Resulta sumamente riesgoso fomentar el uso de dispositivos que están lejos de ser una herramienta segura y eficaz para dejar de fumar...
Las grandes tabacaleras han sido justificadamente criticadas por los perjuicios ocasionados a la salud de millones de personas, habida cuenta de las comprobaciones científicas que confirman el vínculo entre tabaquismo y cáncer, enfermedades cardiovasculares y respiratorias, entre otras. En los últimos años, en busca de nuevos clientes, esas mismas empresas han sumado la comercialización de productos sustitutos, para lo cual realizan intensas campañas de publicidad del cigarrillo electrónico y de dispositivos que calientan líquidos con nicotina y saborizantes conocidos como vapeadores,
pod so tabaco sin combustión, que se han puesto de moda. Argumentan falsamente que esos productos son mucho menos nocivos que los cigarros tradicionales y que pueden ayudar a fumadores incapaces de abandonar el hábito a migrar a alternativas más seguras.
Es así como su popularidad ha crecido de manera vertiginosa por cuanto estrategias marketineras se han encargado de presentarlos como inofensivos para la salud y útiles para dejar de fumar. Sin embargo, nuevos y fundados estudios reportaron que provocan igualmente adicción a la nicotina. Un extenso informe en los Estados Unidos concluyó que los cigarrillos electrónicos pueden ayudar a los adultos fumadores a evitar las peores consecuencias del tabaquismo, pero demostraron también que pueden hacer que los no fumadores más jóvenes se inicien confiados en un hábito igualmente perjudicial que el que se busca sustituir.
Las consecuencias de la utilización de los cigarrillos electrónicos son por demás preocupantes, no solo para quien los utiliza, sino también en estos casos para los fumadores pasivos. Las autoridades de Estados Unidos informaron la muerte de cinco personas como consecuencia de los cigarrillos electrónicos, una práctica que está llevando a prohibiciones por parte de la Food and Drug Administration (FDA).
Por otra parte, en los dos últimos meses, varios hospitales de 16 estados del país del norte han recibido pacientes en general jóvenes con problemas respiratorios graves a tal punto que comenzó a hablarse de una epidemia. En 153 casos, los cigarrillos electrónicos eran usados para "vapear", esto es inhalar el vapor-nicotina o tetrahidrocannabinol, el compuesto de la marihuana responsable de los efectos psicotrópicos. Un comité del Congreso estadounidense abrió una investigación que puso el foco en las cuatro principales compañías de cigarrillos electrónicos, para ahondar sobre los impactos en la salud pública de sus productos y revisar sus controvertidas prácticas de comercialización, especialmente entre adolescentes.
También en España se ha demostrado su efecto nocivo. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica ha advertido que esas nuevas formas de fumar no solo no sirven para abandonar el hábito, sino que tampoco son seguras, ya que contienen las mismas sustancias que el tabaco convencional, y que pueden favorecer la aparición de enfermedades crónicas, como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), o empeorarlas.
Desde 2011, en la Argentina el cigarrillo electrónico es ilegal. La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) prohibió tanto su importación, distribución y comercialización como su publicidad o cualquier modalidad de promoción, por considerar "que no existe evidencia suficiente para concluir que sean una ayuda eficaz para dejar de fumar" y porque tampoco hay "pruebas suficientes que determinen que son seguros para el consumo humano".
Cinco años después, en 2016, aquella disposición fue ratificada con argumentos similares a los que plantean los neumonólogos españoles al denunciar el surgimiento de evidencia científica respecto de que estos productos poseen cantidades variables de nicotina, droga muy tóxica y con fuertes propiedades adictivas.
Lamentablemente, aun así se venden por internet o en espacios puertas adentro que evaden las prohibiciones. Recordemos que la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo reveló que los adolescentes argentinos se inician en el consumo del tabaco a los 12 años, cuando sus cerebros están aún en conformación.
No se puede proponer el uso del cigarrillo electrónico como herramienta segura y eficaz para dejar de fumar argumentando su inocuidad sin evidencia científica respaldatoria. Si, aun así, se lo propusiese como alternativa para una estrategia de reducción de riesgos, deberían someterse su fabricación y su regulación a los mismos criterios de calidad y seguridad que rigen para cualquier producto que involucra la salud. Cuando el 25% de nuestra población es aún fumadora y la mortalidad y morbilidad asociadas con la nicotina son indiscutibles, urge detener esta nueva epidemia y cargar con todo el peso de la ley sobre quienes infringen las normas.
lunes, 30 de septiembre de 2019
Amor Eterno (Gustavo Adolfo Becquer, 1867)
Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
José Santos Guayama (El Gaucho Lagunero)
José Santos Guayama (1830-1879)
José de los Santos Guayama nace alrededor de 1830 en la salvaje geografía de Guanacache, provincia de San Juan. Su padre, Gregorio Guayama, se había asentado en la zona hacia 1826, ocasión en la que adquiere una finca llamada “Cruz de Jume” en el distrito Las Lagunas. Por la denominación de este lugar es que, con el correr del tiempo y la aparición del mito, José Santos Guayama recibirá el mote de gaucho lagunero.
La zona donde Guayama transcurrió su niñez y juventud era precaria y olvidada, llena de carencias. Resulta indudable, pues, que la formación de su carácter guarda sentida relación con las ínfimas condiciones del terruño natal. Pronto, este extraordinario jinete y astuto gaucho trabaría amistad con el caudillo federal Angel Vicente “Chacho” Peñaloza y, después de su terrible final en Olta, con Felipe Varela, con quien alcanzaría el grado de teniente coronel.
Luego de la batalla de Pavón en 1861, el unitarismo porteño bajo las órdenes de Bartolomé Mitre sugiere la absoluta destrucción de los focos federales del interior, y para ello encarga tan nefasta acción a oficiales tales como Sandes, Linares, Paunero, Irrazábal, el oriental Venancio Flores y otros. El fusilamiento sin juicio previo o el paso a degüello serán las instancias predilectas que usarán para “civilizar” el país.
Implacable transcurría la injusta Guerra de la Triple Alianza, la cruzada federal de Felipe Varela estaba en marcha, y José de los Santos Guayama, lugarteniente del Quijote de los Andes, ya era intensamente buscado por las autoridades de San Juan, Mendoza, La Rioja y San Luis, todas provincias bajo regímenes liberales. Y empiezan las andadas del gaucho lagunero: el 7 de agosto de 1868 lo encontramos atacando La Rioja capital, pero es rechazado, aunque en el segundo intento el día 19 del mismo mes, logra hacerse con la ciudad y el aprovisionamiento de 200 fusiles. La victoria le saldrá a su encuentro también en Chilecito, días más tarde. El gobierno mitrista queda estupefacto ante los triunfos de Santos Guayama, por lo que da inicio al exterminio definitivo, por medio de una “guerra de policía”, de las montoneras federales del noroeste argentino. La consigna para el gobierno riojano aquel 20 de noviembre de 1868 fue terminante: “Ataque y destruya la montonera de Guayama”.
Pero súbitamente corre la noticia de que Santos Guayama, Sebastián Elizondo y otros caudillos menores se sometieron voluntariamente a las autoridades de La Rioja, pero aquello no fue sino el producto de un sensacionalismo imaginario, dado que en abril de 1870 Guayama resurge en el pueblo de Caucete junto a 200 hombres, ante la sorpresa de todos. Gobernaba la provincia de San Juan José María del Carril, el cual, sin perder tiempo, ordenó perseguir tenazmente a la montonera gaucha con las fuerzas de la Guardia Nacional a las órdenes del comandante Villa. La persecución duró un día entero, hasta que la Guardia Nacional sorprendió en una hondonada a los huidizos gauchos de Guayama que se encontraban acampando allí. El ataque furtivo y sorpresivo los desbandó, haciéndoles perder prácticamente toda la caballada. Se sabe que del escollo José de los Santos Guayama pudo escapar por la Quebrada de Guayaupa, acompañado de un asistente. Quien lo secundaba en la montonera, Santos Abdón Fernández, quedó apresado en la acción e inmediatamente fue pasado por las armas.
La montonera aparece y se va
Y otra vez vuelve a reinar el más absoluto silencio en torno a Guayama. Nadie logra dar con este gran exponente del federalismo criollo tardío. El último dato obtenido era que andaba oculto con solamente cinco de sus montoneros. Las profundas desapariciones de Santos Guayama motivaron que en más de una ocasión se detuviera a personas de similar aspecto para ser luego fusilados, todo por creer que al fin se había dado con él. En este sentido, el gobernador de Mendoza, Arístides Villanueva, creyó tomarlo prisionero en la localidad sanjuanina de Santa Clara. Villanueva no solamente incurrió en una invasión jurisdiccional contra San Juan sino que, además, fusiló dos sujetos pensando que uno de ellos era Guayama y el otro alguno de sus colaboradores.
Gobernaba el país Domingo Faustino Sarmiento cuando, una vez más, aparece Guayama en Caucete, provincia de San Juan, durante los primeros meses de 1874. Algunas crónicas indican que Guayama exaltaba por algunos ranchos sanjuaninos la candidatura de Carlos Tejedor para presidente de la República a partir de 1874. Otros lo emparentaron haciendo favores en “actos comiciales bravos”, rozándose, según parece, con destacados elementos de la política cuyana.
Situados ya en 1877, y acorde al aumento de la actividad minera que operaba en Bolivia desde hacía dos años atrás, además del incremento de las salitreras de Tarapacá, que pasaron del dominio del Perú al de Chile, lograron colocar a la hacienda como un negocio más que interesante. Y como no podía ser de otro modo, ahora Santos Guayama era tildado de “cuatrero”.
El coronel de caballería don Agustín Gómez fue elegido gobernador de la provincia de San Juan a inicios de 1878. Antes había sido Intendente General de Policía e Inspector General de Milicias, cargos desde los cuales intervino en cuanta misión de responsabilidad le cupo, entre ellas la de perseguir numerosas veces a la montonera federal de Santos Guayama. No obstante ello, en lo que en principio pareció ser algo insólito, Gómez solicitó el apoyo de aquél para que le ayudara con los votos de sus numerosos amigos, ayuda que Guayama prestó sin objeciones. Pero esta apacible convivencia entre el lagunero y la gobernación sanjuanina duró muy poco. Una de las primeras medidas tomadas por el coronel Gómez fue librar una lucha sin cuartel contra lo que llamó “el gauchaje salteador”.
Confiado de que poco y nada le sucedería luego de haber colaborado en el triunfo del coronel Gómez en las elecciones para gobernador, a partir de ese mismo año de 1878 Santos Guayama bajó sus recaudos, y fue entonces que una partida de 15 soldados, a cuyo frente se encontraba el capitán Mateo Cano, lo detiene una mañana de diciembre de 1878 en San Juan capital. Enseguida es trasladado al cuartel de San Clemente donde se le labró un sumario que, misteriosamente, desapareció con el tiempo, quizás debido a ciertas declaraciones muy comprometedoras en él consignadas, para personas de hondo arraigo en la sociedad de San Juan.
Acusado de cohechar a una parte de los guardias y, por ende, de encabezar un motín jamás probado dentro del cuartel donde se hallaba detenido, José Santos Guayama y dos supuestos cómplices fueron ultimados a balazos el martes 4 de febrero de 1879. El periódico “La Unión” del 6 de febrero pone en tela de juicio el procedimiento llevado a cabo, al señalar lo que sigue: “Guayama y los dos soldados han muerto fusilados por orden del mayor de la Guardia Municipal, porque, se dice, que este cuerpo intentaba una sublevación. Si es así, nosotros negamos desde luego la facultad que se ha atribuido el mayor al mandar ejecutar a Guayama y los soldados; como se sabe, Guayama estaba sometido a la justicia ordinaria y todo hecho y tentativa por parte de aquél a libertarse, debía ser comunicado al juez que conocía en la causa, para que ordenara las medidas que el caso reclamara, para lo cual tiene facultad”. Y agregaba: “Pero nunca se puede admitir que un jefe militar arranque de un juez natural los presos confinados a
su custodia y proceder a ejecutar en él, sentencia de muerte. El mayor que ha ordenado la ejecución del martes no ha podido pasar sobre el artículo 18 de la Constitución Nacional, ni sobre el artículo 14 de la Provincial, sin cometer un acto violatorio y repugnante al Código Fundamental”.
Cinco años y dos días después de la muerte del gaucho lagunero, Sebastián Elizondo, antiguo compañero suyo de la montonera, será uno de los que venguen su trágico final al asesinar al por entonces senador y ex gobernador sanjuanino Agustín Gómez. Pero esa es otra historia...
¿Qué queda de Santos Guayama?
La historia argentina en general lo ha penosamente olvidado. Es de destacar que una pésima traducción de su legendario apellido, suscrito como “Guayamas”, da nombre a una vieja estación de trenes situada entre las localidades sanjuaninas de Pie de Palo y Vallecito. He ahí todo.
Fue su contemporáneo y gran amigo el cura José Gabriel Brochero, quien en varias oportunidades recomendó al recio gaucho lagunero a reinsertarse a la vida pública, cuando las acechanzas hacían peligrar seriamente su existencia. En un célebre documento el cura Brochero enumera los mejores cuatro amigos que tuvo en su vida, incluyendo entre ellos a Santos Guayama.
El poema “Los Gauchos de Guayama”, escrito por el poeta Miguel Martos, en un tramo recuerda así al honrado gaucho federal:
“Montonero de Guayama,
el del poncho calamaco
y la vincha colorada…
el del caballo de acero
y la montura chapeada;
el que lleva su hidalguía
en la punta de su daga
y el que tiene cien victorias
en su lanza de tacuara…
¿Adónde vas, montonero,
montonero de Guayama?”.
Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.
Portal www.revisionistas.com.ar
José de los Santos Guayama nace alrededor de 1830 en la salvaje geografía de Guanacache, provincia de San Juan. Su padre, Gregorio Guayama, se había asentado en la zona hacia 1826, ocasión en la que adquiere una finca llamada “Cruz de Jume” en el distrito Las Lagunas. Por la denominación de este lugar es que, con el correr del tiempo y la aparición del mito, José Santos Guayama recibirá el mote de gaucho lagunero.
La zona donde Guayama transcurrió su niñez y juventud era precaria y olvidada, llena de carencias. Resulta indudable, pues, que la formación de su carácter guarda sentida relación con las ínfimas condiciones del terruño natal. Pronto, este extraordinario jinete y astuto gaucho trabaría amistad con el caudillo federal Angel Vicente “Chacho” Peñaloza y, después de su terrible final en Olta, con Felipe Varela, con quien alcanzaría el grado de teniente coronel.
Luego de la batalla de Pavón en 1861, el unitarismo porteño bajo las órdenes de Bartolomé Mitre sugiere la absoluta destrucción de los focos federales del interior, y para ello encarga tan nefasta acción a oficiales tales como Sandes, Linares, Paunero, Irrazábal, el oriental Venancio Flores y otros. El fusilamiento sin juicio previo o el paso a degüello serán las instancias predilectas que usarán para “civilizar” el país.
Implacable transcurría la injusta Guerra de la Triple Alianza, la cruzada federal de Felipe Varela estaba en marcha, y José de los Santos Guayama, lugarteniente del Quijote de los Andes, ya era intensamente buscado por las autoridades de San Juan, Mendoza, La Rioja y San Luis, todas provincias bajo regímenes liberales. Y empiezan las andadas del gaucho lagunero: el 7 de agosto de 1868 lo encontramos atacando La Rioja capital, pero es rechazado, aunque en el segundo intento el día 19 del mismo mes, logra hacerse con la ciudad y el aprovisionamiento de 200 fusiles. La victoria le saldrá a su encuentro también en Chilecito, días más tarde. El gobierno mitrista queda estupefacto ante los triunfos de Santos Guayama, por lo que da inicio al exterminio definitivo, por medio de una “guerra de policía”, de las montoneras federales del noroeste argentino. La consigna para el gobierno riojano aquel 20 de noviembre de 1868 fue terminante: “Ataque y destruya la montonera de Guayama”.
Pero súbitamente corre la noticia de que Santos Guayama, Sebastián Elizondo y otros caudillos menores se sometieron voluntariamente a las autoridades de La Rioja, pero aquello no fue sino el producto de un sensacionalismo imaginario, dado que en abril de 1870 Guayama resurge en el pueblo de Caucete junto a 200 hombres, ante la sorpresa de todos. Gobernaba la provincia de San Juan José María del Carril, el cual, sin perder tiempo, ordenó perseguir tenazmente a la montonera gaucha con las fuerzas de la Guardia Nacional a las órdenes del comandante Villa. La persecución duró un día entero, hasta que la Guardia Nacional sorprendió en una hondonada a los huidizos gauchos de Guayama que se encontraban acampando allí. El ataque furtivo y sorpresivo los desbandó, haciéndoles perder prácticamente toda la caballada. Se sabe que del escollo José de los Santos Guayama pudo escapar por la Quebrada de Guayaupa, acompañado de un asistente. Quien lo secundaba en la montonera, Santos Abdón Fernández, quedó apresado en la acción e inmediatamente fue pasado por las armas.
La montonera aparece y se va
Y otra vez vuelve a reinar el más absoluto silencio en torno a Guayama. Nadie logra dar con este gran exponente del federalismo criollo tardío. El último dato obtenido era que andaba oculto con solamente cinco de sus montoneros. Las profundas desapariciones de Santos Guayama motivaron que en más de una ocasión se detuviera a personas de similar aspecto para ser luego fusilados, todo por creer que al fin se había dado con él. En este sentido, el gobernador de Mendoza, Arístides Villanueva, creyó tomarlo prisionero en la localidad sanjuanina de Santa Clara. Villanueva no solamente incurrió en una invasión jurisdiccional contra San Juan sino que, además, fusiló dos sujetos pensando que uno de ellos era Guayama y el otro alguno de sus colaboradores.
Gobernaba el país Domingo Faustino Sarmiento cuando, una vez más, aparece Guayama en Caucete, provincia de San Juan, durante los primeros meses de 1874. Algunas crónicas indican que Guayama exaltaba por algunos ranchos sanjuaninos la candidatura de Carlos Tejedor para presidente de la República a partir de 1874. Otros lo emparentaron haciendo favores en “actos comiciales bravos”, rozándose, según parece, con destacados elementos de la política cuyana.
Situados ya en 1877, y acorde al aumento de la actividad minera que operaba en Bolivia desde hacía dos años atrás, además del incremento de las salitreras de Tarapacá, que pasaron del dominio del Perú al de Chile, lograron colocar a la hacienda como un negocio más que interesante. Y como no podía ser de otro modo, ahora Santos Guayama era tildado de “cuatrero”.
El coronel de caballería don Agustín Gómez fue elegido gobernador de la provincia de San Juan a inicios de 1878. Antes había sido Intendente General de Policía e Inspector General de Milicias, cargos desde los cuales intervino en cuanta misión de responsabilidad le cupo, entre ellas la de perseguir numerosas veces a la montonera federal de Santos Guayama. No obstante ello, en lo que en principio pareció ser algo insólito, Gómez solicitó el apoyo de aquél para que le ayudara con los votos de sus numerosos amigos, ayuda que Guayama prestó sin objeciones. Pero esta apacible convivencia entre el lagunero y la gobernación sanjuanina duró muy poco. Una de las primeras medidas tomadas por el coronel Gómez fue librar una lucha sin cuartel contra lo que llamó “el gauchaje salteador”.
Confiado de que poco y nada le sucedería luego de haber colaborado en el triunfo del coronel Gómez en las elecciones para gobernador, a partir de ese mismo año de 1878 Santos Guayama bajó sus recaudos, y fue entonces que una partida de 15 soldados, a cuyo frente se encontraba el capitán Mateo Cano, lo detiene una mañana de diciembre de 1878 en San Juan capital. Enseguida es trasladado al cuartel de San Clemente donde se le labró un sumario que, misteriosamente, desapareció con el tiempo, quizás debido a ciertas declaraciones muy comprometedoras en él consignadas, para personas de hondo arraigo en la sociedad de San Juan.
Acusado de cohechar a una parte de los guardias y, por ende, de encabezar un motín jamás probado dentro del cuartel donde se hallaba detenido, José Santos Guayama y dos supuestos cómplices fueron ultimados a balazos el martes 4 de febrero de 1879. El periódico “La Unión” del 6 de febrero pone en tela de juicio el procedimiento llevado a cabo, al señalar lo que sigue: “Guayama y los dos soldados han muerto fusilados por orden del mayor de la Guardia Municipal, porque, se dice, que este cuerpo intentaba una sublevación. Si es así, nosotros negamos desde luego la facultad que se ha atribuido el mayor al mandar ejecutar a Guayama y los soldados; como se sabe, Guayama estaba sometido a la justicia ordinaria y todo hecho y tentativa por parte de aquél a libertarse, debía ser comunicado al juez que conocía en la causa, para que ordenara las medidas que el caso reclamara, para lo cual tiene facultad”. Y agregaba: “Pero nunca se puede admitir que un jefe militar arranque de un juez natural los presos confinados a
su custodia y proceder a ejecutar en él, sentencia de muerte. El mayor que ha ordenado la ejecución del martes no ha podido pasar sobre el artículo 18 de la Constitución Nacional, ni sobre el artículo 14 de la Provincial, sin cometer un acto violatorio y repugnante al Código Fundamental”.
Cinco años y dos días después de la muerte del gaucho lagunero, Sebastián Elizondo, antiguo compañero suyo de la montonera, será uno de los que venguen su trágico final al asesinar al por entonces senador y ex gobernador sanjuanino Agustín Gómez. Pero esa es otra historia...
¿Qué queda de Santos Guayama?
La historia argentina en general lo ha penosamente olvidado. Es de destacar que una pésima traducción de su legendario apellido, suscrito como “Guayamas”, da nombre a una vieja estación de trenes situada entre las localidades sanjuaninas de Pie de Palo y Vallecito. He ahí todo.
Fue su contemporáneo y gran amigo el cura José Gabriel Brochero, quien en varias oportunidades recomendó al recio gaucho lagunero a reinsertarse a la vida pública, cuando las acechanzas hacían peligrar seriamente su existencia. En un célebre documento el cura Brochero enumera los mejores cuatro amigos que tuvo en su vida, incluyendo entre ellos a Santos Guayama.
El poema “Los Gauchos de Guayama”, escrito por el poeta Miguel Martos, en un tramo recuerda así al honrado gaucho federal:
“Montonero de Guayama,
el del poncho calamaco
y la vincha colorada…
el del caballo de acero
y la montura chapeada;
el que lleva su hidalguía
en la punta de su daga
y el que tiene cien victorias
en su lanza de tacuara…
¿Adónde vas, montonero,
montonero de Guayama?”.
Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.
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Nueva Pompeya: Sexo, Muertes y Video
Hay un mito muy difundido en ese barrio, sobre la existencia de una película siniestra en el cuarto 22 de un "telo" de ese lugar (Telo: para matar el regionalismo, es un hotel a donde van las parejas demasiado cariñosas a darse un ratito de placer)
Quien llamó a los entrevistadores, fue una mujer, que contó una historia, de años atrás, cuando su esposo era todavía su novio...
Una noche pasaron por ese albergue transitorio, y llegado un momento, prendieron la tele. Al principio, pasaban series reconocibles, pero, sin notarse mucho la transición, la escena cambió… se veía una caverna donde una pareja desnuda tenía sexo: un muchacho rubio y una chica morocha se revolcaban sobre un colchón de cadáveres… y el video termina en el momento en que el chico mira fijo a quienes están del otro lado de la televisión y le habla a la mujer diciendo que será su próxima compañera…
Buscando el lugar, llegaron a él. El hotel existía, y el propio dueño cuenta que, es casi un lugar de culto, ya que mucha gente va y pide lugar allí por esa leyenda del barrio... él nunca vio nada, pero recuerda perfectamente que, aproximadamente dos décadas atrás, una parejita entró una noche. El muchacho era rubio y la chica morocha, llevando un estuche de guitarra.
Como no salían del cuarto, habiendo cumplido el turno, el dueño tuvo que forzar la puerta… y terminó encontrando, sobre la cama, a la pareja desnuda, atravesada por una espada la que habían escondido en el estuche de guitarra cuando entraron al hotel…
Se dice que, a la única persona a la que el muchacho le llegó a hablar, tras haber escuchado que decía su nombre, murió en un accidente a los 3 días...
Quien llamó a los entrevistadores, fue una mujer, que contó una historia, de años atrás, cuando su esposo era todavía su novio...
Una noche pasaron por ese albergue transitorio, y llegado un momento, prendieron la tele. Al principio, pasaban series reconocibles, pero, sin notarse mucho la transición, la escena cambió… se veía una caverna donde una pareja desnuda tenía sexo: un muchacho rubio y una chica morocha se revolcaban sobre un colchón de cadáveres… y el video termina en el momento en que el chico mira fijo a quienes están del otro lado de la televisión y le habla a la mujer diciendo que será su próxima compañera…
Buscando el lugar, llegaron a él. El hotel existía, y el propio dueño cuenta que, es casi un lugar de culto, ya que mucha gente va y pide lugar allí por esa leyenda del barrio... él nunca vio nada, pero recuerda perfectamente que, aproximadamente dos décadas atrás, una parejita entró una noche. El muchacho era rubio y la chica morocha, llevando un estuche de guitarra.
Como no salían del cuarto, habiendo cumplido el turno, el dueño tuvo que forzar la puerta… y terminó encontrando, sobre la cama, a la pareja desnuda, atravesada por una espada la que habían escondido en el estuche de guitarra cuando entraron al hotel…
Se dice que, a la única persona a la que el muchacho le llegó a hablar, tras haber escuchado que decía su nombre, murió en un accidente a los 3 días...
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El lado oscuro de la Reina del Plata...
Santiago Elizalde - Samba de amor
…"que diferente es la vida, cuando en ella hay un amor"....
https://youtu.be/MzTGcIjlHJ0
https://youtu.be/MzTGcIjlHJ0
La Filosofía del Acompañar
1. Acompañar se trata de estar presente para el dolor de otra persona; no de hacer que su dolor desaparezca.
2. Acompañar se trata de ir al desierto del alma con otro ser humano; no de creer que somos responsables de encontrar la salida.
3. Acompañar se trata de honrar el espíritu; no de enfocarse en el intelecto.
4. Acompañar se trata de escuchar con el corazón; no de analizar con la cabeza.
5. Acompañar es dar testimonio de las luchas de otros; no de juzgar o dirigir esas luchas.
6. Acompañar se trata de caminar al lado; no de conducir o ser conducido.
7. Acompañar se trata de descubrir los dones del silencio sagrado; no significa llenar con palabras cada momento.
8. Acompañar al que sufre se trata de quedarse quieto y en silencio; no de querer moverse frenéticamente hacia adelante.
9. Acompañar se trata de respetar el desorden y la confusión; no de imponer orden y lógica.
10. Acompañar se trata de aprender de otros; no de enseñarles.
11. Acompañar se trata de tener una actitud de curiosidad y no de expertos.
Alan D. Wolfelt
2. Acompañar se trata de ir al desierto del alma con otro ser humano; no de creer que somos responsables de encontrar la salida.
3. Acompañar se trata de honrar el espíritu; no de enfocarse en el intelecto.
4. Acompañar se trata de escuchar con el corazón; no de analizar con la cabeza.
5. Acompañar es dar testimonio de las luchas de otros; no de juzgar o dirigir esas luchas.
6. Acompañar se trata de caminar al lado; no de conducir o ser conducido.
7. Acompañar se trata de descubrir los dones del silencio sagrado; no significa llenar con palabras cada momento.
8. Acompañar al que sufre se trata de quedarse quieto y en silencio; no de querer moverse frenéticamente hacia adelante.
9. Acompañar se trata de respetar el desorden y la confusión; no de imponer orden y lógica.
10. Acompañar se trata de aprender de otros; no de enseñarles.
11. Acompañar se trata de tener una actitud de curiosidad y no de expertos.
Alan D. Wolfelt
Cómo son los tratamientos que rejuvenecen la visión
(Por Daniel H. Scorsetti
La mayoría de los tratamientos van dirigidos al aspecto estético del ser humano. Sin embargo existen algunas ramas de la medicina, como por ejemplo la oftalmología, donde es posible recuperar funciones que se perdieron con el paso de los años.
Todos sabemos que después de los 40 o 45 años en la mayoría de las personas comienza un defecto de pérdida de la acomodación visual conocido con el nombre de “Presbicia”. Este proceso no es una enfermedad, sino simplemente un desgaste del mecanismo acomodativo del cristalino que nos permitía enfocar de cerca los objetos con nitidez (en forma automática) hasta aproximadamente la cuarta década de vida. A partir de allí debemos alejar las cosas que están cerca para verlas con mayor definición, y posteriormente utilizar una corrección en anteojos que nos permita ver de cerca con claridad.
En varias ocasiones esta pérdida de la acomodación va acompañada también de disminución en la visión de lejos y de media distancia, razón por la cual se hace necesario utilizar corrección para cerca, para media y para lejos empleando anteojos y/o lentes de contacto mono o multifocales.
Paralelamente a esto el paso del tiempo sigue avanzando y nuestro lente intraocular natural, denominado cristalino, (que ya ha dejado de acomodar) desarrolla posteriormente un mecanismo de opacificación denominado “catarata” que trae como consecuencia mayor dificultad en la visión para todas las distancias disminuyendo la agudeza visual cuanti y cualitativamente. En la gran mayoría de las personas estos cambios se producen al avanzar la edad, y se los conoce con el nombre de “Envejecimiento Visual” siendo el mismo un proceso natural.
La ciencia compensa
Actualmente la oftalmología cuenta con herramientas y tratamientos para recuperar esas funciones perdidas a lo largo de la vida en muchos de los pacientes que así lo deseen, siempre y cuando no tengan contraindicaciones para realizarlo.
Es bien conocido el éxito de las cirugías de cataratas con lentes intraoculares, que permiten recuperar la buena visión en cantidad y calidad. Los operados con lentes intraoculares multifocales (que han sido evaluados como aptos para estos implantes) logran ver bien de lejos, de media y de cerca distancia la mayoría de las veces, con independencia de sus anteojos correspondientes si la indicación fue apropiada, y no han mediado complicaciones intra o postoperatorias.
Estas lentes multifocales (bifocales o trifocales) que se colocan en reemplazo del cristalino natural tienen también otras propiedades importantes como la corrección del astigmatismo, los filtros para la radiación Ultravioleta, y el hecho de compensar algunas aberraciones ópticas que también se acrecientan con el paso del tiempo.
Ahora bien, seguramente la pregunta que viene a la mente del lector es si para poder disfrutar del beneficio de recuperar la visión de joven y poder ver de cerca, media y lejos como antes de padecer la presbicia, deberá esperar a tener cataratas para operarse con lentes multifocales. No, no es necesario esperar hasta ese momento, porque el procedimiento del recambio del cristalino por una lente intraocular multifocal puede realizarse antes si el paciente está motivado para ello, y posee las condiciones de salud ocular necesarias.
En general podríamos decir que los pacientes hipermétropes (aquellos que ven mal de lejos sin anteojos) que tengan mas de 50 años de edad o los emétropes (aquellos que no usan anteojos para lejos) de mas de 60 años serían buenos candidatos si no tienen otras patologías oculares que contraindiquen la intervención, siempre y cuando estén motivados a dejar de usar sus anteojos o lentes de contacto.
Poder rejuvenecernos visualmente y volver a ver como en los años previos a la presbicia, es una ventaja no menor que la ciencia pone al alcance de nuestras manos
Los pacientes miopes constituyen un capítulo aparte, porque muchos de ellos por un mecanismo de compensación no presentan presbicia o lo hacen mas tardíamente, y esos casos deberán ser evaluados individualmente (después de los 60 años) si están interesados en estos procedimientos.
El recambio del cristalino (cataratoso o no) por una lente intraocular suele ser un procedimiento definitivo, con recuperación de la visión, que se mantiene a lo largo del resto de la vida si no existen otras afectaciones oculares posteriores al mismo.
Ni muy joven, ni tan mayor
Finalmente queda una franja etaria, de los 40 a los 50 años, donde somos muy joven todavía para perder nuestro cristalino, pero sin embargo la presbicia resta calidad de vida y quisiéramos independizarnos de nuestros lentes de lejos y/o de cerca. La alternativa en estos casos es el implante de una lente intraocular llamada “fáquica” (ubicada detrás del iris y delante del cristalino) la cual tiene la corrección necesaria para que podamos ver bien de lejos, de media y de cerca, y que será removida cuando el paciente presente catarata para ser reemplazada por una lente intraocular seguramente multifocal.
Estas microcirugías que se realizan con el objetivo de restablecer la buena visión en todas las distancias con bastante independencia de los anteojos deben ser pre-evaluadas por el oftalmólogo, quien explicará las ventajas de los procedimientos en cada caso, así como también algunos posibles efectos adversos que puedan ocurrir en los pacientes operados con lentes intraoculares multifocales como por ejemplo ciertos reflejos nocturnos o la necesidad de utilizar buena iluminación para la visión cercana.
Las intervenciones se realizan en la gran mayoría de los casos con anestesia local, son ambulatorias, en general no se necesita colocación de suturas, se efectúan de a un ojo por vez, el postoperatorio suele ser confortable y los pacientes regresan rápidamente a sus actividades cotidianas.
Como toda cirugía no está exenta de riesgos y complicaciones, si bien los mismos suelen ser muy infrecuentes mientras que la tasa de éxito es elevada. En el mundo actual las exigencias son cada vez mayores, y mejorar la calidad de vida se hace más importante cada día. Poder rejuvenecernos visualmente y volver a ver como en los años previos a la presbicia, es una ventaja no menor que la ciencia pone al alcance de nuestras manos, para seguir disfrutando los beneficios de uno de los sentidos mas hermosos que la madre naturaleza nos ha regalado.
Doctor Daniel H. Scorsetti (MN 73265)
Profesor Titular Cátedra de Oftalmología, USAL
Director de la Carrera de Médico Especialista Universitario en Oftalmología, USAL
La mayoría de los tratamientos van dirigidos al aspecto estético del ser humano. Sin embargo existen algunas ramas de la medicina, como por ejemplo la oftalmología, donde es posible recuperar funciones que se perdieron con el paso de los años.
Todos sabemos que después de los 40 o 45 años en la mayoría de las personas comienza un defecto de pérdida de la acomodación visual conocido con el nombre de “Presbicia”. Este proceso no es una enfermedad, sino simplemente un desgaste del mecanismo acomodativo del cristalino que nos permitía enfocar de cerca los objetos con nitidez (en forma automática) hasta aproximadamente la cuarta década de vida. A partir de allí debemos alejar las cosas que están cerca para verlas con mayor definición, y posteriormente utilizar una corrección en anteojos que nos permita ver de cerca con claridad.
En varias ocasiones esta pérdida de la acomodación va acompañada también de disminución en la visión de lejos y de media distancia, razón por la cual se hace necesario utilizar corrección para cerca, para media y para lejos empleando anteojos y/o lentes de contacto mono o multifocales.
Paralelamente a esto el paso del tiempo sigue avanzando y nuestro lente intraocular natural, denominado cristalino, (que ya ha dejado de acomodar) desarrolla posteriormente un mecanismo de opacificación denominado “catarata” que trae como consecuencia mayor dificultad en la visión para todas las distancias disminuyendo la agudeza visual cuanti y cualitativamente. En la gran mayoría de las personas estos cambios se producen al avanzar la edad, y se los conoce con el nombre de “Envejecimiento Visual” siendo el mismo un proceso natural.
La ciencia compensa
Actualmente la oftalmología cuenta con herramientas y tratamientos para recuperar esas funciones perdidas a lo largo de la vida en muchos de los pacientes que así lo deseen, siempre y cuando no tengan contraindicaciones para realizarlo.
Es bien conocido el éxito de las cirugías de cataratas con lentes intraoculares, que permiten recuperar la buena visión en cantidad y calidad. Los operados con lentes intraoculares multifocales (que han sido evaluados como aptos para estos implantes) logran ver bien de lejos, de media y de cerca distancia la mayoría de las veces, con independencia de sus anteojos correspondientes si la indicación fue apropiada, y no han mediado complicaciones intra o postoperatorias.
Estas lentes multifocales (bifocales o trifocales) que se colocan en reemplazo del cristalino natural tienen también otras propiedades importantes como la corrección del astigmatismo, los filtros para la radiación Ultravioleta, y el hecho de compensar algunas aberraciones ópticas que también se acrecientan con el paso del tiempo.
Ahora bien, seguramente la pregunta que viene a la mente del lector es si para poder disfrutar del beneficio de recuperar la visión de joven y poder ver de cerca, media y lejos como antes de padecer la presbicia, deberá esperar a tener cataratas para operarse con lentes multifocales. No, no es necesario esperar hasta ese momento, porque el procedimiento del recambio del cristalino por una lente intraocular multifocal puede realizarse antes si el paciente está motivado para ello, y posee las condiciones de salud ocular necesarias.
En general podríamos decir que los pacientes hipermétropes (aquellos que ven mal de lejos sin anteojos) que tengan mas de 50 años de edad o los emétropes (aquellos que no usan anteojos para lejos) de mas de 60 años serían buenos candidatos si no tienen otras patologías oculares que contraindiquen la intervención, siempre y cuando estén motivados a dejar de usar sus anteojos o lentes de contacto.
Poder rejuvenecernos visualmente y volver a ver como en los años previos a la presbicia, es una ventaja no menor que la ciencia pone al alcance de nuestras manos
Los pacientes miopes constituyen un capítulo aparte, porque muchos de ellos por un mecanismo de compensación no presentan presbicia o lo hacen mas tardíamente, y esos casos deberán ser evaluados individualmente (después de los 60 años) si están interesados en estos procedimientos.
El recambio del cristalino (cataratoso o no) por una lente intraocular suele ser un procedimiento definitivo, con recuperación de la visión, que se mantiene a lo largo del resto de la vida si no existen otras afectaciones oculares posteriores al mismo.
Ni muy joven, ni tan mayor
Finalmente queda una franja etaria, de los 40 a los 50 años, donde somos muy joven todavía para perder nuestro cristalino, pero sin embargo la presbicia resta calidad de vida y quisiéramos independizarnos de nuestros lentes de lejos y/o de cerca. La alternativa en estos casos es el implante de una lente intraocular llamada “fáquica” (ubicada detrás del iris y delante del cristalino) la cual tiene la corrección necesaria para que podamos ver bien de lejos, de media y de cerca, y que será removida cuando el paciente presente catarata para ser reemplazada por una lente intraocular seguramente multifocal.
Estas microcirugías que se realizan con el objetivo de restablecer la buena visión en todas las distancias con bastante independencia de los anteojos deben ser pre-evaluadas por el oftalmólogo, quien explicará las ventajas de los procedimientos en cada caso, así como también algunos posibles efectos adversos que puedan ocurrir en los pacientes operados con lentes intraoculares multifocales como por ejemplo ciertos reflejos nocturnos o la necesidad de utilizar buena iluminación para la visión cercana.
Las intervenciones se realizan en la gran mayoría de los casos con anestesia local, son ambulatorias, en general no se necesita colocación de suturas, se efectúan de a un ojo por vez, el postoperatorio suele ser confortable y los pacientes regresan rápidamente a sus actividades cotidianas.
Como toda cirugía no está exenta de riesgos y complicaciones, si bien los mismos suelen ser muy infrecuentes mientras que la tasa de éxito es elevada. En el mundo actual las exigencias son cada vez mayores, y mejorar la calidad de vida se hace más importante cada día. Poder rejuvenecernos visualmente y volver a ver como en los años previos a la presbicia, es una ventaja no menor que la ciencia pone al alcance de nuestras manos, para seguir disfrutando los beneficios de uno de los sentidos mas hermosos que la madre naturaleza nos ha regalado.
Doctor Daniel H. Scorsetti (MN 73265)
Profesor Titular Cátedra de Oftalmología, USAL
Director de la Carrera de Médico Especialista Universitario en Oftalmología, USAL
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Receta de Tarta de chocolate y avellana
(Gentileza: Hotel Club Francés)
Ingredientes:
Para la Masa sablee de avellanas
100 gr de manteca
65 gr de azúcar impalpable
25 gr de polvo de avellanas
30 gr de huevo
Sal
140 gr de harina
20 gr de cacao.
Para el cremoso de chocolate con leche
175 cc de crema
75 cc de leche
50 gr de yemas
50 gr de azúcar
275 gr de cobertura de chocolate con leche
50 gr de chocolate amargo
Para el crocante de avellana
65 gr de avellanas peladas, tostadas y picadas
5 gr de cacao
20 cc de leche
20 gr de glucosa
65 gr de azúcar impalpable
40 gr de manteca
Procedimiento:
Para la masa sablée:
Batir la manteca con el azúcar. Agregar el huevo.
Luego incorporar harina, avellanas molidas, sal y formar la masa.
Dejar descansar y luego fonzar la base de tarta. Cocinar y reservar.
Para el praliné de avellanas y chocolate:
Hacer un caramelo a seco con 50 gr de azúcar. Incorporar 100 gr de avellanas peladas y tostadas. Dejar enfriar y picar.
Luego mezclar con 50 gr de chocolate con leche y reservar.
Para el cremoso de chocolate con leche:
Hacer una crema inglesa y colocar los chocolates.
Para el crocante de avellana:
Hervir la leche, con la glucosa, el azúcar, y el cacao y luego las avellanas.
Cocinar por 2 minutos. Luego incorporar la manteca y estirar fino sobre silicona.
Dejar reposar en el freezer y luego cocinar y moldear.
Montaje:
Pincelar la tarta con manteca de cacao o chocolate. Colocar el praline de avellana, luego el cremoso y la tuile de avellana y terminar con la decoración.
Ingredientes:
Para la Masa sablee de avellanas
100 gr de manteca
65 gr de azúcar impalpable
25 gr de polvo de avellanas
30 gr de huevo
Sal
140 gr de harina
20 gr de cacao.
Para el cremoso de chocolate con leche
175 cc de crema
75 cc de leche
50 gr de yemas
50 gr de azúcar
275 gr de cobertura de chocolate con leche
50 gr de chocolate amargo
Para el crocante de avellana
65 gr de avellanas peladas, tostadas y picadas
5 gr de cacao
20 cc de leche
20 gr de glucosa
65 gr de azúcar impalpable
40 gr de manteca
Procedimiento:
Para la masa sablée:
Batir la manteca con el azúcar. Agregar el huevo.
Luego incorporar harina, avellanas molidas, sal y formar la masa.
Dejar descansar y luego fonzar la base de tarta. Cocinar y reservar.
Para el praliné de avellanas y chocolate:
Hacer un caramelo a seco con 50 gr de azúcar. Incorporar 100 gr de avellanas peladas y tostadas. Dejar enfriar y picar.
Luego mezclar con 50 gr de chocolate con leche y reservar.
Para el cremoso de chocolate con leche:
Hacer una crema inglesa y colocar los chocolates.
Para el crocante de avellana:
Hervir la leche, con la glucosa, el azúcar, y el cacao y luego las avellanas.
Cocinar por 2 minutos. Luego incorporar la manteca y estirar fino sobre silicona.
Dejar reposar en el freezer y luego cocinar y moldear.
Montaje:
Pincelar la tarta con manteca de cacao o chocolate. Colocar el praline de avellana, luego el cremoso y la tuile de avellana y terminar con la decoración.
El asunto de la cabra veloz...
De La Ostia y El Grandote (Los Hermanos Gemelos) ante un desperfecto eléctrico en el automóvil en el que se trasladaban, quedaron varados en medio del campo. Sin otra alternativa, empezaron a caminar en busca del poblado más cercano.
Luego de varias horas caminando por el campo, De La Ostia le dice al Grandote:
-Qué bárbaro Grandote, ¡Ya no puedo aguantar la sed!
-Tranquilo pequeño, que seguramente cruzaremos un pozo dentro de poco..
Veinte minutos después, divisan un pozo, se acercan y comentan:
-Macana... Parece que no se ve agua aquí.
-Esperá De La Ostia; tiraré una piedra, a ver que tan profundo está.
El Grandote mira a un lado y a otro hasta que ve una gran piedra. Sin demoras, la agarra y la tira dentro del pozo.
-¡¡A la perinola!! parece Grandote que está bien profundo...
-Esperá un momento que ya llegará -responde El Grandote.
En ese mismo instante, ven bajar una cabra corriendo a todo trapo hacia el pozo.
-Mirá la cabra esa Grandote, ¡Como corre!
La cabra se tira de cabeza al pozo. Ante esto dice El Grandote:
-Esta tenía más sed que vos petiso, ¿Eh?
Minutos después, aparece un pastor quien les pregunta:
-Buenas tardes amables caballeros, de casualidad ¿Han visto una cabra por aquí?
-Sí señor, acaba de tirarse al pozo la pobre, seguro que tenía mucha sed... -responde De La Ostia.
-Pero cómo diablos se va a tirar al pozo la cabra, si la tenía yo aquí, ¡amarrada a una gran piedra!
Luego de varias horas caminando por el campo, De La Ostia le dice al Grandote:
-Qué bárbaro Grandote, ¡Ya no puedo aguantar la sed!
-Tranquilo pequeño, que seguramente cruzaremos un pozo dentro de poco..
Veinte minutos después, divisan un pozo, se acercan y comentan:
-Macana... Parece que no se ve agua aquí.
-Esperá De La Ostia; tiraré una piedra, a ver que tan profundo está.
El Grandote mira a un lado y a otro hasta que ve una gran piedra. Sin demoras, la agarra y la tira dentro del pozo.
-¡¡A la perinola!! parece Grandote que está bien profundo...
-Esperá un momento que ya llegará -responde El Grandote.
En ese mismo instante, ven bajar una cabra corriendo a todo trapo hacia el pozo.
-Mirá la cabra esa Grandote, ¡Como corre!
La cabra se tira de cabeza al pozo. Ante esto dice El Grandote:
-Esta tenía más sed que vos petiso, ¿Eh?
Minutos después, aparece un pastor quien les pregunta:
-Buenas tardes amables caballeros, de casualidad ¿Han visto una cabra por aquí?
-Sí señor, acaba de tirarse al pozo la pobre, seguro que tenía mucha sed... -responde De La Ostia.
-Pero cómo diablos se va a tirar al pozo la cabra, si la tenía yo aquí, ¡amarrada a una gran piedra!
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