Se demostró por primera vez que es posible la inhibición crónica de las “calpaínas”. Claves de prevención.
Científicos de un centro español demostraron en un ensayo con ratas la efectividad de un tratamiento oral que reduce las consecuencias del infarto de miocardio sobre la función del corazón, incluso si la medicación se administra un día después de sufrir el infarto.
El grupo de Investigación en Enfermedades Cardiovasculares del Vall d'Hebron Institut de Recerca de Barcelona (VHIR), liderado por David García-Dorado, llevó a cabo este estudio con ratas y en él demuestran por primera vez que es posible la inhibición crónica de las calpaínas (unas enzimas activadas por el aumento del calcio intracelular) mediante un tratamiento oral que atenúa los daños en el corazón tras un infarto agudo de miocardio.
¿Cómo fue el estudio sobre ratas?
El estudio, publicado en la revista Cardiovascular Research, utilizó un modelo de infarto por oclusión coronaria transitoria en ratas para demostrar que las calpaínas persisten sobreactivadas durante las semanas siguientes a un infarto.
Y que esa sobreactivación desempeña un papel fundamental en la aparición del remodelado ventricular adverso, una serie de cambios que afectan al corazón después del infarto favoreciendo la aparición de arritmias.
"La administración oral diaria de un nuevo inhibidor de las calpaínas -con propiedades que lo hacen absorbible por vía oral- previene esta sobreactivación, reduce el remodelado ventricular y mejora la función contráctil a los 21 días del infarto, incluso si el tratamiento se comienza un día después de la oclusión coronaria", explicó Javier Inserte, investigador del VHIR.
¿Qué permite el nuevo tratamiento?
El proceso experimentado, según Inserte, disminuye la hipertrofia, la fibrosis y la inflamación en el miocardio no infartado. Según los investigadores, los resultados sugieren que este efecto protector de la inhibición de la calpaína es debido a la prevención del efecto de la calpaína sobre moléculas reguladoras de la expresión génica.
"Este estudio demuestra por primera vez que la inhibición crónica de las calpaínas es posible mediante un tratamiento oral y puede representar una estrategia terapéutica dirigida a atenuar el remodelado adverso y la insuficiencia cardíaca en pacientes que sobreviven a un infarto agudo de miocardio", resaltó García-Dorado.
El infarto de miocardio, un cuadro causado generalmente por la oclusión trombótica de una arteria coronaria, es una de las principales manifestaciones de la cardiopatía isquémica.
Qué es el infarto de miocardio y cómo prevenirlo
Conocido popularmente como “ataque cardíaco” se produce por una insuficiente irrigación sanguínea al corazón y la consecuente falta de oxígeno. Esta situación es llamada isquemia. Cuando el flujo sanguíneo se bloquea y el órgano no recibe sangre ni oxígeno, las células cardíacas mueren. Como consecuencia de un infarto, una porción del tejido del corazón muere por la falta de oxígeno y este daño resulta irreversible. Es por eso que el tratamiento médico inmediato resulta tan importante, informa la Sociedad Argentina de Cardiología.
Cuando se interrumpe el flujo sanguíneo, el corazón comienza a sufrir daño. Cuanto más tiempo pasa sin tratamiento más se extiende la lesión. Es por eso que una rápida intervención médica puede minimizar los daños al tejido cardíaco. Además, durante un infarto, el corazón puede dejar de latir. Para ello los médicos cuentan con el equipo necesario de reanimación.
Síntomas
• Molestia en el centro del pecho: sensación de presión, opresión o dolor en el centro del pecho. Puede durar varios minutos, desaparecer y volver a aparecer
• Dolor en un brazo o en ambos, en la espalda, el cuello, la mandíbula y el estómago
• Dificultad para respirar
• Sudor frío, náuseas, mareo
• No necesariamente los síntomas aparecen repentinamente: pueden comenzar con un dolor leve o apenas una molestia que aparece y desaparece.
• Infarto indoloro: en muy pocos casos el infarto se presenta sin síntomas
¿Cómo prevenirlo?
Es muy importante tratar de detectarla antes que se manifieste clínicamente, es decir, llevar a cabo lo que se denomina “prevención primaria”. Es aconsejable a partir de los 30 años realizar controles clínicos y/o cardiológicos periódicamente. El profesional le efectuará estudios como el ecocardiograma, y el electrocardiograma de reposo y/o de fuerza. También se podrá llevar a cabo una ergometría, con lo cual se abarcaría el riesgo global del paciente.
En esta etapa preventiva, los médicos se focalizan en identificar si el paciente está dentro de los parámetros que denominamos riesgosos, para luego hacer hincapié en la recomendación de medidas higiénico dietéticas.
Estas son:
• Si fumás, dejá de hacerlo.
• Hacé actividad aeróbica 3 veces por semana, sin importar la edad. Ejemplos: correr, caminar, natación o bicicleta. Ir al gimnasio a hacer pesas no cumple la misma función.
• Tené una alimentación saludable, aumentando la ingesta de fibras que se encuentran en las frutas y verduras, y el consumo de ácidos grasos insaturados, presentes en los pescados y en el aceite de oliva.
• Para aquellos pacientes que ya tuvieron un infarto se practica la “prevención secundaria”, con la cual se busca evitar que sufran otro. Los métodos son similares, pero se agregan medicamentos que potencian los efectos de control sobre los lípidos o la hipertensión, según cada caso en particular.
Informe: Jorge Guillermo Berón
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