Para tratar de invertir esta tendencia, los gobiernos hablan de la necesidad de controlar los llamados "ambientes obesogénicos".
Pero, ¿qué son exactamente?
Estados
Unidos, China e India están a la cabeza de los países con más peso. Y de cerca
le siguen Rusia, Brasil y México. Aquí hay ambientes que fomentan la comida
poco sana y el sedentarismo.
El
profesor Mike Kelly, director del Instituto Nacional para la Salud y la
Excelencia del Cuidado (NICE, por sus siglas en inglés), explica que por lo
general estos ambientes se dan en zonas urbanas donde la movilización en
automóviles está por encima que caminar.Muchas ciudades estadounidenses entran en esta categoría, con Atlanta como el mayor ejemplo, de acuerdo con Kelly. Pero también se trata de edificios con ascensores y escaleras mecánicas donde las escaleras están escondidas.
No obstante, el periodista de la BBC Tom Castella dice que la comida es el factor más importante. "Las calles principales y los sitios públicos como los cines están dominados por tiendas que venden hamburguesas, pollo frito, bebidas azucaradas, pastelería y dulces". Son comidas con un alto contenido calórico.
Tentación
por todas partes
El
profesor Kelly considera que hoy en día la escala de tentaciones es mucho
mayor. También menciona un estudio en el que se demuestra que el número de
restaurantes de comida rápida en un área determinada tiene un impacto en la
obesidad.La situación no pasó completamente inadvertida, dado que ya se han tomado iniciativas para disminuir la densidad de cadenas de comida. En la ciudad inglesa de Birmingham, por ejemplo, el ayuntamiento limitó el número de locales de comida rápida en las zonas comerciales a no más del 10% del total de los locales.
Según Paul Gately, profesor de ejercicio y obesidad de la universidad Metropolitana de Leeds, la dieta importa más que la movilización de la gente.
"Sin lugar a dudas, la comida tiene un impacto mucho mayor que el movimiento de las personas". Gately considera que el "ambiente obesogénico" es una forma útil de poner presión en los legisladores, en vez de culpar a individuos por tener sobrepeso.
De Castella explica que el término probablemente fue acuñado por el experto en salud pública de Nueva Zelanda Boyd Swinburn.
"Él se dio cuenta del impacto negativo -incluyendo altos índices de diabetes- del estilo de vida estadounidense en los indígenas de la reserva de Arizona", agrega. "Y esto fue hace más de 25 años".
Por su parte, Kelly recuerda que el vínculo entre el cigarrillo y el cáncer de pulmón se descubrió por primera vez en 1952, pero tomó décadas para que se restringiera el consumo de tabaco.
El experto predice que llevará el mismo tiempo antes de que los países desarrollados desmantelen los ambientes obesogénicos.
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