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lunes, 29 de julio de 2013

Ciencia: La N-acetil-carnosina (NAC)

La cirugía ya no es la única solución para las cataratas. De hecho, en miles de casos el problema se ha podido resolver con unas simples gotas elaboradas por el investigador rusoMark Babizhayev -del Instituto Oftalmológico Helmoltz de Moscú- a partir de una molécula: la N-acetil-carnosina (NAC).
Según numerosas investigaciones es uno de los productos con más posibilidades en el campo de las enfermedades oftalmológicas. La L-carnosina es un dipéptido natural, una combinación de dos aminoácidos (B-alanil y L-histidina) que se produce principalmente en el cerebro, los músculos, los tejidos (cardiaco, esquelético y otros) y en altas concentraciones en el cristalino del ojo. Pues bien, se sabe que cuanto menor es la concentración de L-carnosina en el ojo más severa es la catarata. Y lo que ha encontrado Babizhayev es un “vehículo” para llevar L-carnosina al interior del ojo enfermo. Ese “transportador” es la N-acetil-carnosina, una molécula que lleva la L-carnosina hasta el interior del ojo, justo hasta donde se necesitan sus propiedades antioxidantes a fin de revertir y prevenir la glucosilación y otros procesos dañinos.
Esta molécula protege la lente cristalina del daño inducido por el estrés oxidativo y en muchos casos de cataratas relacionadas con la edad evita la cirugía. Además también es efectiva en casos de glaucoma, sequedad ocular o síndrome de ojo seco, visión borrosa, fatiga ocular o vista cansada, fotofobia, inflamaciones oculares y el síndrome del ordenador.

Nota aclaratoria: Aunque un pequeño número de estudios han encontrado pruebas de los efectos beneficiosos de la N-acetil carnosina en el tratamiento de las cataratas de los ojos, estos y otros beneficios oftalmológicos no se han demostrado. El Royal College of Ophthamologists británico afirma que ni la seguridad sobre su uso, ni la eficacia, han sido demostrados suficientemente como para recomendar su uso como tratamiento tópico para las cataratas.
En cambio, se ha demostrado la eficacia de la carnosina contra la glicación de las células, en los casos de diabetes, un fenómeno que la medicación actual no logra controlar, y que conlleva al cabo de los años la aparición del conocido como pie diabético, que en el 20% de los casos requiere la amputación del pie o pierna del individuo. Recientemente, se ha descubierto que la carnosina puede inhibir también la nefropatía diabética mediante la protección de la podocitos mesangial de las células.
La nefropatía diabética es otra consecuencia de la glicación celular, combinada con la hipercolesterolemia desencadenada por los radicales libres en la pared celular.

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