vida.
“La gratitud es como un gran sol que
brilla en nuestro pecho, y con su calor disuelve las fronteras ilusorias entre
tú y yo”.
Poder sentir y expresar gratitud es, en
realidad, un regalo que nos damos a nosotros mismos. Este sentimiento nos
conecta, nos recuerda lo unidos que estamos a todos y a Todo, y nos devuelve la
alegría que sentíamos cuando éramos niños.Además la gratitud es un poderoso imán: cada vez que centramos nuestra atención en agradecer cada simple momento, todas y cada una de las cosas que poseemos, la amistad y el Amor que nos acompañan, o lo que sea que hayamos recibido, atraemos a nuestras vidas más de todo aquello.
Pero a veces tenemos ciertas resistencias en demostrarnos agradecidos. Tememos que, al hacerlo, nos sintamos en deuda, o entonces no agradecemos porque en el fondo sentimos que no merecemos lo que nos han brindado.
Ser conscientes de estas resistencias y superarlas es muy importante para poder amarnos a nosotros mismos. Pues si reconocemos el valor de aquello que recibimos, estamos reconociendo también nuestro propio valor.
Y al mostrarnos sinceramente agradecidos, motivamos a los demás y al propio Universo a que nos sigan dando, pues así expresamos nuestra disponibilidad en estar receptivos.
A veces nuestras expectativas son tan altas, que no apreciamos ni agradecemos lo que tenemos o hemos recibido. Y al hacer esto bloqueamos la energía, y el flujo del dar y el recibir se ve interrumpido.
Para poder sentir auténtica gratitud debemos ser humildes, y comprender que todo lo que necesitamos de verdad llegará, a su debido momento. Pero si no somos capaces de agradecer lo que ya está llegando o ya hace parte de nuestras vidas, entonces le cerramos el paso a lo que está en camino.
Para desarrollar este hermoso y profundo sentimiento en ti mismo, puedes comenzar el día haciendo una lista mentalmente, o por escrito, de todos los bienes materiales que posees, incluyendo hasta el objeto más ínfimo.
Luego agrega a la lista todas las personas que hacen parte de tu vida y con las cuales compartes Amor, amistad o cariño. También puedes sumar todas tus cualidades y dones, todo aquello que te hace único, incomparable, y por lo cual puedes sentir gratitud.
Y así vamos descubriendo que podemos sentirnos agradecidos por el simple hecho de estar vivos, o por ningún motivo en particular...
La gratitud en realidad es un estado interior, al que podemos recurrir varias veces al día, para mantenernos en unidad y armonía con el poder del Amor.