viernes, 27 de diciembre de 2013
Buenos textos para el mundo de estos días......
Siempre lo repetía mi padre....
"No hay peor ciego que el que no quiere ver".
Y cuanta razón tenía.......
LUZ PARA EL CAMINO
Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.
La ciudad era muy oscura en las noches sin luna.
En determinado momento, se encuentra con un amigo.
El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.
Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:
- ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves...
Entonces, el ciego le responde:
- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino.
Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria.
Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi...
- No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que
yo uso para que otros puedan también servirse de ella.
Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea
visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.
Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil...
Muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás...
¿Cómo?
A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento.
¡Qué hermoso sería si todos ilumináramos los caminos de los demás..
con solo transmitir y compartir buenos sentimientos.
"No hay peor ciego que el que no quiere ver".
Y cuanta razón tenía.......
LUZ PARA EL CAMINO
Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.
La ciudad era muy oscura en las noches sin luna.
En determinado momento, se encuentra con un amigo.
El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.
Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:
- ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves...
Entonces, el ciego le responde:
- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino.
Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria.
Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi...
- No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que
yo uso para que otros puedan también servirse de ella.
Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea
visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.
Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil...
Muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás...
¿Cómo?
A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento.
¡Qué hermoso sería si todos ilumináramos los caminos de los demás..
con solo transmitir y compartir buenos sentimientos.
domingo, 22 de diciembre de 2013
EL JUDIO ANDALÚ!!
Un judío andaluz está bebiendo en un bar de Almería. Recibe una llamada en su celular... Atiende y al minuto, una sonrisa de oreja a oreja se dibuja en su cara…
Ordena una ronda de bebidas para todo el mundo en el bar y anuncia lleno de orgullo:
- ¡Mi mujer ha parido un bebé de 11 kilos!
Nadie puede creer que un recién nacido pueda pesar 11 kilos... Pero bué... Se lo preguntan, y el tipo responde:
- Es la media en Andalucía, tíos. Como he dicho, Mi niño es un típico bebé andalú de la colectividá.
Las felicitaciones le llueven de todos los que están cerca y se oyeron muchos oles...
Dos semanas más tarde el tipo vuelve al bar.
El camarero le dice:
- Usted es el padre del niño que pesó 11 kilos al nacer, ¿no? Todo el mundo ha estado haciendo apuestas sobre cuán grande sería en dos semanas. Le íbamos a llamar por teléfono... así que... ya que está aquí, díganos: ¿Cuánto pesa ahora?
El orgulloso padre responde:
- Ocho kilos.
- Pero... ¿Qué ha sucedido? El bebé ya pesaba 11 kilos el día que nació ¿Cómo es que ha perdido tanto peso?
El padre se toma pausadamente un sorbo, se seca los labios en la manga, se inclina hacia el camarero y orgullosamente le dice:
- Lo hemo' circuncidao...
Ordena una ronda de bebidas para todo el mundo en el bar y anuncia lleno de orgullo:
- ¡Mi mujer ha parido un bebé de 11 kilos!
Nadie puede creer que un recién nacido pueda pesar 11 kilos... Pero bué... Se lo preguntan, y el tipo responde:
- Es la media en Andalucía, tíos. Como he dicho, Mi niño es un típico bebé andalú de la colectividá.
Las felicitaciones le llueven de todos los que están cerca y se oyeron muchos oles...
Dos semanas más tarde el tipo vuelve al bar.
El camarero le dice:
- Usted es el padre del niño que pesó 11 kilos al nacer, ¿no? Todo el mundo ha estado haciendo apuestas sobre cuán grande sería en dos semanas. Le íbamos a llamar por teléfono... así que... ya que está aquí, díganos: ¿Cuánto pesa ahora?
El orgulloso padre responde:
- Ocho kilos.
- Pero... ¿Qué ha sucedido? El bebé ya pesaba 11 kilos el día que nació ¿Cómo es que ha perdido tanto peso?
El padre se toma pausadamente un sorbo, se seca los labios en la manga, se inclina hacia el camarero y orgullosamente le dice:
- Lo hemo' circuncidao...
sábado, 21 de diciembre de 2013
Centinelas - de Noemí Fraerman
Atrincherados en macetas en la terraza
estuvieron algunas generaciones.
Alguien las trajo, cuando se instaló en la casa y ahí quedaron a merced de las inclemencias del tiempo. El calor de los veranos resecó su entorno, formando un apretado nudo alrededor de cada tallo. Las lluvias de invierno alimentaron la tierra que se perdía por los agujeros del improvisado recipiente, que se fue destartalando.
Cómo sobrevivieron estos cactus, sólo ellos y su ancestral lucha por la supervivencia lo saben.
Pero no sólo permanecieron sino que lograron crecer. Desarrollaron pequeños grandes brazos que unas veces parecían murallas, otras extraños tótems de místicas posturas. En ocasiones, las menos, cuando a su alrededor florecían rosales o malvones, ellos con su amarronado color , simulaban disciplinados vig´ías del reino del nunca jamás. Vivirás con los pies en la tierra.
Este invierno cuando calmó el corazón logré después de tantas lunas acercarme a sus raíces y arar su lecho para prepararlas para la primavera, se resistieron.. Dura la tierra y gruesas las espinas me costó avanzar. Pero las liberé de las garras y remocé su territorio.
Anoche, en pleno mes de primavera, descubrí una conmovedora flor flameando en las entrañas de mis cactus, rodeadas de una corte de pimpollos, tímidamente cerrados a la luz tornasolada del amanecer.
Alguien las trajo, cuando se instaló en la casa y ahí quedaron a merced de las inclemencias del tiempo. El calor de los veranos resecó su entorno, formando un apretado nudo alrededor de cada tallo. Las lluvias de invierno alimentaron la tierra que se perdía por los agujeros del improvisado recipiente, que se fue destartalando.
Cómo sobrevivieron estos cactus, sólo ellos y su ancestral lucha por la supervivencia lo saben.
Pero no sólo permanecieron sino que lograron crecer. Desarrollaron pequeños grandes brazos que unas veces parecían murallas, otras extraños tótems de místicas posturas. En ocasiones, las menos, cuando a su alrededor florecían rosales o malvones, ellos con su amarronado color , simulaban disciplinados vig´ías del reino del nunca jamás. Vivirás con los pies en la tierra.
Este invierno cuando calmó el corazón logré después de tantas lunas acercarme a sus raíces y arar su lecho para prepararlas para la primavera, se resistieron.. Dura la tierra y gruesas las espinas me costó avanzar. Pero las liberé de las garras y remocé su territorio.
Anoche, en pleno mes de primavera, descubrí una conmovedora flor flameando en las entrañas de mis cactus, rodeadas de una corte de pimpollos, tímidamente cerrados a la luz tornasolada del amanecer.
Noemí
Fraerman
VITAMINA C PARA CUIDAR LA RETINA
“La vitamina C es un antioxidante natural en las células del cerebro y de la retina.
Si bien las propiedades de esta vitamina se han estudiado durante años, su papel en la neurotransmisión del sistema nervioso central era prácticamente desconocido”, afirmó la doctora Cecilia Calero, quien participó como becaria de doctorado en el estudio dirigido por el doctor Daniel Calvo, investigador del CONICET y director del Laboratorio de Neurobiología Celular y Molecular del Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular (INGEBI).
Mediante experimentos donde se analizó la función de los receptores del neurotransmisor GABA presentes en las neuronas de la retina y el cerebro, los investigadores demostraron que la vitamina C es un regulador crítico de la actividad de estos receptores.
“Los receptores de GABA son proteínas de la membrana celular que forman canales iónicos implicados en la transferencia de señales entre las neuronas. Podría decirse
que su papel se asemeja al de los moderadores en una discusión” , explicó Calero.
Los científicos argentinos confirmaron que la vitamina C es un modulador de la actividad de
los receptores de GABA. El trabajo fue realizado en colaboración con dos grupos del exterior, uno de ellos dirigido por el doctor Henrique von Gersdorff en la Universidad de Ciencias de la Salud de Oregon en EEUU y el otro por el doctor Luis Aguayo de la Universidad de Concepción en
Chile.
“La retina fue elegida como uno de nuestros modelos de estudio, entre otras cosas, porque los dos protagonistas principales de nuestro trabajo, la vitamina C y los receptores de GABA, se
encuentran altamente concentrados en esta área”, afirmó Calero.
La experta explicó que “la activación de los receptores de GABA inhibe la comunicación
entre las neuronas, es decir, actúa como un freno en la transferencia de señales entre
estas células”. Y agregó: “Nuestros resultados mostraron que ésta vitamina era capaz de aumentar las respuestas inhibitorias del GABA en las células nerviosas. Esto controlaría
la excitabilidad neuronal manteniéndola dentro de los niveles necesarios para su
correcto funcionamiento. Este dato es esencial ya que cuando las neuronas se encuentran
hiperactivas puede desarrollarse un fenómeno patológico denominado excitotoxicidad,
mediante el cual las células son dañadas y destruidas.“
A la luz de los resultados publicados, Calero indicó: “Dado que la vitamina C se encuentra
presente en altas concentraciones en la retina y en el cerebro, creemos que
puede tratarse de un neuromodulador natural fundamental para el funcionamiento del sistema
nervioso.”
Si bien las propiedades de esta vitamina se han estudiado durante años, su papel en la neurotransmisión del sistema nervioso central era prácticamente desconocido”, afirmó la doctora Cecilia Calero, quien participó como becaria de doctorado en el estudio dirigido por el doctor Daniel Calvo, investigador del CONICET y director del Laboratorio de Neurobiología Celular y Molecular del Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular (INGEBI).
Mediante experimentos donde se analizó la función de los receptores del neurotransmisor GABA presentes en las neuronas de la retina y el cerebro, los investigadores demostraron que la vitamina C es un regulador crítico de la actividad de estos receptores.
“Los receptores de GABA son proteínas de la membrana celular que forman canales iónicos implicados en la transferencia de señales entre las neuronas. Podría decirse
que su papel se asemeja al de los moderadores en una discusión” , explicó Calero.
Los científicos argentinos confirmaron que la vitamina C es un modulador de la actividad de
los receptores de GABA. El trabajo fue realizado en colaboración con dos grupos del exterior, uno de ellos dirigido por el doctor Henrique von Gersdorff en la Universidad de Ciencias de la Salud de Oregon en EEUU y el otro por el doctor Luis Aguayo de la Universidad de Concepción en
Chile.
“La retina fue elegida como uno de nuestros modelos de estudio, entre otras cosas, porque los dos protagonistas principales de nuestro trabajo, la vitamina C y los receptores de GABA, se
encuentran altamente concentrados en esta área”, afirmó Calero.
La experta explicó que “la activación de los receptores de GABA inhibe la comunicación
entre las neuronas, es decir, actúa como un freno en la transferencia de señales entre
estas células”. Y agregó: “Nuestros resultados mostraron que ésta vitamina era capaz de aumentar las respuestas inhibitorias del GABA en las células nerviosas. Esto controlaría
la excitabilidad neuronal manteniéndola dentro de los niveles necesarios para su
correcto funcionamiento. Este dato es esencial ya que cuando las neuronas se encuentran
hiperactivas puede desarrollarse un fenómeno patológico denominado excitotoxicidad,
mediante el cual las células son dañadas y destruidas.“
A la luz de los resultados publicados, Calero indicó: “Dado que la vitamina C se encuentra
presente en altas concentraciones en la retina y en el cerebro, creemos que
puede tratarse de un neuromodulador natural fundamental para el funcionamiento del sistema
nervioso.”
Etiquetas:
El consultorio virtual del Doctor Fugazzetta
Suscribirse a:
Entradas (Atom)