Por Celina Logioco (*) La detección temprana y las nuevas tecnologías son claves para que los tratamientos sean menos invasivos, más seguros y mejoren la calidad de vida de las personas.
El láser transescleral micropulsado, lo nuevo para tratar el glaucoma
El glaucoma es la segunda causa de ceguera en la población a nivel mundial – después de la catarata- que, con un diagnóstico a tiempo, llevado adelante por especialistas, podría evitar el 95 por ciento de los casos de pérdida de visión.
La particularidad es que el glaucoma, a diferencia de la catarata, es una patología irreversible, por eso la necesidad de abordarla en forma temprana, ya que no tiene cura. Esta enfermedad del ojo se genera por el aumento de la presión intraocular, provocada por la falla en la salida del líquido humor acuoso, que produce un daño en el nervio óptico, con la gravedad que las personas que lo padecen no presentan síntomas y experimentan un deterioro visual progresivo.
Opciones más seguras y menos invasivas
En la actualidad, a los tratamientos tradicionales - basados en gotas farmacológicas y cirugías para generar vías de drenajes del líquido intraocular- se le suma una opción más innovadora que gana terreno entre especialistas actualizados: el láser transescleral micropulsado, un método que a través de su aplicación sobre la superficie del ojo, provoca micropulsos con pequeñas descargas de luz que calientan el tejido sin producir daño y facilitan la salida del fluido causante de la presión.
La particularidad es que el glaucoma, a diferencia de la catarata, es una patología irreversible, por eso la necesidad de abordarla en forma temprana
La ventaja de este procedimiento médico es su eficacia, ya que en el 90 por ciento de las personas se controla o disminuye la presión ocular. Los pacientes experimentan una recuperación más rápida y vuelven a su casa con el ojo descubierto, puesto que la inflamación post operatoria es mínima o inexistente. No se realiza ninguna incisión, por lo que se evita cualquier tipo de infección o hemorragia interna. El descenso de la presión intraocular que se consigue es progresivo, alcanzando el resultado final al mes de la aplicación del láser.
En consonancia con los estudios a nivel mundial y desde mi experiencia en el Centro de Ojos Quilmes, ubicado al sudeste del Gran Buenos Aires, se comprueba que su aplicación es segura y predecible, permite su repetición, brinda mejorías a corto plazo y, fundamentalmente, no altera la calidad de vida del paciente, otorgándole la posibilidad de regresar a sus actividades cotidianas en poco tiempo.
Para la detección del glaucoma en forma temprana se recomienda realizar controles oftalmológicos periódicos, por lo silencioso de esta enfermedad, sobre todo, a partir de los 40 años de edad o si se cuenta con factores de riesgo como diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares o antecedentes familiares.
(*) La doctora Celina Logioco (MN 107.620) es Especialista Jerarquizada en Oftalmología, Especialista en Glaucoma, Miembro de la World Glaucoma Association, Miembro de la Asociación Argentina de Glaucoma y Miembro del Consejo Argentino de Oftalmología
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