Que
la frágil memoria de la mente de tus alumnos olvida fácilmente lo aprendido.
Pero
la firme memoria de su corazón retiene de por vida lo sentido y lo vivido.Si quieres educar, no pongas el acento en cargar las mentes con conocimientos.
Llena más bien los corazones con valores y vivencias.
Produces
más calor encendiendo un fósforo que hablando sobre el fuego.
Iluminas
más encendiendo una vela que describiendo el sol.
Si
quieres educar, no impongas caminos, obligando.
Muestra tus ideales, caminando.
Recuerda que no se educa sin amor. Por lo tanto, ama a tus alumnos como son.
Si
amas y vives en la autenticidad, educas sin proponértelo.
Si
no amas y no educas de verdad, no educas, aunque te lo propongas.
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