Si bien la pediatría no era la especialidad de Fugazzetta, la señora era conocida de la familia, e insistió reiteradamente para que viera al pequeño.
El niño de cinco años, presentaba severísimos problemas de conducta. Fugazzetta le dijo a la abuela que los dejara a solas en el consultorio unos minutos. La mujer abandonaba el lugar, mientras veía con preocupación, como su nieto Facundo, se divertía pateando en los tobillos al doctor, y pegándole en la barriga.
A la media hora el doctor Fugazzetta salió del consultorio, y le dijo a la abuela de Facundo:
- Listo señora. Tengo la solución para el problema que nos aqueja.
- ¡Si doctor? Dígame, ¿cuál es?
- De inmediato me va a una bicicletería, y le compra la bicicleta más linda y moderna a Facundito.
- Bárbaro. Y escúcheme una cosa doctor Fugazzetta, ¿usted cree que con una bicicleta el nene va a estar más tranquilo?
- No se... Pero por lo menos se va a ir a joder más lejos!!!
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