Causas
Las causas de la visión borrosa pueden ser muchas, yendo desde la fatiga hasta problemas oculares graves. En este post vamos a contarles más sobre la visión borrosa, centrándonos en las personas jóvenes y niños.
A partir de los 40 años, suelen comenzar los problemas de presbicia para la mayoría de personas y a partir de los 60, las cataratas. Estas son patologías relacionadas con la edad y que, llegado el momento, afectan a la mayoría de la población en mayor o menor grado. Sin embargo, las causas de visión borrosa entre personas jóvenes son muy distintas.
Estrés y fatiga: El estrés y la fatiga son muy dañinas para la salud en muchos aspectos. La forma de vida que llevamos en las sociedades modernas facilita la aparición de numerosos problemas de salud, entre otros, la visión borrosa.
Si se trata de una situación puntual, la visión borrosa desaparece con tan solo descanso y relajación, pero si se mantiene en el tiempo es recomendable plantearse un cambio de hábitos.
Presión arterial alta: La presión arterial alta es otro de los enemigos de la salud en general. Es el factor de riesgo cardiovascular más perjudicial, ya que el aumento de la presión arterial incrementa la probabilidad de enfermedades cardíacas y neurológicas. Aunque normalmente afecta a personas mayores de 50 años, una presión arterial alta puede afectar a la retina.
Infecciones, inflamación o lesiones: Pueden aparecer por varias causas, como el ojo seco, virus o accidentes. En cada caso, el médico deberá determinar la causa y dar un tratamiento adecuado.
En general no son graves, pero se deben tratar cuanto antes para evitar complicaciones.
Migrañas: Las migrañas son un tipo de dolor de cabeza severo muy habitual en la adolescencia – sobre todo en las chicas-, debido a los cambios hormonales. Esta dolencia tiene causas diversas, aunque en muchos casos la alimentación juega un papel fundamental.
Ambliopía: La ambliopía, más comúnmente conocida como “ojo vago” es un problema típico de la infancia. Sucede porque uno de los ojos no se comunica bien con el cerebro.
En principio, el ojo afectado es normal, pero el cerebro prefiere el otro, por lo que el otro va perdiendo capacidad para percibir detalles. El tratamiento consiste en tapar el ojo “favorito” para obligar al cerebro a usar el otro y suele dar buenos resultados si se trata precozmente.
Miopía: Es un problema refractivo muy común que dificulta la visión de objetos lejanos, aunque no afecta a la visión de cerca. El ojo enfoca la imagen delante de la retina causando visión borrosa. Esto se debe a que el globo ocular es demasiado largo o a que la córnea o el cristalino tienen una forma anormal.
Hipermetropía: Es un problema refractivo que dificulta la visión de los objetos cercanos, pero no dificulta la visión de lejos. El globo ocular es más corto de lo normal, lo que hace que la imagen se enfoque detrás de la retina. También puede deberse a una forma anormal de la córnea o el cristalino, al igual que ocurre con
la miopía.
Astigmatismo: El astigmatismo es el último de los problemas refractivos más comunes de esta lista. A diferencia de las anteriores, esta patología genera visión borrosa a todas las distancias. La causa del astigmatismo es que la córnea no es uniforme, por lo que la imagen se enfoca en distintos puntos de la retina. Existen varios tipos de astigmatismo, ya que puede aparecer solo o asociado a miopía o hipermetropía, dependiendo de si la imagen se enfoca delante o detrás de la retina.
Nota: Estos tres problemas de la refracción son de carácter hereditario y suelen estar presentes desde el nacimiento, aunque a lo largo de los años pueden cambiar, aumentando o disminuyendo. Los tres problemas se pueden operar en casi todos los casos mediante cirugía refractiva.
Fuente: "Cuida tus ojos" ·Por Clinica Baviera
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