También llamada "meditación científica”, es una práctica que nos permite realizar cambios concretos en nuestro cerebro, nos ayuda a regular las emociones, a estar más focalizados y a recuperar la empatía con los demás.
En tiempos de multiestímulos, de pérdida de foco constante, de ansiedad y de falta de contacto con nosotros mismos y con los demás, la práctica de Mindfulness puede convertirse en una herramienta fundamental para recuperar muchas habilidades que han sido adormecidas. Cambiar el afuera es una ilusión. Trabajar sobre nosotros mismos es posible de muchas formas y esto sí, garantiza, como consecuencia, una transformación en el entorno y un nuevo lugar posible en el acontecer de la vida misma.
Se la califica como “científica” porque es el único tipo de meditación que tiene reportes en el ámbito de la ciencia. “Desde 1982 hasta la fecha, se han dado a conocer en todo el mundo, más de 5 mil investigaciones que acreditan los beneficios de Mindfulness. Incluso en Argentina, se han realizado algunas de ellas con resultados muy elocuentes”, dice Martín Reynoso, psicólogo y uno de los mayores referentes en nuestro país.
Muchas veces, la palabra meditación evoca ciertas asociaciones a conceptos que son necesarios aclarar. “Mindfulness no se trata de intentar poner la mente en blanco, eso es imposible. No busca un estado de relajación, ni tiene por objetivo crear pensamientos positivos constantemente. Tampoco es su fin que tengamos emociones elevadas”, dice Reynoso.
Mindfulness ha penetrado en la Medicina y en la Psicología como un aporte complementario para pacientes que tienen ansiedad, síntomas depresivos leves, dolor crónico.
"Si bien genera beneficios muy importantes, en estos casos, no se puede generalizar porque los resultados son diferentes, dependiendo de las características particulares de las personas que lo practican. Es necesario aclarar que no todos pueden utilizar estas herramientas. Quienes padecen depresión severa, síntomas de ansiedad muy importantes y desequilibrios fuera del rango de lo normal deben consultar al médico”, afirma Reynoso que además está a cargo del departamento de Mindfulnes en Ineco.
“En la práctica contemplativa del Mindfulnes, no buscamos un resultado ni tenemos un objetivo. Hablamos de tener la Intención de generar ciertos cambios. No evaluamos si estamos llegando a eso o no. Sin embargo, podemos darnos cuenta de que estamos logrando avances en nuestra vida y que algo está sucediendo si, a lo largo del día, podemos percibir que estamos más atentos, que podemos regular la mente que divaga y manejar mejor esas distracciones constantes. A medida que profundizamos la práctica, logramos estar en contacto con nuestros sentidos, con nuestro cuerpo y tenemos mayor capacidad para regular nuestras emociones”.
Las herramientas de Mindfulness se pueden incorporar a lo largo de sesiones de dos horas durante 8 semanas más un encuentro intensivo que refuerza lo aprendido. Este programa se llama "Reducción del estrés basado en Mindfulness (MBSR)". Fue creado por el biólogo molecular Jon Kabat-Zinn en el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts, EEUU en 1979 y el Lic. Reynoso es una de las personas autorizadas para dictarlo en Argentina.
El estrés como fenómeno de época
Según Reynoso, este hecho está relacionado con una cultura que ha exaltado demasiado el hacer, el resultadismo, la productividad y el éxito. Por eso mismo, en la práctica que hacemos, hay conceptos que desestimamos, como, por ejemplo, la autoestima. Si buscamos fortalecer esta parte, tenemos que presuponer que hacemos cosas para que los demás las vean como exitosas o positivas. Los otros, de alguna forma, nos devuelven una imagen que nos alimenta cierta idea que tenemos sobre nosotros mismos. Autoestima no es un concepto muy valioso en la práctica del Mindfulnes porque estamos convencidos de que uno tiene que sentir amor por uno mismo más naturalmente, no por lograr o tener cosas".
Tener o llegar a ciertas metas forma parte de esta cultura del estrés. Como todo el tiempo estamos siendo desafiados a vivir dentro de ella, es necesario tener herramientas que nos permitan corrernos de este paradigma”, afirma Reynoso.
Entonces, ¿para practicar Mindfulnes, no necesitamos pertenecer a una religión, ni ser creyentes ni saber pronunciar correctamente mantras en sánscrito?
Nosotros pensamos que la fe es importante si la consideramos como la certeza de que algo bueno va a surgir a partir de la práctica, en la medida en que mantengamos el foco en ella. Cualquier práctica contemplativa habla de la necesidad de que la persona tenga cierta entrega y confianza en que lo que está realizando le va a resultar beneficioso. Los rituales, los mantras, las velas y cualquier otro elemento sagrado no son considerados como indispensables pero a veces, dependiendo de las creencias personales de cada practicante, pueden ser de ayuda para mantener la constancia y fortalecer la práctica.
¿Por qué Mindfulnes es mucho más que una práctica meditativa?
A lo largo del tiempo se generan cambios muy interesantes en las funciones del cerebro. Con el entrenamiento en atención plena y en el foco, se estimula la parte frontal del cerebro (Cingulado Anterior). La función atencional también potencia a la ínsula (una especie de avellana dentro del cerebro medio) que nos ayuda a aumentar la capacidad de registrar las sensaciones de nuestro cuerpo. Es justamente la ínsula, la parte que participa activamente en la regulación de nuestras emociones.
El tercer proceso en el que está implicada esta práctica es la profundización de la capacidad de autoconciencia y el registro de los demás. A través de Mindfulnes, entonces, podemos ser capaces de convertirnos en seres humanos con mayor empatía y de compasión. Esto mejora nuestras relaciones interpersonales y por qué no, hace del mundo en el que vivimos, un lugar mucho mejor.
De esto, está convencido Martín Reynoso que, además, es autor de “Mindfulness, la meditación científica", en el que se puede leer este texto maravilloso que es de su autoría y sería bueno llevar con nosotros para leer y releer cuando el sinsentido nos tome:
La revolución es silenciosa. Lenta, progresiva y constante. De adentro hacia afuera. Primero, impacta en la mente, el cuerpo y el cerebro y luego en las demás personas y seres del universo. La revolución es pacífica pero insidiosa. Duele pero sana. Silencia el alma pero la libera. La revolución no es exhibicionista pero todos la ven tarde o temprano.
La revolución es un proceso individual, aunque conmocione sistemas como la familia, el trabajo, el club. Y transforma el cerebro: estimula encendidos neuronales en algunas zonas e inhibe otros a partir de un simple acto cotidiano, estar consciente. La revolución no tiene fecha de inicio. Está desde siempre latente, agazapada, a la espera de un despertar súbito. La chispa es una intención profunda de producir un cambio, de ser feliz.
Una vez iniciada, sacude los cimientos de nuestra personalidad. Es un cambio de paradigma: nos hace sentir que hay algo que no va más y necesitamos derribarlo. Nuestras creencias, pensamientos y emociones se ven desafiadas por un anhelo de bienestar que empuja. Algo nuevo brota. La revolución de la mente está en cada uno. Decidirnos y tomar las herramientas es cuestión de un instante, pero utilizarlas para tallarnos y darnos forma como un ser humano completo es trabajo de toda la vida.
Por Natalia Carcavallo
Fuente: https://tn.com.ar/
martes, 30 de octubre de 2018
lunes, 29 de octubre de 2018
Cuentos de PÍO BAROJA (1872-1956)
MÉDIUM
Soy un hombre tranquilo, nervioso, muy nervioso; pero no estoy loco, como dicen los médicos que me han reconocido. He analizado todo he profundizado todo, y vivo intranquilo. ¿Por qué? No lo he sabido todavía.
Desde hace tiempo duermo mucho, con un sueño sin ensueño; al menos, cuando me despierto, no recuerdo si he soñado; pero debo soñar no comprendo por qué se me figura que debo soñar. A no ser que esté soñando ahora cuando hablo; pero duermo mucho; una prueba clara de que no estoy loco.
La médula mía está vibrando siempre, y los ojos de mi espíritu no hacen más que contemplar una cosa desconocida, una cosa gris que se agita con ritmo al compás de las pulsaciones de las arterias en mi cerebro.
Pero mi cerebro no piensa, y, sin embargo, está en tensión; podría pensar, pero no piensa… ¡Ah! ¿Os sonreís, dudáis de mi palabra? Pues bien, sí. Lo habéis adivinado. Hay un espíritu que vibra dentro de mi alma. Os lo contaré:
Es hermosa la infancia, ¿verdad? Para mí, el tiempo más horroroso de la vida. Yo tenía, cuando era niño, un amigo; se llamaba Román Hudson; su padre era inglés, y su madre, española.
Le conocí en el Instituto. Era un buen chico; sí, seguramente era un buen chico; muy amable, muy bueno; yo era huraño y brusco.
A pesar de estas diferencias, llegamos a hacer amistades y andábamos siempre juntos. Él era un buen estudiante, y yo, díscolo y desaplicado; pero como Román siempre fue un buen muchacho, no tuvo inconveniente en llevarme a su casa y enseñarme sus colecciones de sellos.
La casa de Román era muy grande y estaba junto a la plaza de las Barcas, en una callejuela estrecha, cerca de una casa en donde se cometió un crimen, del cual se habló mucho en Valencia. No he dicho que pasé mi niñez en Valencia. La casa era triste, muy triste, todo lo triste que puede ser una casa, y tenía en la parte de atrás un huerto muy grande, con las paredes llenas de enredaderas de campanillas blancas y moradas.
Mi amigo y yo jugábamos en el jardín, en el jardín de las enredaderas, y en un terrado ancho, con losas, que tenía sobre la cerca enormes tiestos de pitas.
Un día se nos ocurrió a los dos hacer una expedición por los tejados y acercarnos a la casa del crimen, que nos atraía por su misterio. Cuando volvimos a la azotea, una muchacha nos dijo que la madre de Román nos llamaba.
Bajamos del terrado y nos hicieron entrar en una sala grande y triste. Junto a un balcón estaban sentadas la madre y la hermana de mi amigo. La madre leía; la hija bordaba. No sé por qué, me dieron miedo.
La madre, con voz severa, nos sermoneó por la correría nuestra, y luego comenzó a hacerme un sinnúmero de preguntas acerca de mi familia y de mis estudios. Mientras hablaba la madre, la hija sonreía; pero de una manera tan rara, tan rara…
—Hay que estudiar —dijo, a modo de conclusión, la madre.
Salimos del cuarto, me marché a casa y toda la tarde y toda la noche no hice más que pensar en las dos mujeres.
Desde aquel día esquivé como pude el ir a casa de Román. Un día vi a su madre y a su hermana que salían de una iglesia, las dos enlutadas; y me miraron y sentí frío al verlas.
Cuando concluimos el curso va no veía a Román; estaba tranquilo; pero un día me avisaron de su casa, diciéndome que mi amigo estaba enfermo. Fui, y le encontré en la cama, llorando, y en voz baja me dijo que odiaba a su hermana. Sin embargo, la hermana, que se llamaba Ángeles, le cuidaba con esmero y le atendía con cariño; pero tenía una sonrisa tan rara…, tan rara.
Una vez, al agarrar de un brazo a Román, hizo una mueca de dolor.
—¿Qué tienes? —le pregunté.
Y me enseñó un cardenal inmenso, que rodeaba su brazo como un anillo.
Luego, en Voz baja, murmuró:
—Ha sido mi hermana.
—¡Ah! Ella…
—No sabes la fuerza que tiene; rompe un cristal con los dedos, y hay una cosa más extraña: que mueve un objeto cualquiera de un lado a otro sin tocarlo.
Días después me contó, temblando de terror que a las doce de la noche, hacía ya cerca de una semana que sonaba la campanilla de la escalera se abría la puerta y no se veía a nadie.
Román y yo hicimos un gran número de pruebas. Nos apostábamos junto a la puerta…, llamaban… abríamos…, nadie. Dejábamos la puerta entreabierta, para poder abrir en seguida…; llamaban…, nadie.
Por fin quitamos el llamador a la campanilla, y la campanilla sonó, sonó…, y los dos nos miramos estremecidos de terror.
—Es mi hermana, mi hermana —dijo Román.
Y, convencidos de esto, buscamos los dos amuletos por todas partes, y pusimos en su cuarto una herradura, un “pentagrama” y varias inscripciones triangulares con la palabra mágica: “Abracadabra.”
Inútil, todo inútil; las cosas saltaban de sus sitios, y en las paredes se dibujaban sombras sin contornos y sin rostro.
Román languidecía, y para distraerle, su madre le compró una hermosa máquina fotográfica. Todos los días íbamos a pasear juntos, llevábamos la máquina en nuestras expediciones.
Un día se le ocurrió a la madre que los retratara yo a los tres, en grupo, para mandar el retrato a sus parientes de Inglaterra. Román y yo colocamos un toldo de lona en la azotea, y bajo él se pusieron la madre y sus dos hijos. Enfoqué, y por si acaso me salía mal, impresioné dos placas. En seguida Román y yo fuimos a revelarlas. Habían salido bien; pero sobre la cabeza de la hermana de mi amigo se veía una mancha oscura.
Dejamos a secar las placas, y al día siguiente las pusimos en la prensa, al sol, para sacar las positivas.
Ángeles, la hermana de Román, vino con nosotros a la azotea. Al mirar la primera prueba, Román y yo nos contemplamos sin decirnos una palabra. Sobre la cabeza de Ángeles se veía una sombra blanca de mujer de facciones parecidas a las suyas. En la segunda prueba se veía la misma sombra, pero en distinta actitud: inclinándose sobre Ángeles, como hablándole al oído. Nuestro terror fue tan grande, que Román y yo nos quedamos mudos, paralizados. Ángeles miró las fotografías y sonrió, sonrió. Esto era lo grave.
Yo salí de la azotea y bajé las escaleras de la casa tropezando, cayéndome, y al llegar a la calle eché a correr, perseguido por el recuerdo de la sonrisa de Ángeles. Al entrar en casa, al pasar junto a un espejo, la vi en el fondo de la luna, sonriendo, sonriendo siempre.
¿Quién ha dicho que estoy loco? ¡Miente!, porque los locos no duermen, y yo duermo… ¡Ah! ¿Creíais que yo no sabía esto? Los locos no duermen, y yo duermo. Desde que nací, todavía no he despertado...
Soy un hombre tranquilo, nervioso, muy nervioso; pero no estoy loco, como dicen los médicos que me han reconocido. He analizado todo he profundizado todo, y vivo intranquilo. ¿Por qué? No lo he sabido todavía.
Desde hace tiempo duermo mucho, con un sueño sin ensueño; al menos, cuando me despierto, no recuerdo si he soñado; pero debo soñar no comprendo por qué se me figura que debo soñar. A no ser que esté soñando ahora cuando hablo; pero duermo mucho; una prueba clara de que no estoy loco.
La médula mía está vibrando siempre, y los ojos de mi espíritu no hacen más que contemplar una cosa desconocida, una cosa gris que se agita con ritmo al compás de las pulsaciones de las arterias en mi cerebro.
Pero mi cerebro no piensa, y, sin embargo, está en tensión; podría pensar, pero no piensa… ¡Ah! ¿Os sonreís, dudáis de mi palabra? Pues bien, sí. Lo habéis adivinado. Hay un espíritu que vibra dentro de mi alma. Os lo contaré:
Es hermosa la infancia, ¿verdad? Para mí, el tiempo más horroroso de la vida. Yo tenía, cuando era niño, un amigo; se llamaba Román Hudson; su padre era inglés, y su madre, española.
Le conocí en el Instituto. Era un buen chico; sí, seguramente era un buen chico; muy amable, muy bueno; yo era huraño y brusco.
A pesar de estas diferencias, llegamos a hacer amistades y andábamos siempre juntos. Él era un buen estudiante, y yo, díscolo y desaplicado; pero como Román siempre fue un buen muchacho, no tuvo inconveniente en llevarme a su casa y enseñarme sus colecciones de sellos.
La casa de Román era muy grande y estaba junto a la plaza de las Barcas, en una callejuela estrecha, cerca de una casa en donde se cometió un crimen, del cual se habló mucho en Valencia. No he dicho que pasé mi niñez en Valencia. La casa era triste, muy triste, todo lo triste que puede ser una casa, y tenía en la parte de atrás un huerto muy grande, con las paredes llenas de enredaderas de campanillas blancas y moradas.
Mi amigo y yo jugábamos en el jardín, en el jardín de las enredaderas, y en un terrado ancho, con losas, que tenía sobre la cerca enormes tiestos de pitas.
Un día se nos ocurrió a los dos hacer una expedición por los tejados y acercarnos a la casa del crimen, que nos atraía por su misterio. Cuando volvimos a la azotea, una muchacha nos dijo que la madre de Román nos llamaba.
Bajamos del terrado y nos hicieron entrar en una sala grande y triste. Junto a un balcón estaban sentadas la madre y la hermana de mi amigo. La madre leía; la hija bordaba. No sé por qué, me dieron miedo.
La madre, con voz severa, nos sermoneó por la correría nuestra, y luego comenzó a hacerme un sinnúmero de preguntas acerca de mi familia y de mis estudios. Mientras hablaba la madre, la hija sonreía; pero de una manera tan rara, tan rara…
—Hay que estudiar —dijo, a modo de conclusión, la madre.
Salimos del cuarto, me marché a casa y toda la tarde y toda la noche no hice más que pensar en las dos mujeres.
Desde aquel día esquivé como pude el ir a casa de Román. Un día vi a su madre y a su hermana que salían de una iglesia, las dos enlutadas; y me miraron y sentí frío al verlas.
Cuando concluimos el curso va no veía a Román; estaba tranquilo; pero un día me avisaron de su casa, diciéndome que mi amigo estaba enfermo. Fui, y le encontré en la cama, llorando, y en voz baja me dijo que odiaba a su hermana. Sin embargo, la hermana, que se llamaba Ángeles, le cuidaba con esmero y le atendía con cariño; pero tenía una sonrisa tan rara…, tan rara.
Una vez, al agarrar de un brazo a Román, hizo una mueca de dolor.
—¿Qué tienes? —le pregunté.
Y me enseñó un cardenal inmenso, que rodeaba su brazo como un anillo.
Luego, en Voz baja, murmuró:
—Ha sido mi hermana.
—¡Ah! Ella…
—No sabes la fuerza que tiene; rompe un cristal con los dedos, y hay una cosa más extraña: que mueve un objeto cualquiera de un lado a otro sin tocarlo.
Días después me contó, temblando de terror que a las doce de la noche, hacía ya cerca de una semana que sonaba la campanilla de la escalera se abría la puerta y no se veía a nadie.
Román y yo hicimos un gran número de pruebas. Nos apostábamos junto a la puerta…, llamaban… abríamos…, nadie. Dejábamos la puerta entreabierta, para poder abrir en seguida…; llamaban…, nadie.
Por fin quitamos el llamador a la campanilla, y la campanilla sonó, sonó…, y los dos nos miramos estremecidos de terror.
—Es mi hermana, mi hermana —dijo Román.
Y, convencidos de esto, buscamos los dos amuletos por todas partes, y pusimos en su cuarto una herradura, un “pentagrama” y varias inscripciones triangulares con la palabra mágica: “Abracadabra.”
Inútil, todo inútil; las cosas saltaban de sus sitios, y en las paredes se dibujaban sombras sin contornos y sin rostro.
Román languidecía, y para distraerle, su madre le compró una hermosa máquina fotográfica. Todos los días íbamos a pasear juntos, llevábamos la máquina en nuestras expediciones.
Un día se le ocurrió a la madre que los retratara yo a los tres, en grupo, para mandar el retrato a sus parientes de Inglaterra. Román y yo colocamos un toldo de lona en la azotea, y bajo él se pusieron la madre y sus dos hijos. Enfoqué, y por si acaso me salía mal, impresioné dos placas. En seguida Román y yo fuimos a revelarlas. Habían salido bien; pero sobre la cabeza de la hermana de mi amigo se veía una mancha oscura.
Dejamos a secar las placas, y al día siguiente las pusimos en la prensa, al sol, para sacar las positivas.
Ángeles, la hermana de Román, vino con nosotros a la azotea. Al mirar la primera prueba, Román y yo nos contemplamos sin decirnos una palabra. Sobre la cabeza de Ángeles se veía una sombra blanca de mujer de facciones parecidas a las suyas. En la segunda prueba se veía la misma sombra, pero en distinta actitud: inclinándose sobre Ángeles, como hablándole al oído. Nuestro terror fue tan grande, que Román y yo nos quedamos mudos, paralizados. Ángeles miró las fotografías y sonrió, sonrió. Esto era lo grave.
Yo salí de la azotea y bajé las escaleras de la casa tropezando, cayéndome, y al llegar a la calle eché a correr, perseguido por el recuerdo de la sonrisa de Ángeles. Al entrar en casa, al pasar junto a un espejo, la vi en el fondo de la luna, sonriendo, sonriendo siempre.
¿Quién ha dicho que estoy loco? ¡Miente!, porque los locos no duermen, y yo duermo… ¡Ah! ¿Creíais que yo no sabía esto? Los locos no duermen, y yo duermo. Desde que nací, todavía no he despertado...
Francisco Canaro - MILONGA SENTIMENTAL
"Pirincho" al frente de su maravillosa orquesta, que supo interpretar diferentes géneros musicales, siempre con su inconfundible estilo, que hizo historia
https://youtu.be/TBaVYv4ekB0
https://youtu.be/TBaVYv4ekB0
Animal cansado - de Alfonsina Storni
Animal cansado
Quiero un amor feroz de garra y diente
Que me asalte a traición en pleno día,
Y que sofoque esta soberbia mía,
Este orgullo de ser todo pudiente.
Quiero un amor feroz de garra y diente
Que en carne viva inicie mi sangría,
A ver si acaba esta melancolía
Que me corrompe el alma lentamente.
Quiero un amor que sea una tormenta,
Que todo rompe y lo remueve todo,
Porque vigor profundo la alimenta.
Que pueda reanimarse allí mi lodo,
mi pobre lodo de animal cansado,
Por viejas sendas, de rodar, hastiado.
Quiero un amor feroz de garra y diente
Que me asalte a traición en pleno día,
Y que sofoque esta soberbia mía,
Este orgullo de ser todo pudiente.
Quiero un amor feroz de garra y diente
Que en carne viva inicie mi sangría,
A ver si acaba esta melancolía
Que me corrompe el alma lentamente.
Quiero un amor que sea una tormenta,
Que todo rompe y lo remueve todo,
Porque vigor profundo la alimenta.
Que pueda reanimarse allí mi lodo,
mi pobre lodo de animal cansado,
Por viejas sendas, de rodar, hastiado.
¿Quién es Donna Strickland, la primera mujer en ganar el Nobel de Física en 55 años?
Sonriente, aunque todavía asombrada por el galardón, Donna Strickland, la científica canadiense que este año se convirtió en la tercera mujer en la historia en recibir el Nobel de Física (después de Marie Curie, en1903, y Maria Goeppert-Mayer, en 1963, entre 201 premiados), agrega también otra rareza a este galardón. No hay, que se recuerde, otro investigador que lo haya recibido por el primer trabajo que hizo.
De hecho, Strickland desarrolló la técnica que hizo posibles los lásers de pulsos ultracortos mientras hacía su doctorado bajo la dirección de Gérard Mourou, con quien comparte la mitad del premio.
Nacida en Guelph, Ontario, en 1959, se graduó en Física en la Universidad Mc Master y se doctoró en la de Rochester. Su tesis doctoral, en óptica, llevaba el título de "Desarrollo de un láser ultrabrillante y una aplicación a la ionización multifotónica". Desde 1997, trabaja en la Universidad de Waterloo, donde es profesora asociada en el Departamento de Física y Astronomía, y continúa sus estudios en el campo de la aplicación del láser. También fue presidenta de la Sociedad Óptica Estadounidense, presente en un centenar de países..
"Me divertía y trabajaba mucho -confesó, cuando le preguntaron desde la Academia de Ciencias de Suecia sobre aquel trabajo pionero. Y agregó-: No soy de esas mujeres que piense que le están dando este premio por su género, pero necesitamos celebrar a las físicas... Me siento honrada de ser una de ellas".
De hecho, Strickland desarrolló la técnica que hizo posibles los lásers de pulsos ultracortos mientras hacía su doctorado bajo la dirección de Gérard Mourou, con quien comparte la mitad del premio.
Nacida en Guelph, Ontario, en 1959, se graduó en Física en la Universidad Mc Master y se doctoró en la de Rochester. Su tesis doctoral, en óptica, llevaba el título de "Desarrollo de un láser ultrabrillante y una aplicación a la ionización multifotónica". Desde 1997, trabaja en la Universidad de Waterloo, donde es profesora asociada en el Departamento de Física y Astronomía, y continúa sus estudios en el campo de la aplicación del láser. También fue presidenta de la Sociedad Óptica Estadounidense, presente en un centenar de países..
"Me divertía y trabajaba mucho -confesó, cuando le preguntaron desde la Academia de Ciencias de Suecia sobre aquel trabajo pionero. Y agregó-: No soy de esas mujeres que piense que le están dando este premio por su género, pero necesitamos celebrar a las físicas... Me siento honrada de ser una de ellas".
Alimentos que puedes comer en ayunas y aquellos que no debes...
Yogur, café y jugo de naranja recién exprimido, así es como la mayoría de nosotros nos imaginamos un desayuno perfecto. Infortunadamente, pocos saben que existen alimentos que no se recomienda consumir en ayunas.
Al pensar en el desayuno, nos viene a la mente la imagen de un plato con fruta, pan tostado, jugo, café, huevos o hot cakes.
A pesar de que son algunos de los platillos más consumidos, no todos son recomendables para consumir al comenzar el día, ya que algunos contienen sustancias que no ayudan para que tu cuerpo absorba los nutrientes que necesita.
No te asustes; hay toda una lista de alimentos que puedes consumir para tener energía y que ayudan a tu organismo protegiéndolo contra enfermedades.
Veamos qué sí y qué no puedes comer al levantarte.
Los 10 que no
1. Panes elaborados con levadura
La levadura irrita las paredes del estómago y provoca gases.
2. Dulces
El azúcar aumenta la insulina y no permite que el páncreas funcione regularmente, además que puede provocar diabetes.
3. Yogur y lácteos agrios
Las bacterias lácteas de estos productos son atacadas por el ácido clorhídrico del estómago, haciendo que su consumo sea inútil.
4. Peras
La fibra de esta fruta irrita la mucosa gástrica.
5. Tomates
El ácido tánico del tomate aumenta la acidez del estómago y puede provocar úlceras gástricas.
6. Pepinos y vegetales verdes
Las verduras crudas provocan agruras, gases y malestares estomacales.
7. Plátanos
El organismo absorbe muy rápido el magnesio de éstos por lo que el corazón puede verse afectado.
8. Especias
Irritan la mucosa gástrica y aumentan la producción de jugo gástrico, lo cual puede causar enfermedades en el tracto digestivo.
9. Bebidas frías y refrescos
Dañan la mucosa gástrica, empeoran la circulación sanguínea y la digestión se complica.
10. Cítricos
Los ácidos frutales provocan agruras, gastritis y úlceras.
Los 10 que sí
1. Avena
Cubre la mucosa gástrica y su fibra ayuda a reducir el nivel de colesterol.
2. Alforfón o trigo sarraceno
Ideal para los alérgicos al gluten, estimula el trabajo del tracto digestivo y es fuente de proteínas, hierro y vitaminas.
3. Papilla de maíz
Elimina las toxinas, normaliza la flora intestinal y te da la sensación de saciedad por buen tiempo.
4. Trigo germinado
Contiene vitamina E y ácido fólico, y ayuda al funcionamiento del intestino.
5. Huevo
Consumir huevo te ayuda a reducir la necesidad de tu cuerpo de consumir más calorías de las necesarias a lo largo del día.
6. Sandía
Le aporta líquido al organismo, ayuda a tener buena vista y un corazón saludable.
7. Arándanos azules
Mejoran la memoria, la presión sanguínea y en general, el funcionamiento del metabolismo.
8. Pan integral sin levadura
Aporta carbohidratos y otros elementos saludables para que el cuerpo obtenga energía.
9. Frutos secos (nueces, almendras, cacahuates)
Mejoran el funcionamiento del tracto digestivo y normalizan la acidez del jugo gástrico.
10. Miel de abeja
Ayuda a despertar el organismo y lo llena de energía; mejora el funcionamiento del cerebro y aumenta la serotonina (la hormona de la alegría).
Fuente: Genial Gurú / Ok Chicas
https://www.elclubdeloslibrosperdidos.org/2018/10/20-alimentos-que-puedes-comer-en-ayunas.html
Al pensar en el desayuno, nos viene a la mente la imagen de un plato con fruta, pan tostado, jugo, café, huevos o hot cakes.
A pesar de que son algunos de los platillos más consumidos, no todos son recomendables para consumir al comenzar el día, ya que algunos contienen sustancias que no ayudan para que tu cuerpo absorba los nutrientes que necesita.
No te asustes; hay toda una lista de alimentos que puedes consumir para tener energía y que ayudan a tu organismo protegiéndolo contra enfermedades.
Veamos qué sí y qué no puedes comer al levantarte.
Los 10 que no
1. Panes elaborados con levadura
La levadura irrita las paredes del estómago y provoca gases.
2. Dulces
El azúcar aumenta la insulina y no permite que el páncreas funcione regularmente, además que puede provocar diabetes.
3. Yogur y lácteos agrios
Las bacterias lácteas de estos productos son atacadas por el ácido clorhídrico del estómago, haciendo que su consumo sea inútil.
4. Peras
La fibra de esta fruta irrita la mucosa gástrica.
5. Tomates
El ácido tánico del tomate aumenta la acidez del estómago y puede provocar úlceras gástricas.
6. Pepinos y vegetales verdes
Las verduras crudas provocan agruras, gases y malestares estomacales.
7. Plátanos
El organismo absorbe muy rápido el magnesio de éstos por lo que el corazón puede verse afectado.
8. Especias
Irritan la mucosa gástrica y aumentan la producción de jugo gástrico, lo cual puede causar enfermedades en el tracto digestivo.
9. Bebidas frías y refrescos
Dañan la mucosa gástrica, empeoran la circulación sanguínea y la digestión se complica.
10. Cítricos
Los ácidos frutales provocan agruras, gastritis y úlceras.
Los 10 que sí
1. Avena
Cubre la mucosa gástrica y su fibra ayuda a reducir el nivel de colesterol.
2. Alforfón o trigo sarraceno
Ideal para los alérgicos al gluten, estimula el trabajo del tracto digestivo y es fuente de proteínas, hierro y vitaminas.
3. Papilla de maíz
Elimina las toxinas, normaliza la flora intestinal y te da la sensación de saciedad por buen tiempo.
4. Trigo germinado
Contiene vitamina E y ácido fólico, y ayuda al funcionamiento del intestino.
5. Huevo
Consumir huevo te ayuda a reducir la necesidad de tu cuerpo de consumir más calorías de las necesarias a lo largo del día.
6. Sandía
Le aporta líquido al organismo, ayuda a tener buena vista y un corazón saludable.
7. Arándanos azules
Mejoran la memoria, la presión sanguínea y en general, el funcionamiento del metabolismo.
8. Pan integral sin levadura
Aporta carbohidratos y otros elementos saludables para que el cuerpo obtenga energía.
9. Frutos secos (nueces, almendras, cacahuates)
Mejoran el funcionamiento del tracto digestivo y normalizan la acidez del jugo gástrico.
10. Miel de abeja
Ayuda a despertar el organismo y lo llena de energía; mejora el funcionamiento del cerebro y aumenta la serotonina (la hormona de la alegría).
Fuente: Genial Gurú / Ok Chicas
https://www.elclubdeloslibrosperdidos.org/2018/10/20-alimentos-que-puedes-comer-en-ayunas.html
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El consultorio virtual del Doctor Fugazzetta
domingo, 28 de octubre de 2018
La tenebrosa historia del edificio de lujo que encierra una oscura maldición
Se dice que mucho antes de que los Estados Unidos declararan su independencia, en un terreno al norte de lo que años después sería Manhattan, practicaba sus rituales un grupo de adoradores del diablo. En ese punto exacto, el 27 de octubre de 1884 se terminó de construir uno de los edificios más reconocidos del mundo: el Dakota, un inmueble sobre el que, pese a su lujo y exclusividad, pende un halo de terror y sangre.
Erigida en el número 1 de la calle 72, justo frente al Central Park West, esta majestuosa propiedad que tardó cuatro años en concluirse fue obra de Herny Janeway Hardernbergh, quien trabajó sobre un diseño de Edward Clark. Si bien la obra de este arquitecto se puede inscribir dentro del eclecticismo, lleva el sello de la arquitectura centroeuropea; en particular el Dakota, es de estilo marcadamente renacentista de inspiración alemana.
El hombre elegido para construirlo no era uno cualquiera: Hardenbergh, de familia y formación holandesa y alemana, venía precedido por buen prestigio por haber construido el Geology Hall, la Capilla de Kirkpatrick, en New Jersey; el Windsor Hotel, en Montreal, y el "Vancorlear", primer hotel con departamentos en Nueva York. No serán menores los encargos después del Dakota, ya que hará nada menos que los hoteles Waldorf y Astoria (en cuyos emplazamientos se construiría mas tarde el Empire State), el Williard, el Martinique, entre muchos otros.
Según explica Jorge Néstor Bozzano, arquitecto y profesor de Arquitectura en la Universidad de Belgrano, a la calidad constructiva se suma su carácter sobrio y elegante. "Los muros externos están recubiertos de ladrillos claros, mientras que los portales, recuadros de ventanas, cornisas, esquinas, balcones, bow windows, son de piedra. Se complementa con paneles ornamentales de terracota, como la que lleva la cabeza del indio dakota rodeado por el año en que comienza la construcción", destaca el especialista.
Clark, dueño del emporio Singer, encargó el edificio con el objetivo de habitar en él, acompañado por un selecto vecindario, pero no lo pudo disfrutar ya que murió dos años antes de que la construcción finalizara. "En 1881, momento en que comienza oficialmente su construcción, no eran comunes los edificios de departamentos con la envergadura que proponía éste. En la ciudad solo le antecedía uno construido en la década anterior", relata Bozzano.
El por qué del nombre
Su nombre ya causó cierta curiosidad en su momento. ¿Por qué Dakota? La versión más fuerte es la que cuenta que fue bautizado de esa manera porque en aquel entonces esa zona de la ciudad tenía tan poca población y estaba tan alejada del resto de las edificaciones, que tenía bastante semejanza con el antiguo Territorio de Dakota, ubicado a casi 2800 kilómetros de allí. "Al estar alejado del centro, aseguraba tranquilidad, seguridad y vistas inmejorables. Con sus 9 pisos fue por largo tiempo el único edificio cuya silueta se recortaba inmensa en el lado oeste del parque", destaca Bozzano.
Originalmente, el Dakota tenía 65 departamentos de 4 a 20 habitaciones, ninguno igual a otro, a los que se accedía por escaleras y ascensores situados en las esquinas del edificio. Algunas salas de estar tienen 15 metros de largo, la mayoría de los techos tienen 4,3 metros de altura y los suelos están entarimados con roble, cerezo y caoba. "En su origen ocupaba una manzana, en donde se emplazaban también los establos, y mas tarde garaje, jardines y área deportiva. Hoy subsiste solo una parte, y ésta sigue manteniendo el prestigio de antes", comenta Bozzano.
Por si todo eso fuera poco, el edificio tiene además una planta de energía independiente con la que se garantiza a los residentes que no se quedarán sin electricidad durante algún apagón que pueda suceder en Nueva York (y que en alguna época eran moneda corriente). Además, como agrega Bozzano, tenía los mismos servicios que un hotel, contaba con áreas de recreación y gimnasio en la parte superior, así como lavandería general y cuartos para la enorme cantidad de personal; una cocina servía al comedor privado exclusivo para residentes o al servicio de entrega a los departamentos.
Desde que abrió sus puertas, ha sido un sitio elegido por personajes reconocidos. La familia Steinway, fabricantes de la famosa marca de piano, fue una de las primeras residentes. Se dice que el músico ruso Peter Tchaikovsky vivió también ahí, al igual que la actriz Lauren Bacall (que fue dueña de un departamento de nueve habitaciones). Otros de sus notables huéspedes (actuales y pasados) se destacan John Lennon , Yoko Ono , Judy Garland, Bono , Sting , Rex Reed y Rudolf Nureyev. "Además, también fue residencia de políticos y empresarios de primera línea", acota Bozzano.
Para ilustrar la fiebre que despertó el Dakota en su momento, basta decir que durante sus primeros 45 años de "vida" no hubo vacantes de departamentos. En efecto, hasta 1929 todas las viviendas, con cuatro baños, salones y criados, permanecieron ocupadas.
Otra "perlita" de este símbolo neoyorkino es que no cualquiera puede ser propietario ahí. Los interesados deben atravesar un proceso de selección muy riguroso, que incluye la presentación de documentos fiscales que se remonten a años y el pago de una inicial bastante generosa más los impuestos. No hay preferencias a la hora en que una junta especial debe determinar una admisión. Bien lo sabe Madonna , que en su momento de mayor apogeo recibió "bolilla negra".
Algo no salió bien: El edificio de lujo que terminó maldito
Es uno de los edificios residenciales con mayor prestigio en Nueva York y uno de los más reconocibles del mundo. Sus pisos se suelen vender a precios que llegan a 30 millones de dólares. Por sus pasillos y puertas han pasado millonarios, artistas y los más excéntricos personajes. Además, fue añadido al Registro Nacional de Lugares Históricos en 1972 y declarado Lugar Nacional de Interés Histórico en 1976. A punto de cumplir 134 años, se puede decir que es lo que "todo edificio quiere ser". Pero… siempre hay un "pincelazo" que arruina el cuadro.
El Dakota está maldito. Se dice que antes de su construcción, en épocas en que los Estados Unidos era colonia británica, se reunían en ese terreno adoradores del diablo. Su negra historia se reforzó aún más a principios del siglo XX, cuando llegó a vivir ahí Aleister Crowley, un famoso ocultista que hizo allí rituales de magia negra, que, según se afirma, engendraron las fuerzas maléficas que perduran hasta la actualidad.
Años más tarde viviría en el edificio Dakota el actor de cine de terror Boris Karloff, quien se haría famoso por su memorable interpretación de la criatura en la película "Frankenstein". Karloff habría participado en varias veladas de espiritismo en su departamento y se dice que después de su muerte varios vecinos reportaron haber visto su fantasma deambulando por el edificio.
Posteriormente, hubo otro ocupante que acrecentó la oscura fama del lugar: fue el inglés Gerald Brossau Gardner, escritor ocultista y brujo practicante, quien se alojó en el edificio cuando estuvo de visita en Nueva York. Él también habría celebrado allí un ritual para invocar a diversas potencias oscuras y malévolas.
La maldición no tardó mucho en traducirse en sangre. El famoso director de cine Roman Polansky eligió el Dakota para filmar allí un clásico del terror: "El bebé de Rosemary". Ocurrieron muchos hechos extraños que diezmaron al equipo durante el rodaje. Además, allí se produjo el desequilibrio nervioso de la actriz protagonista, Mia Farrow, y la ruptura de esta con Frank Sinatra.
Pero lo peor llegó el 8 de agosto de 1969, cuando una secta encabezada por Charles Manson ingresó a una mansión de la calle Cielo Drive, en Hollywood, y asesinó a cinco personas, entre las que estaba Sharon Tate, la esposa de Polansky, embarazada de ocho meses y medio.
No solo una, sino varias sectas satánicas habían amenazado a Polansky y le habían dicho que correría sangre si no dejaba de filmar en el Dakota, un edificio que consideraban como un ícono del satanismo. Por desgracia, una de ellas cumplió.
Pero faltaba aún el hecho más resonante de su negra historia. Fue un acontecimiento que conmovió al mundo entero: el 8 de diciembre de 1980, un músico que vivía allí volvía cansado después de un día completo de grabación y estaba a punto de entrar al edificio cuando un tal Mark David Chapman le disparó cinco tiros a quemarropa con un revólver 38.
La víctima, que murió en el acto, no era otro que John Lennon, uno de los más grandes genios musicales del siglo XX, que, como se dijo, vivía allí con su mujer, Yoko Ono. La leyenda negra del Dakota, una de las prestigiosas joyas que decoran la Gran Manzana, tenía así una víctima más de la cual alimentarse.
Fuente: Carlos Manzoni. Para LA NACION
Erigida en el número 1 de la calle 72, justo frente al Central Park West, esta majestuosa propiedad que tardó cuatro años en concluirse fue obra de Herny Janeway Hardernbergh, quien trabajó sobre un diseño de Edward Clark. Si bien la obra de este arquitecto se puede inscribir dentro del eclecticismo, lleva el sello de la arquitectura centroeuropea; en particular el Dakota, es de estilo marcadamente renacentista de inspiración alemana.
El hombre elegido para construirlo no era uno cualquiera: Hardenbergh, de familia y formación holandesa y alemana, venía precedido por buen prestigio por haber construido el Geology Hall, la Capilla de Kirkpatrick, en New Jersey; el Windsor Hotel, en Montreal, y el "Vancorlear", primer hotel con departamentos en Nueva York. No serán menores los encargos después del Dakota, ya que hará nada menos que los hoteles Waldorf y Astoria (en cuyos emplazamientos se construiría mas tarde el Empire State), el Williard, el Martinique, entre muchos otros.
Según explica Jorge Néstor Bozzano, arquitecto y profesor de Arquitectura en la Universidad de Belgrano, a la calidad constructiva se suma su carácter sobrio y elegante. "Los muros externos están recubiertos de ladrillos claros, mientras que los portales, recuadros de ventanas, cornisas, esquinas, balcones, bow windows, son de piedra. Se complementa con paneles ornamentales de terracota, como la que lleva la cabeza del indio dakota rodeado por el año en que comienza la construcción", destaca el especialista.
Clark, dueño del emporio Singer, encargó el edificio con el objetivo de habitar en él, acompañado por un selecto vecindario, pero no lo pudo disfrutar ya que murió dos años antes de que la construcción finalizara. "En 1881, momento en que comienza oficialmente su construcción, no eran comunes los edificios de departamentos con la envergadura que proponía éste. En la ciudad solo le antecedía uno construido en la década anterior", relata Bozzano.
El por qué del nombre
Su nombre ya causó cierta curiosidad en su momento. ¿Por qué Dakota? La versión más fuerte es la que cuenta que fue bautizado de esa manera porque en aquel entonces esa zona de la ciudad tenía tan poca población y estaba tan alejada del resto de las edificaciones, que tenía bastante semejanza con el antiguo Territorio de Dakota, ubicado a casi 2800 kilómetros de allí. "Al estar alejado del centro, aseguraba tranquilidad, seguridad y vistas inmejorables. Con sus 9 pisos fue por largo tiempo el único edificio cuya silueta se recortaba inmensa en el lado oeste del parque", destaca Bozzano.
Originalmente, el Dakota tenía 65 departamentos de 4 a 20 habitaciones, ninguno igual a otro, a los que se accedía por escaleras y ascensores situados en las esquinas del edificio. Algunas salas de estar tienen 15 metros de largo, la mayoría de los techos tienen 4,3 metros de altura y los suelos están entarimados con roble, cerezo y caoba. "En su origen ocupaba una manzana, en donde se emplazaban también los establos, y mas tarde garaje, jardines y área deportiva. Hoy subsiste solo una parte, y ésta sigue manteniendo el prestigio de antes", comenta Bozzano.
Por si todo eso fuera poco, el edificio tiene además una planta de energía independiente con la que se garantiza a los residentes que no se quedarán sin electricidad durante algún apagón que pueda suceder en Nueva York (y que en alguna época eran moneda corriente). Además, como agrega Bozzano, tenía los mismos servicios que un hotel, contaba con áreas de recreación y gimnasio en la parte superior, así como lavandería general y cuartos para la enorme cantidad de personal; una cocina servía al comedor privado exclusivo para residentes o al servicio de entrega a los departamentos.
Desde que abrió sus puertas, ha sido un sitio elegido por personajes reconocidos. La familia Steinway, fabricantes de la famosa marca de piano, fue una de las primeras residentes. Se dice que el músico ruso Peter Tchaikovsky vivió también ahí, al igual que la actriz Lauren Bacall (que fue dueña de un departamento de nueve habitaciones). Otros de sus notables huéspedes (actuales y pasados) se destacan John Lennon , Yoko Ono , Judy Garland, Bono , Sting , Rex Reed y Rudolf Nureyev. "Además, también fue residencia de políticos y empresarios de primera línea", acota Bozzano.
Para ilustrar la fiebre que despertó el Dakota en su momento, basta decir que durante sus primeros 45 años de "vida" no hubo vacantes de departamentos. En efecto, hasta 1929 todas las viviendas, con cuatro baños, salones y criados, permanecieron ocupadas.
Otra "perlita" de este símbolo neoyorkino es que no cualquiera puede ser propietario ahí. Los interesados deben atravesar un proceso de selección muy riguroso, que incluye la presentación de documentos fiscales que se remonten a años y el pago de una inicial bastante generosa más los impuestos. No hay preferencias a la hora en que una junta especial debe determinar una admisión. Bien lo sabe Madonna , que en su momento de mayor apogeo recibió "bolilla negra".
Algo no salió bien: El edificio de lujo que terminó maldito
Es uno de los edificios residenciales con mayor prestigio en Nueva York y uno de los más reconocibles del mundo. Sus pisos se suelen vender a precios que llegan a 30 millones de dólares. Por sus pasillos y puertas han pasado millonarios, artistas y los más excéntricos personajes. Además, fue añadido al Registro Nacional de Lugares Históricos en 1972 y declarado Lugar Nacional de Interés Histórico en 1976. A punto de cumplir 134 años, se puede decir que es lo que "todo edificio quiere ser". Pero… siempre hay un "pincelazo" que arruina el cuadro.
El Dakota está maldito. Se dice que antes de su construcción, en épocas en que los Estados Unidos era colonia británica, se reunían en ese terreno adoradores del diablo. Su negra historia se reforzó aún más a principios del siglo XX, cuando llegó a vivir ahí Aleister Crowley, un famoso ocultista que hizo allí rituales de magia negra, que, según se afirma, engendraron las fuerzas maléficas que perduran hasta la actualidad.
Años más tarde viviría en el edificio Dakota el actor de cine de terror Boris Karloff, quien se haría famoso por su memorable interpretación de la criatura en la película "Frankenstein". Karloff habría participado en varias veladas de espiritismo en su departamento y se dice que después de su muerte varios vecinos reportaron haber visto su fantasma deambulando por el edificio.
Posteriormente, hubo otro ocupante que acrecentó la oscura fama del lugar: fue el inglés Gerald Brossau Gardner, escritor ocultista y brujo practicante, quien se alojó en el edificio cuando estuvo de visita en Nueva York. Él también habría celebrado allí un ritual para invocar a diversas potencias oscuras y malévolas.
La maldición no tardó mucho en traducirse en sangre. El famoso director de cine Roman Polansky eligió el Dakota para filmar allí un clásico del terror: "El bebé de Rosemary". Ocurrieron muchos hechos extraños que diezmaron al equipo durante el rodaje. Además, allí se produjo el desequilibrio nervioso de la actriz protagonista, Mia Farrow, y la ruptura de esta con Frank Sinatra.
Pero lo peor llegó el 8 de agosto de 1969, cuando una secta encabezada por Charles Manson ingresó a una mansión de la calle Cielo Drive, en Hollywood, y asesinó a cinco personas, entre las que estaba Sharon Tate, la esposa de Polansky, embarazada de ocho meses y medio.
No solo una, sino varias sectas satánicas habían amenazado a Polansky y le habían dicho que correría sangre si no dejaba de filmar en el Dakota, un edificio que consideraban como un ícono del satanismo. Por desgracia, una de ellas cumplió.
Pero faltaba aún el hecho más resonante de su negra historia. Fue un acontecimiento que conmovió al mundo entero: el 8 de diciembre de 1980, un músico que vivía allí volvía cansado después de un día completo de grabación y estaba a punto de entrar al edificio cuando un tal Mark David Chapman le disparó cinco tiros a quemarropa con un revólver 38.
La víctima, que murió en el acto, no era otro que John Lennon, uno de los más grandes genios musicales del siglo XX, que, como se dijo, vivía allí con su mujer, Yoko Ono. La leyenda negra del Dakota, una de las prestigiosas joyas que decoran la Gran Manzana, tenía así una víctima más de la cual alimentarse.
Fuente: Carlos Manzoni. Para LA NACION
Los grandes duetos de Tony Bennett
Tony Bennett (with Willie Nelson) On The Sunny Side Of The Street
https://youtu.be/j2uyCprbsO0
https://youtu.be/j2uyCprbsO0
viernes, 19 de octubre de 2018
Día Internacional del Gin Tonic: el clásico de la coctelería que vive un boom mundial
En la Argentina resurgió gracias a la producción nacional de diferentes ginebras. Variedades para preparar uno de los favoritos de las barras.
Por Virginia Robetto
El 19 de octubre es una efeméride especial para los amantes del buen beber. En esta fecha,se celebra el Día Internacional del Gin Tonic, uno de los tragos más clásicos del mundo de la coctelería y uno de los más reversionados con el paso del tiempo. A prueba de cualquier paladar, este mix de ginebra y agua tónica se convirtió en el favorito de la carta, en donde los bartenders se animan a reinventarlo con todo tipo de condimentos extra de su fórmula original.
En la Argentina, el boom del Gin Tonic no pasó de largo y en los bares porteños es uno de los más demandados por el público. Pero, ¿qué es lo que lo diferencia del resto de los cocktails?
Para Matías Merlo, bartender de Tiki Bar y Salitre en Mar del Plata, siempre van a existir las bebidas de moda. En diálogo con TN.com.ar, resaltó que este trago en particular es un clásico que resurgió de la mano del gin, un destilado que se popularizó en los últimos años en el país gracias a la producción nacional. "Eso le dio un gran matiz al producto en sí", sostuvo en referencia a la gran variedad que se encuentra hoy en el mercado local.
Uno de los expertos en esta área es Tato Giovannoni, dueño de Florería Atlántico, el bar argentino que se consagró en el puesto 14º del 50 Best World Bars.
Su experiencia con el gin es en primera persona: en 2014 lanzó su propia marca artesanal a base de yerba mate, Príncipe de los Apóstoles, el primero de línea premium en Latinoamérica.
"Hoy en la Argentina el crecimiento del gin es inmenso y todavía no tiene techo. A diferencia de los '80, cuando solo entraban al país tres marcas, ahora hay más variedad que te permite no estar sujeto a una sola receta", sostuvo el bartender a este medio.
Inspirado en el tereré y en el concepto de tomar algo fresco, su producto logró insertarse no solo en las barras porteñas, sino de la región.
Esta expansión del gin también la trasladó al Interior, donde abrió las primeras "gintonerias" del país. Una en Rosario y otra en Córdoba.
Con el concepto de un "fast drink", para tomar de paso y picar algo, estos bares con estética de los años 50 "son los Starbucks del Gin Tonic", ejemplificó Giovannoni. En el menú hay ocho opciones, que también incluyen dos Negronis y un Dry Martini.
Esta tendencia de los argentinos de preferir el Gin Tonic en algunos bares llegó al punto de superar la demanda de cerveza. Adrián Gonzalez, bartender de La Calle, le explicó a este sitio que la versatilidad del trago permite adaptarse a cualquier tipo de paladar: se puede armar más dulce, cítrico, o amargo. Siempre jugando con el tipo de gin y algo que potencie su sabor.
Pero no hace falta ir hasta una barra para ver el grado de popularidad de este cocktail. Desde la comodidad del hogar y con un poco de creatividad, hay una decena de opciones para armarlo en una versión casera y agasajar a un grupo de amigos, pareja o a uno mismo.
En casa o en el bar, será siempre uno de los clásicos que nunca falla.
Alternativas del Gin Tonic para tener en cuenta
Dentro de la gran variedad de versiones del Gin Tonic, seleccionamos dos opciones para probar algo distinto a lo clásico.
La primera opción, un elegido de Tato Giovanonni, es el "Tereré Tonic":
a la copa hay que agregarle una cucharadita de yerba mate soluble, dos partes de gin, mucho hielo y se completa con agua tónica. Para decorar, piel de pomelo rosado.
La segunda opción, la elegida por Matías Merlo, es el "Matcha Tonic":
se le agrega a la copa media cuchara de té matcha en polvo, agua tónica, licor de sauco y gin.
El Matcha Tonic propone una variante del cocktail clásico con media cucharada de té matcha.
Fuente: TN.com.ar
Por Virginia Robetto
El 19 de octubre es una efeméride especial para los amantes del buen beber. En esta fecha,se celebra el Día Internacional del Gin Tonic, uno de los tragos más clásicos del mundo de la coctelería y uno de los más reversionados con el paso del tiempo. A prueba de cualquier paladar, este mix de ginebra y agua tónica se convirtió en el favorito de la carta, en donde los bartenders se animan a reinventarlo con todo tipo de condimentos extra de su fórmula original.
En la Argentina, el boom del Gin Tonic no pasó de largo y en los bares porteños es uno de los más demandados por el público. Pero, ¿qué es lo que lo diferencia del resto de los cocktails?
Para Matías Merlo, bartender de Tiki Bar y Salitre en Mar del Plata, siempre van a existir las bebidas de moda. En diálogo con TN.com.ar, resaltó que este trago en particular es un clásico que resurgió de la mano del gin, un destilado que se popularizó en los últimos años en el país gracias a la producción nacional. "Eso le dio un gran matiz al producto en sí", sostuvo en referencia a la gran variedad que se encuentra hoy en el mercado local.
Uno de los expertos en esta área es Tato Giovannoni, dueño de Florería Atlántico, el bar argentino que se consagró en el puesto 14º del 50 Best World Bars.
Su experiencia con el gin es en primera persona: en 2014 lanzó su propia marca artesanal a base de yerba mate, Príncipe de los Apóstoles, el primero de línea premium en Latinoamérica.
"Hoy en la Argentina el crecimiento del gin es inmenso y todavía no tiene techo. A diferencia de los '80, cuando solo entraban al país tres marcas, ahora hay más variedad que te permite no estar sujeto a una sola receta", sostuvo el bartender a este medio.
Inspirado en el tereré y en el concepto de tomar algo fresco, su producto logró insertarse no solo en las barras porteñas, sino de la región.
Esta expansión del gin también la trasladó al Interior, donde abrió las primeras "gintonerias" del país. Una en Rosario y otra en Córdoba.
Con el concepto de un "fast drink", para tomar de paso y picar algo, estos bares con estética de los años 50 "son los Starbucks del Gin Tonic", ejemplificó Giovannoni. En el menú hay ocho opciones, que también incluyen dos Negronis y un Dry Martini.
Esta tendencia de los argentinos de preferir el Gin Tonic en algunos bares llegó al punto de superar la demanda de cerveza. Adrián Gonzalez, bartender de La Calle, le explicó a este sitio que la versatilidad del trago permite adaptarse a cualquier tipo de paladar: se puede armar más dulce, cítrico, o amargo. Siempre jugando con el tipo de gin y algo que potencie su sabor.
Pero no hace falta ir hasta una barra para ver el grado de popularidad de este cocktail. Desde la comodidad del hogar y con un poco de creatividad, hay una decena de opciones para armarlo en una versión casera y agasajar a un grupo de amigos, pareja o a uno mismo.
En casa o en el bar, será siempre uno de los clásicos que nunca falla.
Alternativas del Gin Tonic para tener en cuenta
Dentro de la gran variedad de versiones del Gin Tonic, seleccionamos dos opciones para probar algo distinto a lo clásico.
La primera opción, un elegido de Tato Giovanonni, es el "Tereré Tonic":
a la copa hay que agregarle una cucharadita de yerba mate soluble, dos partes de gin, mucho hielo y se completa con agua tónica. Para decorar, piel de pomelo rosado.
La segunda opción, la elegida por Matías Merlo, es el "Matcha Tonic":
se le agrega a la copa media cuchara de té matcha en polvo, agua tónica, licor de sauco y gin.
El Matcha Tonic propone una variante del cocktail clásico con media cucharada de té matcha.
Fuente: TN.com.ar
lunes, 15 de octubre de 2018
Hoy, 15 de octubre, es el Día Internacional del Bastón Blanco
En todo el mundo, las personas ciegas o con discapacidad visual utilizan el bastón blanco largo como una herramienta para desplazarse de manera segura y con confianza.
El bastón blanco es el símbolo de las habilidades y talentos, movilidad e independencia de quien lo utiliza. También permite que las personas con buena vista reconozcan a quienes tienen una discapacidad visual.
El bastón blanco en un principio se ideó y se puso en uso como una medida de seguridad, especialmente en lugares con tránsito. Una capacitación adecuada con un especialista en orientación y movilidad puede ayudar a que el bastón blanco se utilice con éxito, de manera segura y con la técnica apropiada.
“En el mundo entero se conmemora el Día del Bastón Blanco a fin de que se conceda importancia al esfuerzo por lograr que las personas ciegas pasen de la dependencia a la completa inclusión en la sociedad”.
Actualmente y a nivel internacional, existe el bastón blanco, utilizado por personas ciegas sin ningún resto de visión; también se encuentra el bastón verde, que es usado por personas con baja visión y, el bastón rojo y blanco, utilizado por personas con sordoceguera, es decir, personas que no ven ni oyen.
QUE ES LA SORDOCEGUERA
La sordoceguera es una discapacidad que implica la pérdida de la visión y audición, suficientemente severas como para afectar la comunicación, la movilidad y el acceso a la información y el entorno.
Para contrarrestar este efecto hace falta la intervención de un profesional específico; es decir, un acompañante terapéutico con una formación específica en sordoceguera y sus formas de comunicación, quien debe trabajar en forma colaborativa con la familia de la persona y un equipo multidisciplinario formado por docentes, psicólogos, trabajadores sociales, fonoaudiólogos.
Asimismo, es de gran importancia identificar un diagnóstico temprano, para que pueda ser acompañado por un programa educativo adecuado.
COMO ACTUAR ANTE UNA PERSONA CON SORDOCEGUERA
Es necesario saber cómo se debe actuar frente a una persona con sordoceguera y qué se debe tener en cuenta a la hora de interactuar con ellas:
En un primer momento se le debe dar a conocer la presencia de otra persona, tocándola suavemente en el hombro o en el brazo y si está concentrada en la realización de alguna tarea, se debe esperar hasta que pueda atenderla para no causarle susto o sorpresa, es necesario anticipar todo y decirle el nombre.
Además, se le debe hablar despacio, mirarla a la cara, aunque no pueda responder, y sobre todo tener paciencia al conocerla, porque debido a las dificultades en la comunicación esto puede ser algo lento ya que a veces puede estar aprendiendo a hacerlo.
En caso de que utilice audífonos se debe dirigir de manera clara y directa, vocalizando bien, evitando los lugares ruidosos para desarrollar una conversación (es probable que escuche más de un oído que de otro, en este caso es necesario ubicarse del lado que escucha).
También, si conserva resto visual, es necesario ubicarse donde se pueda ver, un lugar bien iluminado hará más eficaz la comunicación, quizás pueda entender a través de la labiolectura o la lengua de señas.
Si la persona sabe leer es importante escribir en un papel blanco con letras grandes, frases sencillas y en tinta negra para que el contraste sea mayor y si no lee ni sabe lengua de señas se le deben mostrar los objetos.
Al caminar, la forma correcta de guiarla es dejar que tome el brazo por el codo o el hombro de la persona que lo acompaña, pero nunca llevarla delante. Es necesario trasmitirle lo que sucede alrededor, permitirle tocar, indicarle las escaleras, cordones y pozos en el suelo.
Finalmente, el acompañante debe despedirse cuando se tiene que retirar, ya que las personas con estos tipos de discapacidad, no tienen otra forma de saber de la presencia o ausencia, y si la ausencia es por un momento, es preciso avisarle y dejarlo en un lugar cómodo y seguro.
Fuentes consultadas:
Web de Lions Clubs International
diariolaopinion.com.ar/ (Rafaela, Prov. de Santa Fe)
El bastón blanco es el símbolo de las habilidades y talentos, movilidad e independencia de quien lo utiliza. También permite que las personas con buena vista reconozcan a quienes tienen una discapacidad visual.
El bastón blanco en un principio se ideó y se puso en uso como una medida de seguridad, especialmente en lugares con tránsito. Una capacitación adecuada con un especialista en orientación y movilidad puede ayudar a que el bastón blanco se utilice con éxito, de manera segura y con la técnica apropiada.
“En el mundo entero se conmemora el Día del Bastón Blanco a fin de que se conceda importancia al esfuerzo por lograr que las personas ciegas pasen de la dependencia a la completa inclusión en la sociedad”.
Actualmente y a nivel internacional, existe el bastón blanco, utilizado por personas ciegas sin ningún resto de visión; también se encuentra el bastón verde, que es usado por personas con baja visión y, el bastón rojo y blanco, utilizado por personas con sordoceguera, es decir, personas que no ven ni oyen.
QUE ES LA SORDOCEGUERA
La sordoceguera es una discapacidad que implica la pérdida de la visión y audición, suficientemente severas como para afectar la comunicación, la movilidad y el acceso a la información y el entorno.
Para contrarrestar este efecto hace falta la intervención de un profesional específico; es decir, un acompañante terapéutico con una formación específica en sordoceguera y sus formas de comunicación, quien debe trabajar en forma colaborativa con la familia de la persona y un equipo multidisciplinario formado por docentes, psicólogos, trabajadores sociales, fonoaudiólogos.
Asimismo, es de gran importancia identificar un diagnóstico temprano, para que pueda ser acompañado por un programa educativo adecuado.
COMO ACTUAR ANTE UNA PERSONA CON SORDOCEGUERA
Es necesario saber cómo se debe actuar frente a una persona con sordoceguera y qué se debe tener en cuenta a la hora de interactuar con ellas:
En un primer momento se le debe dar a conocer la presencia de otra persona, tocándola suavemente en el hombro o en el brazo y si está concentrada en la realización de alguna tarea, se debe esperar hasta que pueda atenderla para no causarle susto o sorpresa, es necesario anticipar todo y decirle el nombre.
Además, se le debe hablar despacio, mirarla a la cara, aunque no pueda responder, y sobre todo tener paciencia al conocerla, porque debido a las dificultades en la comunicación esto puede ser algo lento ya que a veces puede estar aprendiendo a hacerlo.
En caso de que utilice audífonos se debe dirigir de manera clara y directa, vocalizando bien, evitando los lugares ruidosos para desarrollar una conversación (es probable que escuche más de un oído que de otro, en este caso es necesario ubicarse del lado que escucha).
También, si conserva resto visual, es necesario ubicarse donde se pueda ver, un lugar bien iluminado hará más eficaz la comunicación, quizás pueda entender a través de la labiolectura o la lengua de señas.
Si la persona sabe leer es importante escribir en un papel blanco con letras grandes, frases sencillas y en tinta negra para que el contraste sea mayor y si no lee ni sabe lengua de señas se le deben mostrar los objetos.
Al caminar, la forma correcta de guiarla es dejar que tome el brazo por el codo o el hombro de la persona que lo acompaña, pero nunca llevarla delante. Es necesario trasmitirle lo que sucede alrededor, permitirle tocar, indicarle las escaleras, cordones y pozos en el suelo.
Finalmente, el acompañante debe despedirse cuando se tiene que retirar, ya que las personas con estos tipos de discapacidad, no tienen otra forma de saber de la presencia o ausencia, y si la ausencia es por un momento, es preciso avisarle y dejarlo en un lugar cómodo y seguro.
Fuentes consultadas:
Web de Lions Clubs International
diariolaopinion.com.ar/ (Rafaela, Prov. de Santa Fe)
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