Por el Dr. Roberto Albertazzi, columnista invitado
El doctor Roberto Albertazzi (MN 54836) es médico oftalmólogo, Presidente de la World Keratoconus Society y miembro fundador de la Sociedad Argentina de Cirugía Refractiva, Córnea y Cataratas.
Queratocono, en la adolescencia y en la pre adolescencia, es mucho más agresivo
Frotarse los ojos, pestañear con frecuencia y no tolerar los lentes de contacto son algunas señales de estar haciendo queratocono. Se trata de una enfermedad del ojo en la cual la córnea comienza a deformarse de a poco, por lo que pierde su forma original delgada y redonda. A medida que la córnea se vuelve más cónica, la luz que entra en el globo ocular se desvía de forma irregular, lo que produce una discapacidad visual.
Se decía que afecta a un paciente cada dos mil pero claramente esa cifra está desactualizada. En mi lugar de trabajo solamente, somos 84 personas y recibimos dos pacientes con queratocono. Es decir que la incidencia es de un paciente cada 42. La diferencia sucede porque se censaban los grados avanzados de esta enfermedad. Hoy se llega al diagnóstico más rápido porque la población tiene acceso a un mejor nivel médico y tecnológico que permite lograr una detección precoz. En este sentido, las topografías corneales de rutina en los pacientes jóvenes, nos aportan un diagnóstico rápido y no invasivo.
Sobre el queratocono, los especialistas también aprendimos que en la adolescencia y en la pre adolescencia, es mucho más agresivo y grave, por lo que debemos tratarlo como una urgencia en oftalmología.
Si bien puede mantenerse estable por muchos años los casos que progresan, por lo general, son en menores de 30 años.
¿Qué hay de nuevo en el tratamiento?
La aparición del crosslinking del colágeno corneal, que es como una especie de peeling corneal, hoy es clave para detener la enfermedad. Con energía ultravioleta y con la ayuda de una vitamina como la riboflabina, origina una inflamación que estimula la formación de nuevos puentes en el colágeno corneal dentro del mismo tejido. Esto produce que la enfermedad se estabilice en los estadios iniciales, sobre todo en los jóvenes, evitando que sigan disminuyendo su visión.
La aparición de segmentos semicirculares, o también conocidos como anillos intracorneales, de seis milímetros de diámetro, provocan menos halos nocturnos a los pacientes, y en combinación de diferentes perfiles de estos segmentos, se logran diferentes efectos, por lo que el resultado es más eficiente. Asimismo, la aparición láser de femtosegundo para su implantación dentro del tejido corneal hacen que este procedimiento sea más reproducible.
En este camino, comprobamos la eficiencia y seguridad del tratamiento, cuando más intacto esté el tejido corneal. La clave entonces, está en combinar los tratamientos de crosslinking con la implantación de anillos intracorneales en forma simultánea, potenciando el efecto de ambos.
En cuanto a las lentes de contacto
las lentes de contacto, son una buena opción pero siempre luego de estabilizar la enfermedad.
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