Posadas nació en Saladillo, Provincia de Buenos Aires, el 28 de diciembre de 1870. Se crió en el campo, en la estancia “San Martín de la Dulce”. A los 8 años, ingresó como pupilo en el colegio Jesuita del Salvador en Buenos Aires. A pesar de los problemas de salud que padeció, finalizó sus estudios de pregrado en diciembre de 1887 e ingresó a la carrera de Medicina al año siguiente.
Mientras era estudiante de la carrera de medicina, se desempeñó como practicante del Hospital de Clínicas y también trabajó con el profesor Roberto Wernicke. Allí logró conocimientos en Anatomía Patológica y Microbiología.
Fruto de esta labor, describió por primera vez el parásito llamado Coccidioides immitis y la enfermedad que produce, actualmente conocida en todo el mundo como “Enfermedad de Posadas”. Concluyó sus estudios de grado en 1893 y se recibió de médico con diploma de honor el 10 de mayo de 1894.
Inmediatamente se le asignó el cargo de médico interno del Hospital de Clínicas. Trabajó bajo la dirección de quien fuera en esos años, su maestro y el cirujano de mayor prestigio de Buenos Aires, el profesor Ignacio Pirovano.
A los 26 años, se convirtió en profesor suplente de Medicina Operatoria, tras ganar el concurso de oposición. Desde ese momento inició una carrera trascendente, de difícil comprensión aún para los médicos especialistas por la luminosidad de su actuar como cirujano, abarcador y creativo en todos los campos de las técnicas y especialidades quirúrgicas. Se convirtió “por su ser” en el precursor de la escuela quirúrgica argentina.
Desarrolló un sinnúmero de procedimientos quirúrgicos propios, como el tratamiento de las hernias inguinales que lleva su nombre. El profesor Posadas fue el primer cirujano en el mundo en abrir un tórax sin neumotórax previo y el primero en curar a un paciente con un quiste hidatídico simple sin dejar drenaje. Así logró curar una enfermedad que era muy frecuente y grave en su época.
En cirugía pediátrica descolló por reponer la salud a cientos de niños, a través del “uso del bisturí, guiado por su cerebro y corazón”. Trató a niños con muy diversas enfermedades como traumatológicas, infecciosas y congénitas.
El profesor Posadas es considerado el precursor de la cirugía pediátrica, ortopédica y traumatológica en la Argentina. Introdujo a nuestro país el primer equipo de rayos x con radioscopía.
Filmó la primera película de una intervención quirúrgica. Fue la cirugía de un quiste hidatídico de pulmón realizada en el Hospital de Clínicas, la cual debió efectuarse al lado de un ventanal para poder aprovechar la luz natural para la filmación. Se piensa que el operador fue Eugenio Py en 1899. Hay que tener en cuenta que la cinematografía había nacido sólo cuatro años antes en Francia.
La Cinemateca Argentina determinó que esta película es la primera realizada en nuestro país y, ha sido reconocido por las Cinematecas de París y Bélgica como el primer documento fílmico de una cirugía en el mundo.
Fue Maestro de Maestros. Fueron sus discípulos destacados:
José Arce (profesor de Cirugía, decano y rector de la UBA; legislador, diplomático),
Enrique Finochietto (cirujano excepcional de “manos y mente”, creador de instrumentos quirúrgicos, oficial de la Legión de Honor de París, destacado intelectual y muy vinculado al mundo artístico de su época) y
Pedro Chutro (profesor de Cirugía, miembro fundador de la Sociedad de Cirugía de Buenos Aires, miembro de los servicios médicos aliados de París y de la Academia de Medicina de la capital francesa).
Profundamente afectado en su salud, después de operar a un niño en la primavera de 1902, reunió a sus discípulos para informarles que efectuaría en forma inminente un viaje a Europa. A sus más íntimos les manifestó que tenía una premonición sobre su final inminente. A los pocos días de llegar a París y con 31 años, el 21 de noviembre de 1902, falleció. Su féretro fue repatriado y sepultado en el Cementerio de la Recoleta, en el panteón familiar.
En tan sólo ocho años, Posadas desarrolló en forma vertiginosa toda su labor profesional, alcanzó los más grandes logros en los aspectos docentes, asistenciales y de investigación científica. Por sus valores, por su voluntad férrea y espíritu de trabajo inagotable, es con orgullo un prócer de la Medicina Argentina.
Por Prof. Dr. José P. Galleano
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