Una templada tarde en la selva, Tarzán había decidido jugar pin pong con su hijo Boy. Para ello, el hombre mono tomó las raquetas y, le solicitó a la mona Chita:
- Chita! Hacer el favor de traerme las pelotas de pin pong....
El hombre de la selva y su hijo esperaron como cinco horas el regreso de la mona. Ya estaban entre preocupados y extrañados, cuando de pronto, Chita apareció toda ensangrentada y bastante maltrecha. Tarzán al verla, exclamó exaltado:
- Chita! Que haber hecho!! Yo pedirte que trajeras las pelotas de ping pong!!! No las de King Kong!!!!
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